La época estival y el calor nos traen la necesidad de tomar alimentos frescos y jugosos, como, por ejemplo, las ciruelas. Aunque están ya maduras en primavera, disfrutan en los meses de verano de su momento óptimo. Ya que están compuestas en su mayor parte por agua
Las ciruelas anuncian su maduración por el perfume especial que desprenden. Podemos encontrarlas en el mercado desde finales de abril hasta septiembre.
Propiedades nutritivas
El principal componente de las ciruelas es el agua, seguido de los hidratos de carbono, entre los que destaca la presencia de sorbitol, de leve acción laxante.
El aporte de vitaminas no es relevante, aunque destaca su contenido moderado en provitamina A (más abundante en las de color oscuro) y vitamina E (interviene en la estabilidad de las células sanguíneas y en la fertilidad), ambas de acción antioxidante.
La provitamina o beta caroteno se transforma en vitamina A en nuestro organismo conforme éste lo necesita. La ciruela también es famosa por sus efectos laxantes.
Cómo elegirla y conservarla
Al comprar ciruelas hay que asegurarse de que sean firmes, no estén estropeadas y estén cubiertas de un ligero polvillo mate.
Si se cogen directamente del árbol, se sabe que están maduras cuando, sacudiendo ligeramente el árbol, cae algún fruto.
Una vez alcanzado su punto de maduración, la ciruela no dura cinco días. Si las compra verdes, conviene dejarlas a temperatura ambiente para que maduren. Una vez en el hogar, lo recomendable es guardarlas en la nevera durante pocos días. Recuerde lavarlas con cuidado antes de consumirlas, ya que normalmente se consumen con piel.
En la cocina
La mermelada de ciruela se emplea como remedio contra la tos, y para ello sólo hay que agregar una cucharada de mermelada en una taza de agua caliente con el jugo de un limón, y tomarla antes de acostarse. Esto ayudará a suavizar la garganta y evitar la tos.
La salsa de ciruela se puede usar para acompañar asados y es, además, una fruta exquisita para postres, y para degustar com tal.
Receta
Lomo a la ciruela
1 libra de lomo, 3 dientes de ajo
1 cebolla grande roja, 1 hoja de laurel
1 taza de vino blanco, 1 vaso de agua
1 taza de harina, 3 cucharadas de coñac
sal, pimienta, nuez moscada, ciruelas
Preparación. Se corta la cebolla en trocitos pequeños, se pone en una cazuela honda con aceite y se deja que dore y tome un poco de color. Se introduce lomo, sazonado con sal y pimienta blanca y nuez moscada. Se fríe por ambos lados, se pone el ajo y el laurel, una cucharada de harina, añada el vino el agua. Remueva y se deje a fuego medio durante 1/2 hora. A mitad de cocción se echan las ciruelas previamente remojadas en coñac. Una vez que está la carne bien hecha, se saca de la olla, se deja enfriar un poco para poder cortarla bien en rodajas finas. A la salsa se le quita el laurel y el ajo y se pasa por la batidora. Sirva el lomo con la salsa.