Las diferentes policías y el orden público

Las diferentes policías y el orden público

En el país hay tres cuerpos policiales con características propias y funciones delimitadas a sus respectivas demarcaciones.  La Policía Nacional (PN); la Autoridad Metropolitana de Transporte (AMET) y, en algunos municipios, la Policía Municipal (PM).  Sin embargo, a nuestro entender, ninguna de las tres cumplen el rol para el cual fueron creados, ya que en su fuero interno, todavía sus agentes y asimilados se creen un cuerpo militar y no un auxiliar de la justicia.

   La aspiración máxima de un policía es llegar a ser general y si obtiene un rango todavía superior se cree llegar al cénit de su profesión.  Nada más absurdo y abyecto.  En la mayoría de los países, cuando la policía es asimilada a un cuerpo militar, el rango más utilizado para el jefe es coronel.  En nuestro país, la pretensión de todo uniformado es que le llamen general.  Este rango ha sido tan obsesivo, que hasta en los bomberos, un cuerpo civil para servir en emergencias a la ciudadanía, ha tenido “generales”.

   El mayor problema de los policías que prestan servicio, tanto en el tráfico terrestre como preservadores del orden público, es el desconocimiento total del alcance de sus funciones.  Un policía de tráfico observa con el mayor desparpajo como un conductor entra en vía contraria y, sin embargo, ni siquiera lo amonesta, ya que como está a pie, el conductor no le hará el más mínimo caso. Es más, en la mayoría de los casos hasta se burlan de ellos.  Esto sucede también cuando otro conductor le hace señas de que está transitando en una calle de una sola vía.  La mayoría de las veces, hasta profieren unas cuantas palabras soeces o le hacen una señal despectiva y   grotesca y si se tiene la mala suerte de encontrar uno que está armado, hasta le sacan una pistola en señal de prepotencia.

   Un ejemplo que observamos a diario ocurre en la Embajada de Italia situada en la calle Rodríguez Objío, de Gascue.  Esta calle que se inicia en el Palacio Nacional es de una sola vía este-oeste.  Hay siempre charlando animadamente uno o dos agentes de la PN y a veces de la AMET.  Una gran cantidad de vehículos, por sus conductores no llegar hasta la Moisés García, una cuadra más abajo, penetran en sentido contrario la Rodríguez Objío ante la mirada indiferente y hasta cómplice de estos “abnegados agentes”, que prefieren el “picoteo” antes que imponer una contravención.

   En la mayoría de las esquinas hay uno o dos Amet desprovistos de motocicletas, pero tienen radios móviles que pudieran llamar a los que están más adelante para detener a conductores imprudentes violadores de las leyes de tránsito; pero no lo hacen, porque la mayoría son reclutas, “arenques” como se les denominaba antes, que no tiene la experiencia ni tampoco saben cuáles son sus deberes y obligaciones.  Si el conductor es de los que conducen una “voladora”, estos, como “padres de familia” y transportistas gratuitos de los uniformados, tienen como el Agente 007, licencia para matar.  Mientras la PN, AMET y la PM no reciban un entrenamiento acorde con sus funciones, deberes y obligaciones. a la vez que una mayor remuneración por sus servicios, estaremos abocados al cohecho, el caos y la corrupción.

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