Las cinco crisis invisibles
En el mundo hay crisis visibles e invisibles

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BBC Mundo. La crisis financiera está en los radares de los medios y en la atención permanente de los gobiernos. La de la pobreza o el desempleo sólo aparece en las páginas de temas sociales.

En algunos casos la visibilidad de una noticia (paraísos fiscales o activos tóxicos)  esconde una esencial invisibilidad con una técnica similar a la que usó Edgar Allan Poe en su célebre cuento «La carta robada»: la mejor manera de esconder una carta comprometedora es dejarla a la vista. BBC mundo identificó cinco crisis que están y no se ven:

1. Invisibilidad del desempleo
La OIT calcula que 50 millones de personas se agregarán a las filas de desocupados en 2009: el número total será entre 210 millones y 239 millones.

La crisis es planetaria
La máxima potencia, Estados Unidos, tendrá unos 14 millones de personas desempleadas (10% de la población económicamente activa). En América Latina habrá entre tres y cuatro millones de nuevos desempleados. En Asia el desempleo regional podría rozar el seis  por ciento.

A lo que hay que agregar el galopante crecimiento del subempleo, como indicó a BBC mundo el director del Instituto de Estudios Laborales de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) Raymond Torres.

«En muchos países ha aumentado el número de gente que está trabajando a tiempo parcial aunque quisiera trabajar a tiempo completo. En muchos casos se ha llegado a acuerdos para reducir el número de horas de trabajo a cambio de conservar el puesto laboral», indicó Torres a BBC Mundo. A pesar de esto, la crisis laboral ha quedado relegada a un segundo plano en la agenda mediática.

Invisibilidad de la pobreza.
El desempleo está disparando otro silencioso escándalo: la pobreza mundial.

Según la OIT a fin de año habrá unos 1.422 millones de pobres – casi una cuarta parte de la población mundial. El empleo no será una garantía de nada. Más de 200 millones de nuevos pobres que ha traído la actual crisis tienen empleo, pero ganan menos de dos dólares diarios.

«El modelo de crecimiento económico que hemos tenido no ayuda a revertir esta situación. La informalidad, por ejemplo, no sirve para la reducción de la pobreza», indicó Torres a BBC Mundo.  Esta informalidad forma parte de la desregulación económico-laboral de las últimas décadas.

La contrapartida de este modelo económico-social ha sido el crecimiento de la desigualdad y la caída del salario real.

Invisibilidad del hambre
Las cifras de la FAO son alarmantes. Según la organización 1.020 millones de personas sufrirán hambre diariamente a consecuencia de la crisis económica: una sexta parte de la población mundial.

El presidente del Banco Mundial, Robert Zoellick,  calcula de otra manera el impacto de la actual crisis: este año van a morir 400 mil niños más de los que ya mueren por pobreza extrema o indigencia. Pero lo cierto es que desde la caída del muro de Berlín y el llamado fin de las ideologías, el hambre, la pobreza y el desempleo se han naturalizado: forman parte «inevitable» del paisaje social.

A nadie escandaliza que esto suceda al mismo tiempo que el desarrollo tecnológico permite viajar a otros planetas o sumergirnos en el ciberespacio. La economía no sale indemne de esta crisis «social».

Invisibilidad de los activos tóxicos
Nadie sabe a ciencia cierta cuántos activos tóxicos hay en el sistema bancario. El Fondo Monetario Internacional ha ido cambiando su evaluación de estas deudas incobrables que tienen los bancos escondidas en la complejísima ingeniería financiera que se montó a partir de la desregulación de los 80.

En su última evaluación, el FMI hablaba de 4 millones de millones de dólares, pero otras fuentes han llegado a sumar 16 millones de millones y, en realidad, nadie sabe a ciencia cierta. Esta aparente ignorancia es un escándalo en sí misma.

Invisibilidad de los paraísos fiscales
Una de las razones por las que no se termina de conocer la suma total de las deudas incobrables o activos tóxicos es que se encuentran diseminados en la opacidad de los paraísos fiscales. Esta opacidad es una red de filiales, sucursales y compañías fantasmas que operan bajo la regulación laxa o nula de esas jurisdicciones. Los especialistas calculan que los paraísos fiscales mueven unos US$11 millones de millones, equivalente al PIB de Estados Unidos.

El derrumbe de los bancos en los últimos dos años está vinculado a la existencia de los paraísos fiscales. La caída del Bear Stearns se produjo meses después del hundimiento de dos de sus fondos de alto riesgo (hedge funds) registrados en un buzón de correos en las Islas Caimán. La mecánica era clásica. Estos fondos de alto riesgo recibían préstamos apalancados (con un endeudamiento muy superior a su capital) para que especularan con títulos y valores vinculados a las hipotecas sub-prime.

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