Las pymes son para la macroeconomía lo que las células para el cuerpo humano. Vistas individualmente pueden pasar desapercibidas, pero en conjunto tienen un peso importante en el espectro social y económico. Los países más avanzados se ocupan de que las pequeñas y medianas empresas sobrevivan a las dificultades. Es más, diseñan y aplican políticas para evitar que desaparezcan por causas evitables.
Una preocupación del momento en nuestro país obedece a las alzas constantes de las tasas de financiamiento. Si para las grandes empresas esta situación plantea dificultades serias, hay que imaginar que para pequeñas y medianas empresas es una grave amenaza. Las grandes empresas tienen acceso relativamente fácil a las fuentes financieras pero las pymes encuentran obstáculos como las altas tasas de interés y las rígidas condicionalidades de garantía.
El Gobierno tiene que mirar hacia esta situación y trabajar para que las pequeñas y medianas empresas puedan seguir llenando su cometido. Son fuentes de empleo y juegan un papel importante en la prestación de servicios y en la producción a pequeña escala. Son ruedas motrices para grandes empresas que adquieren lo que producen. Son suplidores eficientes para el Estado y para el sector privado. Hay que evitar que las altas tasas y los obstáculos aniquilen a las pymes.
Un espectáculo deprimente
Las designaciones de funcionarios consulares que no llenan ninguna función provoca a veces espectáculos deprimentes.
Algunos se pasan el tiempo en el ocio y otros enfrentan situaciones lamentables porque carecen de acreditación de organismos oficiales en los países a los que se les envía.
En algunos casos tenemos más vicecónsules que los que realmente son necesarios para brindar un servicio de calidad.
Es necesario modificar los criterios en base a los cuales se hacen estas designaciones.
No podemos continuar en la práctica de mandar gente al exterior para no hacer nada, o para colocarnos en situaciones engorrosas, como son las frecuentes objeciones o negación de acreditaciones. Hay que cambiar el estilo.