Las deudas nunca tienen que ver con el dinero

Las deudas nunca tienen que ver con el dinero

¿El dinero te inspira amor o temor? Miedo y amor no pueden coexistir. En mi experiencia, muchas de las personas que tienen problemas con el dinero tienen hacia el sentimientos ambivalentes; lo quieren pero tienen miedo de lo que cambiara en sus vidas por causa de él. Hemos sido criados con miedo al dinero: «Es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja a que un rico entre en el reino de Dios». Así, ¿Quién querría tener dinero?

Hay una fuerte asociación entre “amor al dinero” y “pecado”. El dinero suele ser un tema de conflicto para muchas personas que valoran lo espiritual en detrimento de la materia. Ellas suelen ver al dinero como la raíz de todos los males. Al igual que el cuerpo, el dinero es un espejo en el que nos reflejamos

En realidad, el propósito de la vida es emprender un viaje sagrado que nos lleve a comprender que el espíritu está en todo lo que es. Separar la realidad material de la espiritual crea graves trastornos en nuestros asuntos. Dios está presente en toda la creación. El concepto del dinero se clarifica, si podemos verlo en su expresión de energía. La riqueza es un «flujo de energía» similar a la energía de la fuerza vital (Chí)

Al igual que otras formas de energía (cinética, eléctrica, calor, etc), el flujo de dinero sigue las leyes de la creación. Los aparatos eléctricos sólo funcionan con el flujo de corriente apropiado. Si la energía sube demasiado, tanto los cables como el equipo se queman. Del mismo modo, si la energía que recibe es muy poca, ¡no funcionan! La cantidad de dinero que puedes sostener depende de tu nivel de conciencia. El concepto de deuda o riqueza varía mucho de una persona a otra. Lo que sí es igual para todos es que el dinero debe fluir.

Cuando tenemos una relación sana con el dinero, tenemos la confianza plena de que cualquier cosa que necesitemos será nos será provista. Don Juan Matus, el chamán que protagoniza los libros de Carlos Castaneda dice: “Ganamos dinero para comprar tiempo, pero lo perdemos intentando ganarlo”. La clave parece ser la comprensión de que la prosperidad (como el amor), existe en una medida apropiadamente sana en el momento en que podemos liberarnos de los miedos en torno a ella.

El corazón es un buen maestro para comprender como funciona la prosperidad. Nunca guarda nada, bombea sangre sin parar mientras vivimos. Se vacía para poder llenarse nuevamente. La acumulación es una traba para la prosperidad.Es preciso dejar un espacio vacío para que lleguen cosas nuevas a nuestra vida. Esta época es ideal para deshacernos de todo aquello que no nos funciona, y dar a otros lo que ya no usamos. Es un buen tiempo para limpiar cajones, closets, oficina, carro, etc.

La actitud de guardar nos encadena. Sin embargo, lo que nos estanca no es lo que guardamos, sino el sentimiento que sostiene nuestra necesidad de guardar. Acumular significa que creemos que mañana nos faltará. Inconscientemente pensamos que más adelante necesitaremos, y lo que guardamos cubrirá la necesidad. ¡Es un sentimiento de carencia! Esta creencia le envía dos mensajes al cerebro: 1-no confías en el mañana y 2-no mereces algo mejor de lo que tienes.

Creer que la energía y la materia están separadas es una ilusión. Cualquier tipo de escasez muestra una atadura energética con alguien o con algo. La mayoría de las personas que tienen deudas económicas postergan su felicidad o bienestar por “esperar algo”, o “mientras logran algo”.

La mala relación con Dios al reclamarle a otros (condenarlos, juzgarlos, culparlos, etc), impide que se disuelvan las deudas ¡porque las mantienes! Es imposible tener pensamientos de deuda, y pensamientos de abundancia al mismo tiempo en la mente.

Hace un tiempo tuve una conversación con el psicomago Cristóbal Jodorowsky, y me dijo que sanar el pasado es la vía regia para que nuestros potenciales puedan surgir como chorros de luz. Abrirnos a la abundancia empieza en la liberación de nuestra propia consciencia de escases, y la renuncia a las ideas que rechazan al dinero.

Napoleon Hill, un escritor Estadounidense que dedicó su vida a descubrir y compartir la fórmula del éxito y la prosperidad expresó: “Las ideas son los comienzos de las grandes fortunas. No esperes para ponerlas en acción, el momento correcto nunca llegará”. Hacer un inventario emocional es una interesante propuesta que conoci con Stretton Smith. Sirve para limpiar los obstáculos a la acción para ir en dirección hacia aquello que deseamos.

Busca un lugar tranquilo donde puedas estar contigo sin ser interrumpido (a). Dile a tu Ser superior que estás dispuesto (a) a soltar todo lo que te está impidiendo disfrutar de la abundancia. Respira y permite que tu intuición vaya escaneando los momentos de tu vida que te están atando, y las personas con que se relacionan. No lo cuestiones, solo haz una lista de deudores emocionales con los nombres que vayan surgiendo. Luego, pregunta a tu corazón cuánto vale lo que has vivido. Monetiza cada suceso, emoción o pensamiento.

Una vez que has hecho esto, tienes el poder para cobrar, condonar, o liberar la deuda. Créeme, el Universo responderá a tu petición de manera rápida. Recuerda que este pago puede llegar por cualquier vía. Querer que sea la misma persona quien te pague es tan solo una manera de seguir atado (a).

Agradecer la vida que tienes tal y como está ahora, renunciando a la necesidad de cambiar algo o querer que lago más llegue, es un trampolín cuántico hacia la prosperidad. La práctica del Ho’oponopono es un valioso recurso para limpiar los obstáculos que te separan de la vida plena. Se basa en que si yo lo he creído, yo lo he creado, y si yo lo creé, también lo puedo cambiar. Es una herramienta de uso muy sencillo ¿recuerdas? La he compartido contigo antes.

Cada vez que llegue un sentimiento de carencia, sufrimiento o dolor repites:

1. Lo siento; reconocimiento de que algo (sin importar qué), entró en tu cuerpo emocional y/o mental y te está provocando dolor.

2. Perdóname; reconciliación contigo mismo (a) por haber traído a tu vida una situación de aflicción.

3. Te amo, admites que más allá de la situación que vives, tienes amor para ti y para otros.
4. Gracias, expresa tu confianza en que todo está resolviéndose de la mejor manera para todos los involucrados.

El dinero que sana nuestra conexión con la vida es el resultado del bienestar que logramos, al ir asintiendo a las cosas tal y como son. Esa prosperidad  se mantiene incesante porque responde a la energía de la dimensión espiritual, en vez de la material. No depende de la economía, tu trabajo, o las circunstancias. ¡Es un camino de riqueza sin retroceso!

En un retiro de prosperidad que hice con el escritor Chamalú (escuela de la felicidad) dijo: “El mejor negocio en la vida, es aprender a vivir, entonces estaremos condenados a ser felices y  prósperos. Las finanzas mejoran cuando la consciencia crece y la sensibilidad se multiplica”. Yo así lo creo ¿y tú?

 

 

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