Desde siempre hemos escuchado que la leche materna es la fuente perfecta de nutrición para los bebés, y es que según los especialistas, esta contiene cantidades apropiadas de carbohidratos, proteínas y grasas. Igualmente, suministra enzimas digestivas, minerales, vitaminas y hormonas que requieren las criaturas.
Y como explica Yanet Olivares, consultora internacional certificada en lactancia materna, alimentar de esta forma a los infantes facilita el vínculo entre mamá y bebé, además de ser una fuente alimenticia inmediata que promueve el desarrollo de la mandíbula y el desarrollo normal del cerebro.
Sin embargo, y a sabiendas de esto, las estadísticas que presenta la Encuesta Demográfica y de Salud (ENDESA) 2007 con relación a nuestro país no son las más apropiadas. Los resultados indican, en resumen, que República Dominicana continúa siendo el país con la más baja duración de la lactancia materna en la región.
Apenas el 12% de los niños y niñas menores de cuatro meses recibe lactancia exclusiva, lo cual confirma la importante disminución observada en el año 2002 con respecto al año 1996 cuando era un 25%. El amamantamiento exclusivo es el más bajo de los países estudiados.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) conmemora cada año, (del 1 al 7 de agosto) la semana de la lactancia materna, cuando se realizan actividades en varios países del mundo, incluyendo el nuestro, que cuenta con la Liga de Leche, en la cual, según explica su representante en el país, Yanet Olivares, se hace una reunión mensual para las madres, y se les brinda información y apoyo.
Olivares dice que la recomendación general es lactar los primeros seis meses de manera exclusiva, aunque puede continuar como alimento principal hasta los dos años.
Ailyn Hilario
Lactar es gratificante
La experiencia de lactar a mi hijo Aydin Yuniel, de diez meses, ha sido gratificante. Ambos hemos desarrollado una conexión emocional y de apego muy fuerte a través de la lactancia. Verlo crecer y desarrollarse saludablemente no tiene precio y saber que mi leche contribuye con eso, me llena de satisfacción. Retornar al trabajo no es impedimento para la lactancia. Mientras estoy trabajando, que es casi todo el día, tomo descansos para extraerme la leche que Aydin tomará y que luego agrego al banquito de leche de la nevera. Al llegar a la casa, seguimos la dinámica de amamantar a demanda. Suena complicado, pero en realidad es muy natural.