Las elecciones de los
políticos al desnudo

Las elecciones de los <BR>políticos al desnudo

No es que los políticos vayan a participar el próximo 16 de mayo sin ningún tipo de vestimenta, sino que por la magnitud de sus ambiciones, y por aquello de seis años, se despojaron de sus hipócritas posiciones de falsos ideólogos, desarrollistas, institucionalitas, etcétera, para quedarse como los que realmente son, unos aprovechadores de los beneficios del disfrute del poder para enriquecerse.

En lo ocurrido para la cacería y consolidación de candidaturas, los políticos dieron muestras de su rapacidad, que sin tapujos, quedaron demostrados por el abultado transfuguismo, en las raquíticas marchas que semanalmente recorrían las calles de los pueblos y en concentraciones de masas que nada podían ofrecer para beneficio de sus provincias o cabildos. Todos se concentraron en exhibir una sonrisa en una cara de gente buena que nunca se ha aprovechado de los recursos públicos para sus beneficios.

Ya el ciudadano está consciente de la escasa calidad moral de la clase política. De ahí que el entusiasmo para acudir a las urnas es muy bajo, pese a la excelente campaña que ha organizado la Junta Central Electoral, que a cualquiera convence de acudir sin reparos a depositar el voto para que todo sea más de lo mismo.

Hay candidatos con una buena aceptación ciudadana y es casi segura que ocurrirán algunas sorpresas en demarcaciones en que el partido oficial se cree imbatible y seguro de su triunfo, pero el electorado podría dañarle los planes.

Faltan 25 días para las elecciones. De forma traumática se superó la etapa de las decenas de impugnaciones por candidaturas escamoteadas por la vulgar acción de los principales dirigentes de los partidos mayoritarios, que en un quita y pon llevaron la frustración y la rabia para aquellos políticos que ya habían soñado con su período de seis años, pero resultó que tal cosa estaba reservado para los nuevos favoritos, que ni siquiera muchos de ellos han tenido un día de vida partidaria ni de proselitismo en el partido que lo está postulando.

Hay que treparse a como dé lugar, no importa las mañas que se utilicen puesto que los políticos ya perdieron sus posturas originales de conceptuar en base a las teorías políticas y de desarrollo, acomodándose a lo que van a buscar al poder legislativo o municipal en un disfrute completo de las posiciones, plenas de oportunidades para enriquecerse. Se olvidan de sus ofertas de campaña y de querer servir al pueblo, cosa que desaparece tan pronto se ven aupados por el voto de miles de votantes engatusados por las falsas promesas de servicio.

Para el electorado, los políticos están al desnudo, sus mentiras y demagogias, presentándose como de dechados de virtudes y de entrega por su pueblo nadie se los cree.

Y si ahora las masas los acompañan en una marcha o concentraciones lo hacen por lo general por el can o por la botella de ron que se recibe o la dieta para atraer una clientela incrédula y desilusionada por la enorme cantidad de engaños a que han sido sometidos por los políticos en todas las elecciones celebradas en el país desde aquella inolvidable del 20 de diciembre de 1962.

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