Tijuana, en el norte de México, fue la ciudad más violenta del mundo en 2018, seguida de la también mexicana Acapulco y de Caracas (Venezuela), según un informe del Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública y la Justicia Penal de México divulgado este martes.
La ONG, que divulgó hoy su listado tomando en cuenta 50 ciudades de más de 300.000 habitantes, señala que México sustituyó a Brasil como el país con el mayor número de urbes más violentas.
Las primeras 10 ciudades que figuran en la lista son Tijuana, Acapulco, Caracas, Ciudad Victoria (México), Ciudad Juárez (México), Irapuato (México), Guayana (Venezuela), Natal (Brasil), Fortaleza (Brasil) y Ciudad Bolívar (Venezuela).
De acuerdo con el reporte, Tijuana, en la frontera con EE.UU., registró una tasa de homicidios de 138,26 por cada 100.000 habitantes. Por segundo año consecutivo una ciudad mexicana encabeza la lista de las urbes más violentas.
En total son 15 ciudades del país las que están dentro del listado, desplazando a Brasil, que durante varios años presentaba el mayor número de ciudades violentas.
En el 2017, la ciudad más violenta del mundo también fue mexicana, el puerto de Acapulco, en el Pacífico, que ahora se ubica segunda.
De las 5 ciudades que encabezan la lista, 4 son mexicanas- Tijuana, Acapulco, Ciudad Victoria y Ciudad Juárez, esta última también ubicada en la frontera con Estados Unidos.
La ONG atribuye el problema en México a las disputas que libran en el país los integrantes del crimen organizado, lo que se cristaliza en una violencia en las calles.
Mencionó que las ciudades de La Paz y Los Cabos, que en 2017 ingresaron en los primeros lugares debido al crimen organizado, en 2018 ya no figuran en lo alto de la lista debido a que un grupo criminal se impuso a sus rivales.
Dentro de las 50 ciudades más violentas, 42 están ubicadas en América Latina, donde se percibieron mejoras en Colombia, donde cada vez es menor la violencia urbana y este año forman parte del listado Cali y Palmira. No obstante, señaló la ONG, la violencia persiste en zonas rurales.
En el caso de Venezuela, cuya capital está en tercer lugar de la lista, la organización destacó una dificultad cada vez mayor para reconocer la magnitud de la violencia.
“Desde años anteriores, pero sobre todo en 2018 nos enfrentamos a un nuevo fenómeno que expresa la muy grave crisis que en todos los órdenes que enfrenta Venezuela- la creciente incapacidad de contar a sus muertos”, expone.
El informe concluye que la violencia se da más en países en los cuales el Estado no actúa contra quienes violan la ley.
A esto agregaron la crítica hacia políticas como “la legalización de las drogas, los subsidios tendentes a eliminar la pobreza”, así como las treguas o amnistías pactadas con los responsables de la violencia.