Las causales analizadas desde la fe divina y el agnosticismo

Las causales analizadas desde la fe divina y el agnosticismo

Luis Scheker Ortiz

El agnóstico podrá ser calificado de escéptico más no de perezoso

I

Mi hija Elka me reenvía un escrito de su dilecta amiga y condiscípula Angélica Noboa , abogada,  6 años residente en México donde, con preclaro conocimiento, fija su posición en torno a las causales eximentes del aborto, que comparto plenamente. Pido licencia para extraer algunos fragmentos y publicarlos en mi columna de los miércoles del periódico Hoy y me responde complacida: “Para mí sería  un gran honor, profesor”, He aquí su dictamen:

“Al conocer la noticia de que había regresado de manera definitiva a la República Dominicana, un querido amigo me dijo: “Pensaba que estabas muy feliz en México. Este país es tan limitado, a mala hora volviste. No  culpo a mi amigo. Me manifestó esa idea en la semana en que la Cámara de Diputados, salvo honrosas excepciones, da la espalda al desarrollo de una vida digna a las mujeres en tres situaciones extremas y frecuentes, al mantener como delitos las tres causales de interrupción del embarazo.

El agnóstico podrá ser calificado de escéptico más no de perezoso. El abrumador sentimiento de ignorancia ante los misterios del cosmos, sin llegar a negar o afirmar la existencia de Dios, es, por el contrario, una faena agotadora. Obliga a quienes nos declaramos descalificados para dictar sentencias definitivas sobre la existencia o no de un orden divino, no solo a respetar a los que arribaron a una conclusión, en un sentido u otro, acerca del significado de la vida y la muerte. Esa es la parte más sencilla y éticamente necesaria en un orden democrático. Nos obliga a algo más laborioso, a trabajar al ritmo perentorio de los relojes, en  procura de lo bueno y lo justo, con el fin de no caer en un vicio que puede afectar por igual al creyente, al ateo y al agnóstico: el indiferentismo. Que mi dolor personal no me impida entender el ajeno y distinto.

Mientras el creyente y el ateo descansan en su certidumbre, los agnósticos permanecemos en constante alerta; y, con frecuencia, nos vemos haciendo valijas y mudanzas de verdades sistemáticas que encierran injusticias tradicionales y opresivas.  Sin quererlo, nos tenemos que apartar de convicciones e incluso de personas que nos sorprenden porque son excluyentes. En nombre de la familia y la amistad, en ocasiones nuestros minuteros enmudecen en el contexto íntimo, aunque hacia fuera se mantenga la lucha.

 Resulta difícil y fatigante mantener esa posición ética. Por eso el compromiso de aprender y comprender situaciones de inequidad social, como son los tres presupuestos de las causales de interrupción del embarazo, se ha tornado una misión vital. La gran mayoría de las personas en la posición autodenominada “próvida”, reaccionan por un respeto temeroso a mandatos de fe, sin saber lo que ocurre en el propio país en que viven con el fenómeno del aborto clandestino y la violencia machista y doméstica, donde las niñas son las principales víctimas.