POR ROSARIO TIFA
La chacabana  cada vez va ganando más espacio en la preferencia masculina no solamente   por la sencillez de su confección, sino por ese toque de elegancia que confiere a la persona que la usa.

 Generalmente es elaborada en lino y estopilla con alforzas, mangas cortas, largas y con  cuatro bolsillos. Nada le resta su elegancia.

Su popularidad ha crecido al punto que las usan los jóvenes como los hombres más adultos ¡y que bien les quedan!

Las guayaberas como es su nombre genérico ha roto la cotidianidad y ya las vemos hasta en las bodas que se celebran en las playas tropicales del país y del exterior. Hay bodas que tanto el novio como sus invitados acuden ataviados con esta práctica y elegante  pieza.

Los colores también han variado dejando aquellos tradicionales como el blanco, azul marino y marrones para ampliar la paleta en tonos tan brillantes como el rojo, turquesa, verdes, amarillos, morados y fucsia.

El hombre,  afirma la diseñadora y modista Ivelises Abreu de Gil, años atrás ni pensaba usarlos por su condición estridente. Abreu de Gil  egresada del Instituto de Formación Técnico Profesional ( INFOTEP)  el año pasado ha comenzado a elaborar estas prendas para un mercado reducido de clientes exclusivos que solicitan su trabajo. Sus diseños se venden tanto en Miami como en el país.