Las encuestas no fallan, cambian los acontecimientos

Las encuestas no fallan, cambian los acontecimientos

Los especialistas no dudan de la efectividad de las encuestas. Las consideran un método de medición efectivo, capaz de consignar el parecer de la población en un momento específico. La encuesta más reciente para determinar la preferencia del electorado dominicano, fue realizada por la firma Gallup RD para Diario Libre. El sondeo, hecho entre los días 18 y 22 de febrero, consigna 63.1% de aceptación para Leonel Fernández, candidato del PLD, 14.9% votaría por Eduardo Estrella, candidato del PRSC y 14.6% lo haría por el candidato del PRD, el Presidente Hipólito Mejía. Puntos más, puntos menos, el porcentaje coincide con el ofrecido por la Penn, Shoenn y Berland, después de la evaluación solicitada por un grupo de empresarios dominicanos.

¿Debe coincidir la votación que se realizará el 16 de mayo con lo predicho por las encuestadoras? Faltando cuarenta días para las elecciones generales ¿qué podría alterar la constante registrada? ¿Cuándo fallan las encuestas? Son preguntas que cualquier profano formula. Después de lo ocurrido en las elecciones españolas, celebradas el 14 de marzo, dos días después de las explosiones en las estaciones de Atocha, Santa Eugenia y el Pozo de tío Raimundo, el recelo aumenta. La modificación de la intención electoral es incomprensible para muchos, sin embargo, los expertos consideran normal el hecho y no le restan méritos al método utilizado para evaluar la percepción colectiva.

El triunfo del Partido Popular PP fue consignado, de manera sostenida, en todas las encuestas. El 24 de enero del 2004 el periódico El País publicaba que Mariano Rajoy, candidato del PP, ganaría las elecciones con un 42.5% y el PSOE obtendría el 37.% de los sufragios. El decurso de las preferencias electorales fue similar los meses siguientes. Las encuestas más optimistas referían un empate técnico. El resultado de las urnas fue: Rodríguez Zapatero –PSOE 42.64%, Mariano Rajoy 37.64%. [b]¿Fallaron las encuestas? [/b]

El proceso electoral peruano del año 1990, se considera paradigmático cuando de fiabilidad de las encuestas se habla. El candidato Vargas Llosa, en marzo, era favorecido con un 44.3% de la intención de votos. Alberto Fujimori no aparecía en las encuestas. El 10 de julio, día pautado para las elecciones, “el desconocido” se convirtió en Presidente del Perú con 4,489,897 votos favorables, Vargas Llosa obtuvo 2,161,323 sufragios. ¿Qué pasó con las encuestas?

En el país, excepción hecha de los trabajos que la opinión pública tilda de manipulados, a partir de la década de los 80, el resultado de los sondeos coincide con las urnas. Violeta Yanguela y Frank Marino Hernández ofrecen su parecer a HOY acerca de la efectividad de las encuestas y comentan las posibilidades de variación en la intención del voto.

[b]EL MIEDO COMO FACTOR DE CAMBIO[/b]

Yangüela Simó, una de las pioneras en la realización de encuestas políticas en RD, confía en los datos que ofrece el instrumento de medición, naturalmente, si se utiliza con el rigor adecuado. Su primera encuesta la realizó en el 1980 para la Asociación de Industrias de SD. La socióloga, columnista de EL Nacional, productora y analista del programa –tv– Metrópolis, menciona un caso clásico de fracaso, ocurrido en EUA, en el 1947. Lo considera excepcional y por eso –dice– siempre es citado. El cambio de intención de voto ocurrido en España, horas antes de las elecciones, lo atribuye al miedo.

“El señor Caminero realizó encuestas políticas, me parece que en 1978, igual que ahora, causaron serios debates y discusiones. Las características de esas encuestas no fueron las mismas de las que hoy se hacen. Sólo se hacían o publicaban dos o tres preguntas sin posibilidades de cruce de variables.”

“Hay un caso clásico que es siempre el que se menciona como fracaso de las encuestas y sucedió en el año 1947. El periódico Boston Globe publicó que ganó un candidato a la presidencia cuando en realidad había ganado el contrincante. El caso de España responde a los factores que podrían variar los resultados de una encuesta. Evidentemente que los asesinatos en Madrid determinaron el voto de los españoles. El miedo fue el factor de cambio. He recibido información de que los votos del exterior que se realizaron, previos a los acontecimientos, han reflejado una mayoría para el PP.”

[b]¿Recuerda algún caso de variación considerable en el país?[/b]

“En 1986 hacía encuestas políticas. El 5 de mayo ocurrió un incidente en Boca Chica en el que los simpatizantes reformistas, en este caso Peynado la encabezaba, y los simpatizantes perredeístas, en este caso Jacobo, se enfrentaron a tiros lo que provocó una crisis en la campaña electoral. Justo en ese momento acababa de realizar una encuesta. ¿En qué medida esos acontecimientos propiciaron un descenso en la votación para el PRD? Lamentablemente no se pudo medir. Pero los resultados electorales no fueron los mismos y por supuesto habría que agregarle el “no se cuenta más” del Cardenal y la Comisión Asesora Electoral. En la encuesta realizada hasta ese día domingo, Jacobo Majluta contaba con el 47% de la votación y los resultados que habría que ponerlos en comillas fueron un 42%. El margen de error era un 3%.”

