Muchos estudios han demostrado que desde el momento en que creamos consciencia de que existimos, de que somos alguien en algún lugar; despertamos la necesidad de sentirnos identificados ante algo o alguien. Entonces empezamos a perseguir esa identidad soñada, a buscar en nuestro interior un SER que no existe para demostrar a la sociedad que tenemos poder, y que nuestro “YO” espiritual no tiene competencia alguna.
La palabra “EGO” en latín significa “YO”. De ahí se deriva el exceso de estima a uno mismo como egocentrismo. Por lo general, una persona que ha desarrollado ego es una persona vacía. Una persona sin identidad o valores propios originales, incapaz de reconocer lo mucho que vale y el potencial que tiene, ahora, cuando esto se convierte en algo exorbitante, pasa de ser de un ego controlado y una autovaloración negativa.
Es necesario tener autoestima alta, pero estable, sin perjudicar ni dañar a los demás, es ego es bueno y saludable, cuando no necesitas de la aprobación de nadie para hacer valer tus ideas, tus pensamientos, tus proyectos y tu estabilidad emocional como persona. La otra cara del ego es cuando crees que tienes el control de todo, no aceptas que alguien tenga más habilidades que tú en ciertos aspectos, cuando tu sobrevaloración está por encima de todo y de todos, cuando te harás notar sin importar a quien tengas que llevarte por delante. Este tipo de actitud por lo general termina deteriorando tus relaciones interpersonales, ya que la gente detesta rodearse de personas presumidas, que alardeen de aquello que no tiene, que crean que son superiores, este tipo de ego es dañino no solo para usted, sino para los demás.
El ego negativo es el más predominante en un 95% de las personas a nivel mundial, esto se debe a la necesidad de ser reconocido, de pertenecer a esa clase que no tenemos, de ostentar las cosas que no nos podemos permitir pero entendemos que nos merecemos, eso a la larga conlleva a un desgaste físico y emocional que nos afecta mentalmente en alta medida a corto plazo.
Para el investigador Iván Durán Garlick, Autor del libro el ego. “La mente de una persona con poca autoconciencia es un hotel cinco estrellas para el ego. Entonces, indica que para evolucionar es necesario conocer qué tipo de ego predomina en nuestra personalidad y trabajarlo.
Revisemos estas diez categorías e identifica en cuál de ellas te encuentras:
1- El sabelotodo – Cree tener siempre la razón
2- Insaciable – no le gusta pasar por desapercibido
3- Interruptor – necesidad de auto-referencia extrema
4- Envidioso – no soporta los triunfos ni éxitos de los demás
5- Prestigioso – siempre busca aplausos y reconocimientos
6- Jinete – Copió y usurpador
7- Sordo – Nunca escucha
8- Manipulador – miente o se justifica para sacar ventaja en todo
9- Orgulloso – competitivo, arbitrario
10- Pre-mental – criticón, enjuiciador e hipócrita, pero en silencio
Si tienes un ego sano, si esta consciente de que no necesitas descalificar a otro para valer como persona, no estarás en ninguna de estas categorías, pero si eres de las personas que tiene prejuicios con los demás, que no soporta la idea de que alguien te supere, es muy probable que tengas un problema grave de ego. Identifícalo en una de estas categorías y trabájalo. El ego no siempre es malo si no se hace más grande que tú.