En cada periodo electoral saltan las denuncias de la oposición política y la sociedad civil sobre la utilización por el Gobierno de recursos de Estado para imponer candidatos. Se denuncia que nunca se había abusado tanto del erario público, lo cual es cierto; pero es posible que en las próximas se batan nuevos récords.
Lo cierto es que está operando de manera endemoniada la llamada Ley de hierro de la oligarquía, de Mitchell, primero en beneficio del 10% de la población políticamente activa; luego, los recursos públicos y en parte los privados van a parar de forma non sancta a manos de los detentadores del poder político, militar y económico y sus lugartenientes: funcionarios, legisladores, militares, políticos y jueces, así como empresarios nativos y extranjeros; mientras más del 50% de la población vive en la miseria.
El Gobierno bate constantemente sus propios récords en uso y abuso del poder y recursos del Estado. Ahora éste aparece por todas partes con toda su parafernalia político-militar, haciendo campaña personal como si fuera para una elección presidencial, utilizando actos de Estado, como inauguraciones y reuniones oficiales con el uso masivo de los muchos medios de comunicación al servicio del Gobierno, o que temen ser castigados con la falta de patrocinio de las entidades gubernamentales, y el uso de los programas sociales establecidos, magnificados con el aparato de publicidad del Estado.
En países como Estados Unidos y España, tan admirados, por el propio Presidente, ya a éste lo habrían sometido a la acción de la justicia por prevaricación.Encima de eso, el partido en el poder mantiene estrategias de tratar de desmantelar al PRD como hizo con el otrora poderoso PRSC, cuyos pormenores yo conozco, que como es lógico serán contrarrestados por sus rivales; con sus efectos de transfuguismo y descrédito que tanto daño hacen por lo que tendremos en poco tiempo una grave fractura institucional de imprevisibles consecuencias para la nación.
Nuestro país padece intensamente el flagelo de servicios de educación y salud inoperantes; en gran parte carece de energía y agua potable y sufre los demoledores efectos del desempleo, el alza constante en el costo de la vida, el narcotráfico y la drogadicción, de la delincuencia y la impunidad generalizadas, sufre ahora también la triplicación de los gastos corrientes del gobierno, con verdaderas distorsiones, por la inclusión de nominillas del partido en el poder en los gastos públicos, contratos onerosos, tarjetas de solidaridad y bonogas para sus activistas; la compra de cédulas y otras variedades de corrupción, para tratar de contrarrestar el desgobierno del PLD. Todo en nombre de la democracia ¡Cosas veredes Sancho