[b]LA VICEPRESIDENCIA COMO VARIABLE[/b]

Las ofertas electorales están completas. Escasas son las incógnitas por despejar. ¿Cuánto influye en la intención de voto la selección del compañero de boleta?

“Eso depende. En el caso de Balaguer era importante, en el caso de Bosch también, asunto de calendario. Pero dada la fortaleza de ambos liderazgos, mientras hice encuestas, no incidía en la intención de voto.

En el caso del PLD actual parecería que tenemos la misma situación. Y eso es una especulación, tendría que medirse. Lo que supongo se hará en las próximas encuestas.”

[b]VALOR DEL RECHAZO[/b]

Cuando el ex Presidente Salvador Jorge Blanco contrató la firma Penn and Shoen para la elaboración de encuestas políticas, desde el 81 al 86, Violeta Yangüela fue la Directora de Campo. En el 1986 el periódico HOY le encomienda hacer los primeros sondeos políticos que fueron publicados en un medio de circulación masiva. La antigua profesora de Métodos y Técnicas de Investigación del INTEC, se refiere al “rechazo” de los votantes encuestados. ¿Por qué Balaguer lograba el poder, a pesar del aparente rechazo que provocaba? ¿Variaba de opinión el electorado?

“En primer lugar creo necesario establecer que en esa oportunidad era una sola votación. Si examinas los números de 1962 a 1986 del 59% del PRD en 1962, Balaguer en 1966 obtiene el 56%, en 1970, 53%, en 1974, 85% y llega al 1978 con el 42%. En 1982 obtiene el 37%. Si descartamos las últimas dos de los doce años, por aquello de la abstención del PRD ¿Cómo explicas el 42% en 1978 y el 37% en 1982? En esas dos elecciones el PRD gana con 52% en el 1978 y el 47% en 1982. Durante todo el tiempo que realicé encuestas –81 86– el Doctor José Francisco Peña Gómez obtenía un rechazo mayor que el de Balaguer.”

“A partir del 1982 comienza la votación del PLD y la división entre tres. En 1982 el PLD obtiene el 10% y en el 1986 el 18%. Con la división entre tres no se necesitaban muchos votos para ganar y el Doctor Balaguer mantenía los votos necesarios. No me cabe la menor duda que el cambio al sistema de la doble vuelta se debió a esta circunstancia.”

[b]EL ESPECTÁCULO VA A COMENZAR[/b]

Frank Marino Hernández confía en las encuestas. Sin embargo, dice, que existen imprevistos que no pueden registrarse. Afirma, contundente, “las encuestas no fallan, cambian los acontecimientos”. Aunque no vislumbra ningún hecho “catastrófico”, capaz de influir las votaciones de mayo, cree imprescindible la realización de una medición, a finales de marzo y mediados de abril, porque el escenario es distinto al evaluado en enero y febrero.

“Yo fui muchos años profesor de “Métodos y Técnicas de Investigación Social” en la Facultad de Economía y Ciencias Sociales de la UASD. El haber sido Profesor me ha permitido saber cómo se cuecen las habas. Conozco encuestas que se hacían a la medida y solicitud de los clientes. Eso es un hecho real. La miseria es un factor determinante en la sociedad dominicana y se arriesga todo para ganarse unos chelitos. Pero las encuestas no fallan, son medios que sirven para diagnosticar el sentir público. En manos objetivas es lo mismo que un estetoscopio en manos de un médico conocedor. Permiten el diagnóstico auscultando el sentir de la sociedad, en un momento determinado. Permiten también, conociendo los antecedentes del paciente en este caso la sociedad proyectar los cambios previsibles.”

“Las encuestas vinieron al país con las innovaciones de las firmas publicitarias a la caída de Trujillo y con la llegada de Teodoro Moscoso, de la Alianza Para el Progreso. El precursor de las encuestas fue un cubano radicado en Santiago, Orestes Martínez.”

Sociólogo con experiencia incuestionable, analista, asesor de políticos y empresarios, cerebro detrás de éxitos privados y públicos, se acoge a los resultados de las últimas encuestas realizadas en el país. Comenta el caso peruano y español. Admite la posibilidad de compra de cédulas de identidad y electoral para evitar sufragios a favor de un candidato pero rechaza que el dominicano venda su voto. Atribuye al candidato Hipólito Mejía la decisión de arriesgar su enorme popularidad del pasado para convertirse en líder de un grupo dentro de su partido, lo bautiza como “el maestro del amarre”.

Luego de la selección de los compañeros de boleta, hecha por los candidatos del PRD y del PLD, el escenario está listo para que comience la función.

“Los eventos que podían alterar los resultados ya ocurrieron. El candidato Mejía esperaba que Suberví aceptara ser candidato y aceptó. La derrota de los demás disidentes también sucedió. Disidencia y ruptura de Flores Estrella, disidencia por aniquilación de Abinader y Esquea. Ortiz Bosch, prácticamente renunció a sus capacidades de proyectarse como candidata. La esperanza de un opositor viable y eficaz se ha centrado en Leonel Fernández, se asignó un papel nimio a la selección del candidato a la vice presidencia. Con el candidato Eduardo Estrella me siento en capacidad, más que limitada, para hacer una proyección porque el reformismo se viene extinguiendo por el egoísmo y el personalismo de sus dirigentes. Se dio la situación de Peynado o Estrella, pero el riesgo de destruir el legado de Balaguer no fue ponderado. Alburquerque aporta una imagen de decencia y altura intelectual a los eventos del 16 de mayo. No aporta al tigueraje electoral, sobre todo en esta campaña con una crudeza fuera de serie. La selección de Alburquerque no constituye nada espectacular, no creo que altere nada.”

[b]EL MAESTRO DEL AMARRE[/b]

Cuando se realizó la última medición –Gallup RD DL– las ofertas electorales del PLD y del PRD no estaban completas. Después de la aceptación de Suberví el PRD pretende proyectar la idea de unidad y la actividad política es constante en procura de modificar la tasa de rechazo de su candidato –73.8%. ¿Es posible disminuirla?

“Mejía ha manejado con una maestría digna de reconocimiento la situación de hacer amarres, alianzas con diferentes segmentos del electorado. Se ha proyectado como el maestro del amarre y ha utilizado todos los resortes eficaces para provocar el respaldo a su candidatura, como se dice últimamente, “por las buenas o por las malas”, algo que Leonel puso en boga. Mejía ha conseguido que segmentos importantes no ignoren su capacidad de maniobra para atraerse votos en su favor. En nuestro país ese factor no puede desconocerse. Puede tener un efecto aplastante.”

[b]VUELCOS ELECTORALES[/b]

EL caso de Perú en el 90 y el recién ocurrido en España permite a la población profana enjuiciar la validez de las encuestas. El resultado de las urnas difiere de lo previsto. ¿En el país se ha registrado algo similar?

“El primer vuelco electoral, no previsto, fue después del debate entre Laútico García y Juan Bosch. Antes del debate las predicciones eran unas, al cierre del programa de televisión se hablaba de conclusiones diferentes. Quizás no hay otro vuelco como no fuera el del 1966. Se hace una revolución para poner a Juan Bosch en el poder, con la Constitución del 63, y resulta que el personaje que ocupa la silla presidencial es Joaquín Balaguer. Había la circunstancia extraña de la presencia de tropas norteamericanas que fue un factor decisivo. También hay que mencionar el hecho de que Balaguer le alzara el brazo a Leonel. Era algo que no estaba previsto y se produjo su elección con el apoyo reformista.”

“Las encuestas son creíbles, se acercan a la certidumbre y sólo determinados eventos inusitados provocan un vuelco en la opinión. Las encuestas casi nunca fallan, lo que cambia son los acontecimientos que se dan en la sociedad. Hay eventos que cambian el ámbito pre electoral, cambian las predicciones y cambian los sentimientos que motorizan el voto. Yo no vislumbro ningún hecho catastrófico que altere el resultado de las encuestas, pero hay que evaluar los resultados de las encuestas que se hagan, a fines de marzo o a mediados de abril, porque la situación no es la misma que en enero. El candidato Mejía de enero y febrero no es el candidato de hoy.”

[b]EL RECHAZO COMO INCENTIVO[/b]

Dice el sagaz sociólogo, antiguo ejecutivo de El Financiero y actual miembro de la Junta Monetaria que un político de vocación debe trabajar hasta el 16 de mayo. Sin tregua. Considera un aviso importante el rechazo que las encuestas registran en desmedro de la candidatura de Hipólito Mejía.

“Las encuestas le han permitido al candidato Mejía alertarse y armarse de todos los medios a su alcance para superar la situación. El valor de decirle que está en un tercer lugar es menor que el aporte que estos resultados le dan como incentivo para superar la situación y lograr notables avances. La publicidad que se está utilizando, para motivar a los potenciales seguidores de Mejía, tiene una capacidad de persuasión extraordinaria. La propaganda es muy buena.”

¿La crisis económica y su manejo determinaron el estrepitoso descenso de la candidatura del Presidente Mejía?

“Obedece a una decisión del candidato. Él optó por ser líder de un grupo dentro del PRD a cambio de dejar de ser líder de su partido y de la nación. Cuando Mejía ganó fue con un respaldo multitudinario y en vez de mantenerlo se fue colocando al servicio de grupos que, cada vez menos, representaban las líneas de poder dentro del PRD y de la sociedad dominicana.”

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