Las elecciones en Francia – Mayo 2007

Las elecciones en Francia – Mayo 2007

AMPARO CHANTADA
A la fecha, once candidatos han conseguido sus 500 padrinos obligatorios y uno, José Bove, esta en discusión. Podrían ser doce candidatos.  Tres son mujeres. De esas tres mujeres, dos son muy acostumbradas a las elecciones, vienen de la izquierda.

Segolene Royal es la benjamina.

Si examinamos las doce candidaturas y si consideramos que la elección presidencial es una historia de deseo y de adhesión personal entre electores y candidatos, Segolene perdió en una segunda vuelta detrás el candidato Sarkozy pero si es una elección racional entre izquierda y derecha, Segolene tiene un chance  de ser la primera Presidenta de Francia: pero para eso: 1º  debe seducir los 23 % de electores que permanecen en la indecisión,  con un discurso de franca demarcación, de izquierda sin demagogia, puesto que los partidos políticos, como aquí, sufren una grave crisis de credibilidad y 2º dar garantías a la izquierda que seguirá defendiendo el capital social acumulado, las conquistas y profundizarlas. Los franceses eligen grandes opciones ideológicas, socialismo-fascismo, debaten ideas, analizan programas de Gobierno. Lo tendría que saber ella que vio la derrota de Leonel Jospin.  Segolene es la belleza sobria a la francesa, con un estilo depurado y carita bien delineada, suave, inteligente tiene estudios superiores y una sólida formación para la administración pública. Ha demostrado tener ambición, autoridad, seguridad, capacidad de enarbolar varias ideologías discursivas, pasa del populismo a las más atrevidas propuestas pero tiene la desventaja de su personalidad (ambición) y una falsa imagen de mujer de izquierda:  Habla de democracia participativa, término a la moda que según ella, implica “fabricar un programa entre todos” pero para muchos franceses es una oportunista actualización que roce la demagogia y la improvisación. Habla de un referéndum para “la VI República” a construir “juntos”. Propuesta utópica, irrealista, en la nube diríamos.

 Francois Bayrou es un candidato de la derecha tradicional francesa que por querer ser del “centro”  vaguea y vacila en concepciones impactantes y mediáticas. Es el candidato antisistema, puro producto mediático, no profundiza, no se “quema”: habla de mayoría de ideas recordando los viejos políticos: Puede seducir el “francés medio”.

No es el caso de Nicolas Sarkozy, quien a pesar de demarcarse  de Jean Marie Le Pen, es como el de derecha con expresiones fuertemente ancladas en un pensamiento ultra conservador. El se presenta como el manager, una mezcla de eficiencia con autoridad. En cierta medida, securiza algunos pero inquieta a los otros. Hablo de crear un ya conflictivo “Ministerio de la inmigración y de la identidad nacional”: conflictivo porque hablar de los problemas de “la inmigración” es iniciar una discusión sobre la “identidad nacional” son dos cosas buenas pero ligarlas, como dice el historiador Pierre Noria “es un cálculo, o una torpeza, o una idea de corta visión” porque el tambaleo de la identidad nacional francesa no se relaciona solamente con la inmigración. Esta inmigración es muchas veces utilizada como chivo expiatorio para no profundizar la cuestión de la identidad nacional.

Como lo vemos, Francia mantiene la división “izquierdacentro-derecha” que algunos consideran obsoleta pero es obvio que significa tener opciones y visión diferentes. La mayor demostración de la fractura ideológica y del problema de la identidad fue el voto contra la Constitución europea por referéndum donde el 55 % de la población se expreso con un NO. Desde ese voto, conseguido con una parte del electorado socialista, se alimentó la esperanza que podría mantenerse ese bloque para la “Presidencial”. Esa hazaña era bastante difícil y resultó imposible,  después las elecciones internas en el Partido Socialista,  porque la disidencia fue “asimilada” y reencauzada.  El Partido socialista lleva una línea política  desde muchos años, tan timorata que le ha producido fracasos repetidos en sus ejecutorias y una gran decepción del electorado joven (caso Leonel Jospin) trayendo como consecuencia   desgaste tanto en su izquierda  como en su derecha.

En cuanto a  las izquierdas desunidas podrían alcanzar un 10 % pero la izquierda francesa sufre por falta de liderazgo y de programa creíble. Se diferencian entre comunista, trotskista y anti mundialista. Realmente, los cuatro candidatos de izquierda no tienen posibilidades, están midiendo sus fuerzas y seguramente condicionaran su apoyo a la candidata socialista si esta logra pasar para a la 2da vuelta, exigiendo  menos demagogia y mas coherencia en su discurso, mas seguridad en cuanto a la permanencia de las conquistas sociales. Hay que reconocerlo Segolene no despierta pasiones: ya los europeos pasaron por muchas mujeres gobernantes y muy poco han hecho para cambiar las cosas:  por querer imitar a los hombres cuando llegan al Poder.

De manera general, los franceses no son impresionados por las propuestas, aunque sean encabezados por candidaturas femeninas. Buscan “novedades” creen en la unión, quieren mezclas de programas y de ideas, como un “Programa de unión” con propuestas de todos los partidos. Quieren técnicos, ya se hartaron de políticos, buscan la eficiencia en el Estado, pero lamentablemente esa “utopía”  podría ser dirigida por Nicolas Sarkozy, que no propicia el dialogo, es categórico y augura medidas fuertes que podrían llevar Francia a grandes disturbios en los suburbios.

 Son tan pocas las diferencias de fondo entre las candidaturas Sarkozy de la UMP,  Bayrou de la UDF y  Royal del PS que las intenciones de votos se mantienen ajustadas: los sondeos realizados el 14 de marzo pasado daban respectivamente 27, 21 y 26 %  de las intenciones de voto, con una franja importante de indecisos  23 %. El candidato de la extrema derecha francesa, el señor Le Pen, del Frente Nacional tenia un 14 % de las intenciones de voto,  no representa un peligro para Francia y su democracia pero su apoyo en la segunda vuelta será decisorio.

Lo vemos, la segunda vuelta podría ser Sarkozy-Royal y muchos se abstendrán.

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