Las confusiones en el Kremlin

Las confusiones en el Kremlin

Por CLIFFORD J. LEVY
The New York Times News Service
MOSCU
— La kremlinología durante la Guerra Fría en ocasiones parecía tener tanto rigor como la astrología, ofreciendo profecías sobre una nación opaca analizando todo tipo de textos enrevesados, estadísticas dudosas, fotos retocadas y rumores tras bastidores.

Quizá era una tontería predecir al nuevo liderazgo o políticas soviéticas basándose en qué apparatchiks se arremolinaban en torno a Brezhnev en la tribuna del desfile en la Plaza Roja, pero ¿qué más había?

Se puede detectar una desesperación similar en Moscú en estos días en los intentos por adivinar lo que el Presidente Vladimir V. Putin está preparando para su nación en los seis meses previos a la próxima elección presidencial.

Aunque Rusia en la era de Putin es una sociedad mucho más abierta que el estado soviético, el funcionamiento interno del Kremlin es tan confuso como siempre.

Sin embargo, el arte de la kremlinología ha cambiado, en formas sutiles y no tan sutiles.

Lo atestiguan los acontecimientos que sacudieron al gobierno ruso la semana pasada, y las teorías, preguntas y rumores que surgieron como respuesta.

Sin advertencia, Putin envió a su primer ministro al exilio político (¿o no?) e instaló a un nuevo personaje enigmático (¿tiene algo con el presidente?), todo mientras dejaba en su sitio a otros dos potenciales herederos de la presidencia (¿por qué uno de ellos no obtuvo el cargo de primer ministro?).

Putin continuó insistiendo en que cumplirá los límites de su mandato y no se postulará para presidente el año próximo (¿pero lo cumplirá?).

No fue sólo el público el que se sorprendió por la designación del nuevo primer ministro, Viktor A. Zubkov. Miembros del parlamento del propio partido de Putin, Rusia Unida, parecieron no tener ningún indicio tampoco, aunque no se quejaron.

En vez de que acumularan elogios a Zubkov. Un subpresidente parlamentario, Lyubov Sliska, dijo a los reporteros que «toda la vida de trabajo de Zubkov merece un premio al Héroe del Trabajo Socialista», aparentemente olvidando que esos honores cayeron en desgracia alrededor de, oh, digamos, 1991.

En busca de indicios sobre a quién apoyará Putin para la presidencia, los kremlinólogos de hoy han actualizado algunos de sus métodos antiguos. En vez de rastrear quién está de pie al lado del secretario general del partido mientras marchan los soldados, meticulosamente calculan qué funcionarios reciben más tiempo en los noticieros de televisión; después de Putin, por supuesto.

Y así fue que en las últimas semanas, los expertos que ponderan la rivalidad entre los dos supuestos herederos presidenciales — los primeros viceprimeros ministros, Sergei B. Ivanov y Dmitri A. Medvedev — estaban prediciendo el ascenso de Ivanov. Después de todo, él había parecido ser cada vez más el favorito de Putin en público. Los dos incluso recorrieron Kamchatka en el Lejano Oriente ruso juntos.

La mañana del miércoles, un periódico respetado, Vedomosti, informó que, basándose en información de un funcionario del Kremlin de alto rango, aunque anónimo, Putin estaba a punto de destituir a su Primer Ministro, Mikhail Y. Fradkov, y elevar a Ivanov al puesto.

La información era cierta a medias.

Unas horas después, el reemplazo resultó ser Zubkov, un oscuro confidente de Putin que había estado encabezando un agencia federal contra delitos financieros.

Se avivó la especulación de que estaba siendo preparado como un ocupante del puesto presidencial que permitiría a Putin regresar al poder después. Otros sugirieron oscuramente que en su puesto había obtenido información comprometedora sobre las finanzas de los funcionarios.

Como es usual, todo fueron especulaciones, y el primer interrogante es si la filtración de Vedomosti había sido desinformación del Kremlin destinada a sacar de equilibrio a la clase política.

Nikolay V. Petrov, experto en política rusa en el Centro Carnegie de Moscú, dijo que si acaso, la kremlinología era más difícil ahora. Bajo el comunismo, dijo, al menos el partido tenía prácticas que eran seguidas de manera rígida. Era casi imposible, por ejemplo, ser designado primer ministro sin primero ascender a la prominencia; un funcionario oscuro como Zubkov no habría tenido muchas posibilidades.

«Es mucho más cerrado ahora, y es como estudiar los clanes de la KGB», dijo Petrov. «No hay evidencia pública. Hay pocos detalles que se puedan ver en la superficie. Y es difícil determinar qué está sucediendo».    Pudiera decirse que el Kremlin bajo Putin, un ex agente de la KGB,, refleja una inclinación del espía por el liderazgo hermético. Pero Rusia, ya sea bajo los zares o los comisarios, nunca tuvo una tradición de gobierno abierto. La palabra «Kremlin» se deriva del término ruso para fortaleza; el gobierno tiene el apodo porque está basado dentro de los muros medievales de Moscú.

Por un tiempo en los años 90 bajo el mandato del Presidente Boris N. Yeltsin, pareció posible que un gobierno más abierto echara raíces aquí. Sin embargo, el mandato de Yeltsin terminó con su propia intriga: la abrupa renuncia de Yeltsin en vísperas de Año Nuevo de 1999 y el repentino ascenso de Putin a la presidencia.

Ahora, si el gran plan de Putin resulta cumplirse, esto parece claro: El siente que entre más revele, más disminuye su propio poder en la próxima sucesión presidencial. Una vez que designe a un candidato, carecerá de poder, y quiere impedirlo en tanto sea posible.

Dmitri Peskov, el portavoz de Putin, fue interrogado sobre las varias posibilidades presidenciales. Sonrió y dijo que casi todos eran, bueno, posibles.

«Si alguien le dice: ‘Yo lo s黑, dijo, «estará mintiendo».

Líder senatorial pide la reelección de Vladimir Putin
MOSCU (AP)
_ El presidente de la cámara alta del parlamento ruso dijo ayer sábado que Vladimir Putin, a quien la ley le impide buscar un tercer mandato en los comicios del año próximo, debería postularse de nuevo para la presidencia en el 2012, informaron medios nacionales.

Los comentarios de Sergei Mironov reforzarían las especulaciones sobre la intención de Putin. Esta semana, comenzaron a surgir versiones sobre el tema, cuando el presidente disolvió abruptamente el gobierno y eligió a un político poco conocido para que sea el nuevo primer ministro.

Más tarde, Putin mencionó que ese aliado, Viktor Zubkov, figuraba en un puñado de políticos con posibilidades reales de reemplazarlo en el Kremlin a comienzos del año próximo. Ello llevó a que varios analistas especularan que el movimiento tenía la intención de permitir que Putin volviera a la presidencia en el futuro.

Durante una reunión con legisladores en Grozny, la capital chechena, Mironov insistió en su petición para ampliar la permanencia de Putin en la presidencia. La Constitución le prohibe buscar un tercer mandato consecutivo.

«El propio Putin se ha negado categóricamente a reformar la constitución para él mismo. Por lo tanto, elegiremos a un presidente distinto en el 2008», dijo Mironov, citado por la agencia Interfax.

«Este será un presidente que continuará el rumbo de Putin y, en el 2012, estoy seguro de que tendremos que postular de nuevo a Vladimir Putin y elegirlo presidente, lo que permite la ley», dijo Mironov a los legisladores chechenos, según la agencia.

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