Las compañías intensifican tratos comerciales para superar la crisis

Las compañías intensifican tratos comerciales para superar la crisis

En Europa, Geely, el fabricante de autos de China, está finalizando la adquisición de Volvo el manufacturero sueco por US$1.8 millardos (1.4 millardos de euros, £1.2 millardos). En África, Bharti Airtel de la India está fijado a volverse el quinto mayor operador de celulares del mundo a través de la compra de los activos regionales de Zain, el grupo de telecomunicaciones de Kuwait.

 En Estados Unidos Reliance Industries, la compañía del sector privado más grande de La India, está completando un “joint venture” con Atlas Energy por un valor de US$1.7 millardos, después que por poco fracasa en Europa con una oferta de US$14.5 millardo por LyondellBasell, un grupo holandés dedicado a los químicos. 

Mientras tanto, después del desplome del año pasado, las exportaciones de las economías emergentes se están recuperando a una velocidad rompe-cuello, aumentando el mes pasado por ejemplo, en China por un 30%.

Las compañías de las economías emergentes están de vuelta en movimiento. Ellas han salido de la crisis  mejor que las corporaciones del mundo desarrollado”, dice Chris Hemmings de la consultora PwC.

Estos grupos están aumentando la cadena de valores con nuevos productos, servicios y marcas, que van desde los efectos electrónicos de alta tecnología china hasta los vehículos hindúes y los servicios financieros brasileños.

Según escribe Edgard Tse de la consultora Booz en un libro publicado recientemente: “China ya no es exclusivamente una fuente de manufactura de bajo costo. Ésta está considerando que su potencial sea bastante más: una fuente de competidores globales en cada aspecto de los negocios sobre el escenario global”.

Lo mismo se aplica a La India, y a una mayor extensión a Latinoamérica. Para las corporaciones globales, esto es un cambio aún mayor que la emergencia confrontada por los grupos japoneses como inversionistas internacionales hace 25 años atrás. Los nuevos desafiantes se están moviendo más rápido y más agresivamente de lo que lo hicieron los cautelosos japoneses.

Las nuevas multinacionales están llegando desde países que son más abiertos a la inversión extranjera de lo que fue Japón en los años 80. Cientos de compañías internacionales están ya firmemente establecidas en los mercados, tales como China, La India y Brasil; las compañías del mundo desarrollado y emergente están compitiendo de frente a través de una gama de industrias, y cooperando extensivamente a través de negociaciones conjuntas.

Pero la rivalidad se está volviendo más intensa, adoptando al mundo desarrollado, así como también al mundo emergente.

Para los inversionistas de cartera, también el juego está cambiando. Una vez que inviertan en los mercados emergentes implicará principalmente respaldar el particular crecimiento potencial de la economía o su capacidad para exportar materia prima. Ya no más. Ahora esto implica invertir en negocios ya clasificados entre los más grandes del mundo en sus industrias, tales como SAB Miller, la compañía cervecera surafricana; Cemex, el grupo cementero mexicano; o Huawei, el mayor grupo de equipos de redes de telecomunicaciones. Esto significa invertir en nuevas tecnologías, marcas y formas de hacer negocios.

Competir con compañías del mercado emergente no es nada nuevo para las multinacionales del mundo desarrollado. El número de compañías del mercado emergente en el Financial Times Global 500 puede haberse casi duplicado desde los niveles pre-crisis, desde 68 en marzo del 2007 hasta 119 hace dos meses atrás, pero la mayoría de compañías son todavía del mundo desarrollado.

En occidente, las multinacionales japonesas y surcoreanas retienen enormes reservas de talento, tecnología y capital. Muchos han estado en los mercados emergentes por décadas, incluyendo a Unilever, el grupo de productos de consumo angloholandés; General Electric, el conglomerado de Estados Unidos; y Siemens, el grupo de ingeniería alemana. Otros se han unido más recientemente, entre ellos Microsoft, el gigante de “software” de Estados Unidos, el cual ha establecido su mayor desarrollo central fuera de Estados Unidos, exactamente en Beijing; y Cisco Systems, el grupo de redes de computadoras, el cual ha levantado ”una segunda sede”, Cisco East, en Bangalore, La India.

Davin Chor de la Universidad de Gestión de Singapur, argumenta contra la gran generalización de las debilidades de algunas compañías americanas de alto perfil, tales como los fabricantes de autos. “Uno no puede ser tan pesimista en relación a las compañías americanas que están avanzando”.

Lo mismo aplica a las economías europeas. La mayor adquisición internacional de este año y hasta el momento, es la compra de $35.5 millardos, planeada por la aseguradora británica Prudencial de AIA, el negocio asiático del Grupo AIG de E.U., un caso más convencional de una compañía del mundo desarrollado que se mueve entre los mercados emergentes.

Igualmente, algunas compañías del mercado emergente fueron abatidas durante la crisis, notablemente los grupos de recursos rusos que tomaron prestado en exceso, como por ejemplo la empresa Rusal, el grupo de aluminio; y algunas compañías mexicanas, incluyendo a Cemex. “Hay enormes disparidades en rendimiento dentro de los sectores y dentro de los países”, dice Alok Kshirsagar de la consultora McKinsey del Centro de Asia.

Pero no hay dudas sobre qué dirección están soplando los vientos económicos. “Desde mi nueva base en Hong Kong, el cambio desde el oeste hacia el este está más claro que nunca”, dijo la semana pasada Michael Geoghegan, jefe ejecutivo de HSBC, uno de los bancos más grandes del mundo. “En los mercados desarrollados, los riesgos de una recesión doblemente profunda y estancamiento se han marchado. En contraste, la recuperación en los mercados emergentes parecen seguras”, dijo el Sr. Geoghegan, quien este año se mudó desde Londres hacia Hong Kong.

Guiando las compañías de mercados emergentes están sus propias economías locales. Mientras el producto interno bruto de los países desarrollados se contrajo por un 3.5% en el 2010, el mundo emergente evitó la recesión y está pronosticado aumentar de vuelta a un saludable 6.3% este año. Mientras los legisladores en el mundo desarrollado se preocupan acerca del estancamiento, sus contrapartes del mercado emergente se preocupan sobre la inflación.

El aumento en la demanda local es más claro en La India, donde los ingresos están aumentando de una base baja. Las compañías que obtienen los reconocimientos incluyen a Hero, fabricante de motocicletas; Godrej, industria de productos para el cuidado personal; y los fabricantes de cemento tales como India Cements y Grasim. “Lo que encontramos es que a muchas compañías hindúes que se enfocan en la misma India les ha ido extremadamente bien”, dice Kwok Chern-Yeh de Aberdeen Asset Managemente Asia.

Asia, y especialmente China, están viviendo en un auge crediticio que contrasta fuertemente con la escasez que arruina a Europa occidental, E.U. y en un mayor grado a Europa oriental y Latinoamérica. Mientras hay preocupación de que el boom pueda terminar en un aumento, por ahora, las compañías chinas tienen finanzas baratas.

Por contraste, las compañías del mercado emergente que han sufrido, son las que están en países que siguieron al mundo desarrollado hacia la recesión, notablemente Rusia, donde la producción del 2009 cayó por un 7.9%; Sudáfrica bajó por un 1.8%; y México, el rezagado de Latinoamérica, bajó por un 6.5%. Los magnates rusos que tomaron prestado antes de la crisis han sido forzados a vender los activos para reducir las deudas, más notablemente Oleg Deripaska, el principal accionista de Rusal.

El elemento más visible, y el más controversial, en la expansión de las multinacionales emergentes es la adquisición corporativa, vista por muchos directores como la forma más rápida para avanzar.

Li Shufu, fundador de Geely, dice que la absorción de Volvo es el perfecto antídoto que le falta a él mismo y a la mayoría de otros fabricantes de autos chinos: tecnología, capacidad de investigación y una reputación por calidad y fiabilidad.

Mientras la cantidad general de capital fluyendo desde el mundo desarrollado dentro de las economías emergentes es todavía bastante mayor que el que está yendo en la dirección contraria, en las adquisiciones corporativas es una historia diferente. El año pasado, por primera vez, las adquisiciones por parte de las compañías del mundo emergente de grupos del mundo desarrollado, excedieron las adquisiciones que iban en vía contraria, el primer valor en $105 millardos, el último en $74.2 millardos, de acuerdo a Dealogic, una compañía de data de negocios.

 “En los próximos años veremos un creciente número de adquisiciones en Europa y los Estados Unidos por las compañías radicadas en mercados emergentes, especialmente en Asia y Suramérica”, dice Rodolfo De Benedetti de CIR, un conglomerado italiano. “Estas compañías hoy tienen considerables recursos financieros y buen manejo, y están interesadas en entrar a nuevos mercados y adquirir competidores”.

Igual que el mundo desarrollado, la nueva inversión corporativa está siendo el objetivo para otros mercados emergentes que a menudo desafían los grupos occidentales. La competencia por recursos naturales es particularmente apretada, con China y La India liderando el camino.

Para no dejarla, Vale, la compañía minera brasileña, el mes pasado pagó $2.5 millardos por la mitad de una acción en un remoto depósito de hierro en Guinea.

 Para las compañías surafricanas, fomentadas sobre vínculos con el oeste, invertir en África es una nueva “ortodoxia”, dice Jacko Maree, jefe ejecutivo de Standard Bank, el mayor del país.

Conjuntamente con las adquisiciones, los asuntos de sociedades en un mundo globalizado, con sugerencias de “joint ventures” ya fijadas entre los grupos de motor del mundo desarrollado y sus contrapartes del mercado emergente.

En el último caso, Peugeot Citröen, el fabricante francés que ha quedado atrás de otros grupos extranjeros en China, este mes anunció un joint venture con China Changan para suplementar la capacidad de producción que ésta ya tiene en el país.

No obstante, los términos de comercio entre los grupos de mercados emergentes y desarrollados están cambiando poderosamente al mundo emergente.

“Estamos observando un ligero cambio en el péndulo. Cinco o diez años atrás, una multinacional te  diría qué hacer, ahora trabajando juntos se está llevando a cabo un real “joint venture”, dice   Kshirsagar de McKinsey.

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Visión de una consultora

 Algunas compañías del mercado emergente fueron abatidas durante la crisis. Es el caso de  los grupos de recursos rusos que tomaron prestado en exceso, como por ejemplo la empresa Rusal, el grupo de aluminio; y algunas compañías mexicanas, incluyendo a Cemex. “Hay enormes disparidades en rendimiento dentro de los sectores y dentro de los países”, dice Alok Kshirsagar de la consultora McKinsey del Centro de Asia. Pero no hay dudas sobre qué dirección están soplando los vientos económicos. “Desde   el este está más claro que nunca”.

VERSIÓN AL ESPAÑOL DE  ROSANNA CAPELLA

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