Hoy 
La observación retrospectiva lanzada por el geólogo Osiris de León (reconocido como autoridad en la materia) a la forma de construir planteles masivamente en los últimos años -además de hospitales- obliga a reclamar pronta aplicación de estudios de suelo a numerosas obras escolares que a su apreciación no precedieron las construcciones para que resultaran ciento por ciento seguras.
Es decir: miles de estudiantes y maestros estarían ahora bajo techos y junto a muros cuya firmeza de terrenos debió certificarse antes y podrían resultar vulnerables a temblores de tierra de intensidad, perteneciendo el país a una zona sísmicamente activa. Haití es prueba.
De cada escuela deberá aparecer en archivos oficiales el proceso por el cual contractualmente fueron asignadas las edificaciones tras la histórica conquista que concede el 4% del Presupuesto General del Estado al sector educativo.
Es impostergable establecer documentalmente si las autoridades de entonces velaron estrictamente porque se respetara la Ley de Compras y Contrataciones sobre licitaciones y comprobación de la competencia profesional de los constructores para la autorización posterior de los diseños de las estructuras a erigir, sobre todo en el aspecto de la sismo resistencia.
Auditorías técnicas in situ adicionales a la revisión de las obligaciones suscritas demostrarían categóricamente, ante la opinión pública, si se incurrió en festinaciones que pondrían en peligro a miles de alumnos y docentes, fallas a ser corregidas estableciendo responsabilidades.
