EI sistema de plantas hidroeléctricas existente en el país cuenta con unas 38 unidades de diversos tamaños, desde las grandes de Jigüey con 98 megavatios en dos unidades, hasta las mini centrales como en Las Barías con tan solo 900 kilos, de las cuales, según reportaje de Diario Libre del pasado día 11, hay 20 fuera de servicio por falta de mantenimiento, o de piezas de repuesto o descuidos en su vigilancia.
Tal ocurrencia deja muy mal parada la gerencia de la llamada Empresa de Generación Hidroeléctrica (EGEHID) que mantiene en precariedad a ese sistema que debía ser el puntal de la generación del sistema energético nacional. Ésta atraviesa una carencia crónica desde hace lustros; solo con promesas se engatusa al país de que todavía debe aguantar por que faltan cuatro años para ver la luz al final de un túnel, fabricado por la incompetencia, la politiquería y la codicia de quienes han estado al frente de los organismos responsables.
Se sabe, por la naturaleza de los ríos, que la producción hidroeléctrica no es estable por el tamaño de los embalses, la irregularidad en los ciclos de lluvias y por la pobre administración del agua que llega a esas presas. Muchas veces se dejan vaciar esos lagos por descuidos y no se aprovecha el agua para turbinarlas en las turbinas instaladas al pie de las presas en estructuras protegidas, que por indolencia, la dejan inundar de lodo, dañando por completo la unidad.
Se prefiere anunciar, con sistemática promoción empalagante, las unidades que se construyen, como fue el caso de la costosa Pinalito y la sazonada tuneladora Anacaona, traída desde Alemania para el túnel de la presa de Palomino. Pero lo correcto, y económicamente viable, era utilizar la tuneladora existente en el país en manos de la OPRET, que horadó el túnel de la primera línea del Metro.
El equipo de perforación de esa primera línea del Metro está ocioso desde hace meses, a la espera del inicio de la segunda línea. Esta deberá esperar hasta que aparezcan los inversionistas intrépidos que se arriesguen a invertir en una obra que requiere para su sostenibilidad de grandes subsidios oficiales.
No existe una excusa sostenible que justifique que se invirtiera tanto dinero en un nuevo equipo de perforación de túneles, con la existencia en el país de un equipo similar al de Palomino. Hubo tiempo suficiente para aprovechar el equipo del Metro ocioso desde hace más de un año. Ojalá que a los directivos de la EGEHID se les ilumine la mente y para otros proyectos de presas, ya que el país tiene sus perforadoras de túneles eliminando esas comisiones por compras, que tan atractivas son para ciertos funcionarios.
La situación es crítica para las unidades hidroeléctricas con más de la mitad fuera de operación. Por ese descuido el país deja beneficiarse de una energía barata y limpia. Con las reseñas de Diario Libre se observa que existe un tenebroso panorama para las hidroeléctricas, en donde la desidia o falta de interés impide que se tomen acciones. Las inversiones no son las de millones de dólares de las gratificantes unidades nuevas dejando de rehabilitar unidades en desuso por negligencias.