EFE. Reportaje. En Mallorca no existe el clima propicio para que se desarrollen perlas verdaderas, pero cuenta con la mejor cadena de producción para crear perlas casi idénticas y con los mejores componentes naturales, como lo ha hecho en más de cien años la empresa Majorica, a la que luego se han sumado otras como Orquidea, Sureda y Madre Perla.

La influencia en el entorno isleño de la industria perlera se ha concentrado en la localidad mallorquina Manacor desde inicios del siglo pasado, con la aparición de una empresa que por su nombre ha puesto esta joya como un ícono de la isla a nivel internacional: Majorica.

Las perlas verdaderas se producen de una manera natural en el fondo del mar cuando un pequeño objeto extraño que se introduce en el cuerpo de una ostra produce lo que el joyero mallorquín Joan Campis califica como “el llanto de una ostra”, que alrededor del pequeño núcleo se cubre con esas lágrimas llamadas nácar.

Este proceso natural de los moluscos actualmente podría costar el sueldo de toda una vida, ya que el valor de una perla verdadera asciende a miles de euros. Pero gracias a la mano del hombre -y en mucho menos tiempo-, el procedimiento se puede emular y entonces surge una perla casi idéntica a las verdaderas.

En el caso de las perlas cultivadas de origen australiano, un collar de perlas de 45 centímetros podría llegar a costar 23,000 euros (algo más de 33,000 dólares), lo que hace imaginar el altísimo valor de una perla verdadera, casi inexistentes en el mercado actual y que solo se encuentra en joyerías de lujo.

Hermosas imitaciones

En Mallorca se fabrican “hermosas imitaciones” de perlas “casi perfectas”, según las empresas productoras, que han hecho que las fabricadas en Mallorca sean tan consideradas como las auténticas y tengan  tanto prestigio mundial, a un precio más asequible para el consumidor  y sin dejar, eso sí, de ser un accesorio de elite.

Campins es dueño de un negocio de joyería ubicado en el centro de Palma y asegura que al trabajo artesanal de las perlas de Mallorca, la mayoría de las veces no se le da el precio que supone su elaboración, que considera “muy laboriosa y delicadamente fabricada”.

Uno de los pasos de la fabricación de perlas es el baño del núcleo, que puede ser de vidrio, opalina o cerámica, los cuales se cubren con un líquido compuesto por delicadas escamas de pescado y otros ingredientes que le dan el color, consiguiendo una iridiscencia inigualable, según explican las empresas fabricantes.

Las perforaciones en la perlas son una acción completamente “delicada”, según los expertos, ya que suponen una precisión que,  si no es bien manipulada, podría arruinarla.

Las claves

Producción de las perlas

Las perlas verdaderas se producen de una manera natural en el fondo del mar.

Costo

En el caso de las perlas cultivadas de origen australiano, un collar de perlas de 45 centímetros podría llegar a costar 23,000 euros (algo más de 33,000 dólares).

Calidad

El proceso “natural” de los moluscos actualmente podría costar el sueldo de toda una vida. Pero no todo lo que brilla es una auténtica perla mallorquina.