Las cifras amuralladas

Las cifras amuralladas

Por Luis Manuel Piantini M.
Durante la pasada semana las Autoridades del Banco Central dieron a conocer un informe sobre las cifras preliminares del comportamiento de la economía dominicana durante el 2005. Aunque fuimos sorprendidos por la intensidad del crecimiento económico que concluyó en 9.3%, catapultado por un explosivo aumento del 14.6% en el último trimestre, no así en que este crecimiento superaría con creces las conservadoras estimaciones del 2.5% contenido en el original  programa financiero acordado y aprobado por el FMI.

Y para todo buen entendedor de la economía era de esperarse que así fuese, pues el sector privado volcaría sus constreñimientos de gastos reprimidos por el desbordamiento de la crisis y de la desconfianza durante los pasados dos años que transcurrieron entre septiembre del 2002 a agosto del 2004 en mayores gastos en el 2005, que impulsaran el crecimiento al retornar la estabilidad económica y la confianza en el futuro del país.

Confianza que cuesta mucho ganarla pero que se pierde en lo que canta un gallo, y más en este país, reino  de los genios y de las improvisaciones, demandando de sus autoridades para el apuntalamiento de esa confianza la aplicación de políticas públicas consistentes con los objetivos de estabilidad macroeconómica que estimulen el desarrollo de las empresas nacionales.

Las políticas aplicadas por los bancos centrales actúan para promover la estabilidad de precios en el corto plazo, y  ayudadas por la ejecución de un presupuesto fiscal balanceado como el que se originó en el 2005, al disminuir el crédito interno neto bancario del sector público en RD$11,535 millones, se crean las condiciones financieras que  permiten la reducción en las tasas de interés para estimular el aumento del gasto privado, sin que se manifieste en presiones inflacionarias.

Durante el 2005, las tasas de interés reflejaron una caída de 11 puntos porcentuales y la tasa de inflación se redujo de 28.7% en el 2004 a 7.4% y excluyendo el impacto del choque petrolero sobre los precios internos, la inflación fue tan solo de 2.7%, lo que demuestra el estricto seguimiento que le dieron las autoridades monetarias a su programa financiero durante el año 2005. En nuestro país el elevado volumen de los pasivos monetarios del instituto emisor producto de la crisis del año 2003, amerita un mayor esfuerzo del gobierno que el necesitado en situaciones normales para el mantenimiento del clima de confianza. Porque son realmente las políticas económicas e institucionales del Gobierno las que en su accionar, crean las bases y envían los mensajes sobre el comportamiento económico esperado en periodos de tiempos mayores, las que apuntalan la confianza y estabilidad, que se manifiestan en mayores inversiones productivas privadas que potencian la capacidad de crecimiento de un país.  Algunas voces agoreras han puesto  en dudas el crecimiento del 9.3% sustentadas en dos razones 1. Porque los sectores de mayores crecimientos fueron de servicios y 2. Por la metodología empleada en el calculo de medición de las cifras del Producto Interno Bruto (PIB).

Efectivamente los sectores que más aportaron al crecimiento del PIB fueron comercio 19.8%, comunicaciones 26.8%, transporte 10.1% y hoteles y restaurantes 7.6%, pero también crecieron el agropecuario 7.2%, construcción 6.2% y manufactura 5.2%.

En los países desarrollados el sector de los servicios representa entre el 60-70% de sus economías, en la india  el 52%,  y la China Popular descubrió en una reciente revisión de sus cuentas nacionales que su PIB es mayor en 17% a lo previamente calculado, aportando el sector servicio el 93% (US$ 265,000 millones) de este crecimiento, aumentando su participación a 41% de su PIB. Estos dos últimos países junto a los Estados Unidos  han sido los motores de la economía mundial en el último lustro y son  sus sectores de servicios los que más han aportado a este crecimiento. Sin embargo para algunos desfasados parece ilógico que en las dos terceras partes de una isla del Caribe sean los servicios los que más aporten al crecimiento del PIB, cuando la mayor riqueza que poseemos son playas, arenas, sol y recursos humanos y nos mantuvimos por siglos viviendo de los escasos recursos públicos y comercializando con piratas, bucaneros y filibusteros para poder sobrevivir. Razón de nuestras mañoserías políticas para el lucro fácil y tradición mercantil.

