En la presente administración peledeísta del licenciado Danilo Medina se advierten dos grandes prioridades, la de la educación y facilitar financiamiento a los productores y estos grandes esfuerzos que está realizando el Presidente son equivalentes a una revolución en la educación y otra en la producción, cuyos respectivos impactos tendrán un peso favorable en el futuro del país.

El Presidente se comprometió en campaña a cumplir con el 4% del PIB a favor de la educación básica y lo está haciendo al margen de las limitaciones presupuestarias en un país con la presión tributaria más baja del continente, con excepción de Guatemala.

Con ese 4% del PIB el Presidente está haciendo realidad la edificación de 45 mil aulas; nunca en la historia del país se había realizado un esfuerzo de esa naturaleza en un periodo gubernamental, y gracias a esas edificaciones al finalizar el cuatrienio el país contará con una planta física escolar moderna y la posibilidad de que la tanda única sea una realidad en todo el país.

Esas edificaciones, construidas por profesionales de cada provincia, beneficiados con sorteos, adquiriendo los insumos en las mismas localidades, están impactando en las economías provinciales y ha significado un acto de justicia para los profesionales de la ingeniería que han logrado insertarse en la construcción sin la necesidad de mendigar un contrato o pagar una comisión.

La tanda única, con el desayuno, almuerzo y merienda, la entrega de útiles, uniformes y zapatos representa una obra de redención social porque equivale a un aumento sustancial del ingreso de los padres y un incremento en la calidad de vida de los estudiantes.

Si junto a la edificación de planteles escolares, tanda única, provisión de insumos a los estudiantes, se mantiene una intensa preparación de los docentes actuales y se sigue estimulando el ingreso de profesores más capaces, atraídos por salarios atractivos, estamos en presencia de una revolución educativa que permitirá en las próximas décadas contar con jóvenes mejor preparados para continuar una carrera técnica, una universitaria o simplemente insertarse en la actividad laboral.

La otra revolución avanza con el estímulo a la producción agropecuaria que se está produciendo gracias al aumento del crédito a los productores, las visitas sorpresa del Presidente Medina, para escuchar directamente las necesidades de estos, y satisfacerlas mediante la adecuada asesoría y el crédito a unas tasas de interés casi la tercera parte de la tasa promedio a que prestan las entidades financieras.

Aun cuando el Gobierno suscribió un acuerdo con el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo para evaluar el impacto de las visitas, en el acto de firma el Ministro Administrativo José Ramón Peralta ofreció un esbozo de lo que han significado 70 visitas, 451 compromisos, 251 proyectos productivos beneficiados, 200 proyectos comunitarios y 11 mil millones invertidos.

El impacto de estos créditos impulsa la producción, mejoría en los ingresos de los beneficiados, que a su vez son mayores porque el Presidente en sus visitas estimula a que las cooperativas o los productores asociados incorporen nuevos miembros. Con este esquema, además se está incentivando la asociatividad y sembrando en los receptores del crédito de que no se trata de un regalo gubernamental y que gracias al trabajo y el apoyo oficial es posible superar la pobreza

Con la inversión en educación, cumpliendo con el 4% del PIB, así como el aumento del flujo de recursos financieros al sector agropecuario y las visitas del Presidente, estamos en presencia de dos revoluciones que en el futuro tendrá un peso importante en la mejoría de la competitividad y la productividad. Por supuesto, el Presidente Danilo Medina con estas acciones está consolidando un importante capital político que desde ya le ha abierto las puertas de la historia como un gran estadista y además la garantía de que podrá retornar al poder por los elevados niveles de aceptación que está cosechando por una gran obra de Gobierno.