Las dalias y sus cuidados

Las dalias y sus cuidados

La dalia es un ejemplar vivaz de tallo herbáceo y hojas opuestas, divididas en cinco o siete hojuelas ovaladas y con dientes en el margen. Tiene raíz tuberculosa y su flor aparece a los tres meses de la plantación. Pertenece a la familia de las compuestas y es oriunda de las regiones tropicales y subtropicales de todo el mundo, sobre todo de México.

Para multiplicar las dalias sus bulbos deben de plantarse entre los meses de marzo y mayo, en un sustrato de humus vegetal y arena, muy permeable, a una profundidad de entre diez y trece centímetros. Junto al tubérculo se debe poner un tutor, destinado a sostener la futura planta. A medida que va creciendo, el tallo se ha de ir sujetando al tutor con la ayuda de unas bridas o similares.

Además, hay que ir despuntando el tallo, para obligarlo a ramificar de forma abundante. Conviene mantener las dalias en sitio seco, entre los 3 y los 13º C, porque a pesar de tolerar temperaturas bastante altas son muy sensibles a las heladas.

Respecto a sus necesidades de riego es un ejemplar que necesita agua a partir de la plantación. Hay que aumentar el riego en cuanto empiezan a formarse los primeros capullos y durante el calor fuerte regar en abundancia y hacer un hoyo alrededor del tallo para retener el agua.

Hay que buscar a las dalias un emplazamiento a pleno sol, porque de esta manera se logra una floración más intensa y duradera, no obstante también soportan ubicaciones con luz difusa o en sombra.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas