Por Julio Ravelo Astacio
Ha sentido maripositas en el estómago cuando está pendiente de la llegada de la persona amada? Ante un examen de la asignatura temida o de una cita importante para su aceptación o posible promoción en un trabajo ¿ha sentido que su tránsito intestinal se acelera y debe ir con más frecuencia de la habitual al baño?
¿Los últimos días o semanas se ha visto sometido a mucha tensión y estrés y sentido molestias gástricas: acidez, agruras, dolor en el estómago, ¿siente que este le palpita? ¿No puede tener conflictos o situaciones estresantes, porque de inmediato “se le revoltea” la colitis? Todo ello, querido lector, tiene una respuesta lógica y documentada por la ciencia.
Existe una vinculación estrecha entre el sistema gastrointestinal, las emociones y el estrés. Los estados anímicos influyen en la respuesta gastrointestinal y viceversa.
Puede leer: Nuevo año: nuevos retos
Las funciones digestivas están muy relacionadas con la actividad neurovegetativa, son juntos a las cardiovasculares representantes de las repercusiones somáticas de las noxas psicosociales.
Según datos de la OMS, se estima que 85 millones de personas sufren de colon irritable en Europa y, aproximadamente en una de cada tres personas este problema está asociado a un trastorno mental.
El estrés, angustia, ansiedad pueden tenerrepercusiones en el aparato digestivo.
La conexión entre nuestras emociones y la salud digestiva es hoy algo evidente.
Nuestro estado emocional puede influir en cómo nos sentimos después de comer, cómo funciona nuestro sistema digestivo.
La depresión y la ansiedad se vinculan con un mayor riesgo de síntomas gastrointestinales en pacientes con síndrome de intestino irritable.
Las emociones afectan la salud digestiva, algunas de sus manifestaciones pueden ser: dolor abdominal, diarrea o estreñimiento, distensión abdominal, náuseas y vómitos, acidez estomacal.
Veamos: el miedo produce inhibición de las contracciones y secreciones del tractosuperior: estómago y duodeno, provocando la sensación de plenitud y falta de apetito. Cuando la emoción se expresa en enojo, el patrón del tracto superior revierte provocando estimulación de las secreciones y el ácido gástrico.
¿Sabía usted que tenemos un segundo cerebro? La verdad es que sí lo tenemos. Si evaluamos solo las cifras estaremos de acuerdo: en el cerebro, se calcula tenemos unos 100 billones de neuronas. En el aparato gastrointestinal unas 500 millones, más que la médula.
Interconectados por el nervio vago y se extienden como una red en todo el tracto digestivo, con dos plexos: uno relacionado con la motilidad y el otro con las secreciones.
Conviene destacar el papel desempeñado por la serotonina, un neurotransmisor que transmite señales entre las neuronas, controlando su intensidad. Considerada la hormona de la felicidad. Se produce en aparato digestivo, cerebro y sangre.
¿Cómo evitar que las emociones afecten nuestra salud digestiva?
- Practicar la relajación: ayuda a disminuir la ansiedad y el estrés.
- Hacer ejercicios regularmente durante al menos 30 minutos.
- Dieta saludable y mantener horarios aproximados de ingestas.
- Ambiente tranquilo al momento de comer.
- De persistir las molestias procurar ayuda profesional; un especialista gastroenterólogo.
- Orientaciones de un terapeuta para controlar el estrés y la ansiedad.
- Una vida tranquila, sin ambiciones desmedidas.
- Procurar hacer pausas en sus actividades.
- Participar en actividades sociales y recreativas: divertirse, bailar, cantar, reír escuchar música, ir al campo, a la playa. Formar parte de grupos de ayuda: hospital, iglesias, hogar de ancianos, etc.
- Ir a caminar con familiares o amigos con vestimenta apropiada.
- Evitar personas tóxicas.
- Respetar las vacaciones y disfrutar los momentos de ocio.
Póngase como meta cambiar su estado de ánimo. No se deje abrumar por las dificultades. Sonríale a la vida, aunque ella a veces no nos devuelva de inmediato…luego uno se da cuenta que esperar un poco valió la pena. Nuestro organismo agradece lo prudente que usted fue, y responderá con creces manteniendo bien su salud.
Mis felicitaciones a la Sociedad Dominicana de Gastroenterología, que, a través del tiempo ha logrado promover y dar salud a miles de dominicanos e incentivar la formación de muchos profesionales jóvenes que, en los últimos tiempos se han inclinado por esta especialidad.
Nuestro sincero reconocimiento a tantos maestros que, con sus conocimientos, dedicación y perseverancia, han logrado aportar lo mejor de sí para el avance de la Gastroenterología en nuestro país.