En cuanto a la critica a la metodología de medición del PIB, los tiñosos vuelven de nuevo con su misma cantaleta, siendo el PIB medido de la misma forma en los últimos  30 años por todos los gobiernos que han pasado por ese periodo y por los mismos que hoy lo critican, argumentando que según una metodología que ellos han diseñado al ojo,  el crecimiento del PIB fue del 2.5%, metodología que al igual que los magos se sacan los conejos debajo de la manga, ellos se sacan las cifras.

Admitámosle que tienen razón, que la metodología que aplican las autoridades es incorrecta, o más bien desfasada en su medición de los datos para ponderar la participación de las anteriores y nuevas actividades que han surgido en las últimas décadas, que cuando se revisen y se presenten en los próximos meses tal como las autoridades monetarias lo han anunciado, el cazador podría terminar siendo cazado, de darse la sorpresa como en China,  si dicha revisión reflejara un mayor crecimiento económico. Si ellos consideran que la economía creció solo 2.5%, tal vez me podrían indicar ¿en que manga del mago se escondieron las importaciones gravables, que sin incluir el petróleo crecieron en 46.4%, eliminando el superávit de la cuenta corriente de la balanza de pagos del 5.8% del PIB en que culmino el año 2004¿ o los prestamos de la banca al sector privado en moneda nacional, sin incluir otras instituciones como las asociaciones de ahorros y prestamos,  que crecieron en RD$ 17,250 millones, 17.6% ¿ o el consumo privado real que creció 16.9%? ¿o la inversión interna bruta que creció 10.3%? ¿o los US$ 1,015 millones de ingresos mayormente de capitales privados que refleja la mejoría de la cuenta de errores y omisiones de la balanza de pagos?

Donde los amigos tiñosos debieron haber puesto sus miras era, en si las causas que originaron este elevado crecimiento eran repetible haciéndolo  sostenible, sin una reforma fiscal integral que estimule la competitividad, las exportaciones  y el desarrollo de las inversiones productivas en el sector privado. Pero eso, que no es una obligación sola de uno de los poderes del Estado, sino que es un compromiso con el desarrollo de un pueblo, no les interesa, pues a los políticos de oposición en este país lo que siempre les ha interesado es que los gobiernos fracasen aunque el bienestar de la población se empobrezca.

Otro elemento que a lo largo del pasado año se venia cuestionando era el relativo a la liquidez en la economía. Veamos, la emisión del Banco Central en Billetes Emitidos (dinero fuera del Banco Central) aumentó en RD$9,300 millones, 23%. De estos, los pesos que estaban circulando en la calle fuera de los bancos crecieron en 17.7%, no en 2.9% como erróneamente se ha escrito para explicar un supuesto deterioro en la distribución de los ingresos. Y lo mas sorprendente es que aunque los depósitos a plazo, en certificados y bonos en la banca ( donde las personas de mayor poder adquisitivo así como los Fondos de Pensiones colocan su dinero porque pagan mayores tasas de interés reales mientras mayores son los montos de la colocación) se redujeron en RD$ 175 millones, los depósitos de ahorro, que reciben tasas de interés reales negativas ( cuentas donde las personas de menor poder adquisitivo coloca su dinero en libretitas ahorrando para comprar su casa o comprar artefactos eléctricos o hacer pequeñas inversiones ) aumentaron en RD$ 20,738 millones,  para un sorprendente crecimiento del 37.6%.

Este comportamiento del pequeño ahorrante  demuestra que este sí tuvo un excedente de ingresos en pesos disponibles que le permitió destinarlo al ahorro, lo contrario de lo que se quiso vender durante todo el año en el sentido de que no habían pesos disponibles. Y este excedente fue originado por un aumento en los ingresos percibidos superior al aumento en el nivel de precios (los precios de estos grupos se vieron beneficiados por la apreciación del peso que redujo los precios de los productos importados y por los programas de ventas populares de productos que componen la canasta familiar).

Naturalmente no hubo un aumento de RD$ 20,738 millones de pesos circulando en la economía sobre los RD$ 5, 746 millones que se adicionaron a la circulación en forma de billetes y monedas durante el 2005, porque la confianza en el presente y futuro llevó al pequeño ahorrante a sacrificar consumo en el presente, por inversiones y consumo en el  futuro, colocando sus recursos excedentarios en depósitos bancarios. Si este comportamiento no muestra una mejor distribución del ingreso, aumentando la disponibilidad de recursos del pequeño ahorrante en el 2005, díganme entonces que significa este fenómeno, que para los economistas es irracional por las tasas de interés reales negativas y para los pequeños ahorrantes refleja un desbordamiento de la confianza en el futuro.  Frente a estos datos amurallados chocan las flechitas envenenadas de los tiñosos nacionales.

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