Las elecciones en la Academia de Ciencias

Las elecciones en la Academia de Ciencias

El 30 de noviembre pasado se celebró, por fin, la elección de Autoridades en la Academia de Ciencias de la República, institución que tiene una larga tradición de servicio público no partidista a partir de la ciencia y la tecnología, aunque en el pasado no ha estado exento de apasionados pugilatos por su dirección.

En esta ocasión, yo me animé a reunir a un grupo selecto de académicos con un fecundo historial científico y cívico para participar en dar un nuevo impulso a la misión trascendente de esa institución, sin otro móvil que hacer avanzar el conocimiento y defender el interés nacional bajo la consigna de “Renovación Permanente”. Estos fueron: Bernardo Defilló, Roberto Cassá, José Joaquín Puello, Andrés L. Mateo, Nelson Moreno-Ceballos, José Casanova, Osiris de León, Lusitania Martínez, Fernando Pellerano Morilla, Álvaro Nadal Pastor, César Mella, Danilo de los Santos, Carlos Andújar, Darío Tejeda, y Héctor Dotel. También en la otra plancha participante, encabezada por el actual Presidente Lic. Milcíades Mejía, habían académicos distinguidos.

No me parece necesario entrar en detalles sobre ese complicado proceso, porque lo conoce la mayoría de los 166 miembros de la Academia, de los que solo 99 ejercieron el sufragio personalmente y 50 por poder delegado abierto, obviamente gran parte no por causas de fuerza mayor como señala el Reglamento Electoral. El hecho es que ganó la plancha que exhibió más poder y respaldo oficial. Fue una clara confirmación de la versión criolla del régimen de partido único que se pretende imponer a nuestra sociedad, aun en gremios y sociedades que como la ACRD, se han mantenido al margen de las confrontaciones partidarias.

Yo por mi parte me retiro de las tareas de dirección, aunque no de la actividad académica que ha sido parte importante de mi vida, con la satisfacción y la tranquilidad del deber cumplido; pero estoy seguro de que más temprano que tarde la Academia y otros ámbitos del quehacer científico y cultural jugarán un papel determinante en el renacer social y económico de la República Dominicana.

Le deseo sinceramente el mejor de los éxitos al Consejo Directivo de la ACRD en su nueva composición. Confío en que los científicos que me acompañaron y a los que no nos siguieron esta vez, junto a los jóvenes que deben ingresar, continuarán haciendo sus contribuciones para hacer más fuertes e independientes a la Academia y a las demás instituciones de la sociedad civil; para aportar su liderazgo intelectual y moral en la lucha permanente por enfrentar la ignorancia, el autoritarismo, la corrupción, la impunidad y la irresponsabilidad, que atentan contra nuestro desarrollo material e intelectual.

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