Expongo y explico en esta entrega cómo el rol determinativo de las coyunturas perfilan seguro próximo presidente de la República surgido del certamen cívico mayo 2020 a Luis Abinader Corona.
Empiezo por identificar conforme a pesquisas históricas, Luis es el único candidato presidencial hijo de un dirigente político en la persona de su progenitor, el político, economista y educador José Rafael Abinader Wassaf.
Ningún presidente de la República registro dispone de ese aval, y ¡qué aval!, cuando recordamos cómo desempeñándose como ministro de Economía en el Gobierno del presidente Antonio Guzmán, José Rafael gestionó y obtuvo en Washington, D. C. el pago retenido de US$38 millones que la Gulf and Western adeudaba al fisco por concepto de impagos por azúcar exportada, culminando su gestión con acrisolada pulcritud.
Luis, que hereda ese principio, sería incapaz de no honrarlo, ni deshonrar la memoria de su esclarecido padre, imposible axioma, por incongruente.
Luis es el único de los tres candidatos presidenciales 2020 exento de máculas, por consiguiente, sin rechazo, porque no ha administrado bienes del pueblo, y por su legado paterno, intuimos cuÁl será su accionar como gobernante.
La división por primera vez del PLD es otra coyuntura que reditúa en Luis, al único que favorece en grande ese cisma, que preconiza el ocaso de poder del PLD.
Las elecciones no se ganan por encuestas, como dijo el penco, pero expresan el sentir popular sí decide elecciones, y en la última de ABC Marqueting, endosa a Luis 47.3% de preferencia,
Gonzalo-Danilo 22.6% y Leonel 20.9%, preludio del nuevo rodillo que le pasará Danilo. Resalta el cuello de cisne interrogatorio por quien se decantará Leonel en segunda vuelta, y si gana en la primera, por quién se decantará en la segunda Danilo.
Ahí será Luis presidente.