“Si hubiera que elegir un sonido universal para la paz, votaría por el ronroneo”.
B.L. Diamond
Hace unos meses,en una tarea de reingeniería humana me asignaron hacer un tablón de sueños o mapa de deseos. Entre las muchas imágenes de las cosas que aspiro atraer, coloqué una de un gato pequeño para representar el asentimiento a todo, independientemente de si me gusta o no. En el trabajo sistémico que realizo poder decir “sí” a lo que es, es una expresión de conexión con la dimensión espiritual, en la que cada cosa tiene un propósito para existir.
Como hija única, compartir el espacio siempre fue una tarea difícil. Nunca me interesó tener mascotas. Cuando mis hijos salieron de casa, me parecía muy cómodo cerrar la puerta e irme sin pensar que alguien me esperaría. ¿Cómo es posible que alguien deje de hacer algo que le gusta porque un perro o un gato le espera? Era una pregunta que me hacía.
A las pocas semanas de hacer el tablón, alguien puso en uno de los chats en los que participo que estaban dando unos gatitos en adopción. Aún no comprendo que parte de mí respondió que quería uno. ¡Eso no era parte de mis planes!
Creo que al ir a recogerlo me lo llevé porque la persona que me lo entregó, una psicóloga extranjera muy simpática, al ver mi torpeza con el animalito me dijo que si tenía problemas en adaptarme con él, se lo podía llevar de regreso. Recordando al poeta Victor Hugo que expresó que Dios creó al gato para brindarnos el placer de acariciar un tigre, le puse el nombre de “Tiger”.
Una semana después de tenerlo en casa, me fui a ver dos de mis hijos al extranjero. Cuando regresé, Tiger ya reconocía el espacio como su casa. Al mes salí de nuevo de viaje y lo encontré vacunado y bañado. Me recibió con alegría y empecé a creer en una relación posible. Este animalito de ancestros prehistóricos, era la mascota ideal para una escuela de sabidurías ancestrales.
Al escribir en mi agenda, encontré al final de la hoja una frase genial del dramaturgo francésJulio Verne: “Los gatos son espíritus que han bajado a la tierra. Estoy seguro de que un gato podría caminar sobre las nubes sin traspasarlas”, y lo tomé como una buena señal.
En los siguientes días, me fue llegando información acerca de los ancestros de Tiger, que me acercaban un poco a la comprensión de su presencia en mi vida. Tiger es un gato color gris con rayas de un color más oscuro. Aparece de manera oportuna y prudente. Enseñando con descaro su andar felino de gran garbo. Aún cuando corre, su ánimo luce quieto y seguro. Tiene una energía inocente que lo hace “querible” y su trato es cariñoso.
Los gatos domésticos se diferencian muy poco de sus antepasados. Aún conservan una gran independencia y son muy buenos cazadores nocturnos. E.P. Berkeleyescribió: “Como bien saben todos los dueños de gatos, nadie puede ser el dueño de un gato”.
Los gatos y las sacerdotisas tienen una estrecha relación histórica. Durante la época de la inquisición, cientos de miles de gatos fueron hostigados, crucificados, desollados vivos y echados a las hogueras, bajo el alegato de que las magas aumentaban sus poderes teniéndolos en sus casas.
El escritor estadounidenseMark Twain dijo: “Si se pudiera cruzar al hombre con el gato, sería una gran mejora para el hombre”. Según la tradición, todos los animales que ven en la noche son “sagrados”, como el búho y el gato. En el antiguo Egipto, los gatos eran muy valorados. Se asociaban a Isis, diosa de la noche y del misterio.
Los ojos gatunos están protegidos por un diafragma (iris) utilizado para eliminar los rayos de la luz diurna intensa, formando una pupila vertical alargada. En la oscuridad, el diafragma se abre por completo, formando una pupila redonda, que aprovecha la luz disponible.
El escritor y filósofo británico Aldous Huxleydecía que si alguien desea escribir sobre seres humanos debe tener un gato. Según Alejandro Jodorowsky (amante de los gatos) la visión nocturna se relaciona con el acceso a las imágenes del inconsciente. De ahí que los gatos suelen acompañar a los escritores y músicos.
El novelista francés Theóphile Gautier dijo: “Los gatos se complacen en el silencio, el orden y la quietud, y ningún lugar les conviene mejor que el escritorio de un hombre de letras. Es una labor muy difícil ganar el afecto de un gato; será tu amigo si siente que eres digno de su amistad, pero no tu esclavo.”
En mi pasado cumpleaños #52, al buscar los animales de poder que me acompañan durante este período, salió el gato. La imagen de la carta del juego de Karina Malpica ¡era la de Tiger! Me pregunté: Katina, ¿Necesitas más señales para aceptar a Tiger?
Adicionalmente, leí en el libro del Dr. David Hawkins que el ronroneo de los gatos calibra en una frecuencia de 540, que nos conecta con la alegría del amor muy por encima de los sonidos cetáceos. Algunos pasajes decía que cuando alguien tiene una dolencia física o emocional, los gatos van al lugar que duele y absorben las energías que nos enferman. Por esa razón, las personas que se dedican a las prácticas sanadoras tienen gatos en sus espacios.
En una entrevista realizada a Jodorowsky, el periodista le preguntó acerca del amor y él respondió: “Amor es lo que tenemos mi gato y yo: ¡no nos pedimos nada. Ni él quiere cambiarme, ni yo a él! Eso es el amor: estar contento con la existencia del otro, simplemente. No esperar nada de él”.
Ver como gente que sigo y admiro se expresa acerca de los gatos me hizo bajar las resistencias. El escritor alemán Eckhart Tolle dijo: “He vivido con varios maestros zen, y todos eran gatos”. Yo también creo que Tiger es un gran maestro para la gente de Mezcla (la escuela de sabidurías ancestrales que dirijo), especialmente para mí. Lleva ocho meses con nosotros y nos ha brindado nueve grandes lecciones:
1. Autocuidado; come, juega y descansa sin esperar que haya condiciones “favorables”.
2. Conciencia de límites: nos invita a abrir el corazón, sensibilizándonos para compartir sin condiciones la ternura, y la compañía.
3. Solidaridad; me acompaña a donde vaya y espera a que termine lo que esté haciendo.
4. Nobleza; su comportamiento está guiado por la generosidad.
5. Enfoque; mantiene su atención en lo que quiere hasta conseguirlo.
6. Estrategia; pone todo su talento al servicio de sus fines.
7. Humor; sabe que hacer algunas cosas tontas también es necesario.
8. Prosperidad; lo comparte todo con la certeza de que habrá más para él.
9. Sano amor; su disposición hacia otros es abierta y receptiva, sin abandonarse a él mismo.
Si al igual que yo, no has tenido un gato antes, es posible que estés pensando: ¡Guau! Si Karina dice que Tiger es tan maravilloso, quizás yo también debo tener un gato. Quiero ser completamente honesta contigo. Al igual que pasa en las relaciones humanas cercanas, hay días en los que añoro regresar a mi antigua vida.
Hay una conducta de Tiger que me hace dudar de su permanencia en mi vida. Su amabilidad y generosidad lo ha llevado a atraer otros gatos, menos afortunados que él con los que comparte todo lo que le brindo. Estoy convencida de que tiene una escuela paralela a Mezcla. ¿Tendrá el mismo nombre? Quizás Tiger no sabe que no me gustan todos los gatos, ¡sólo él!
Cuando le comenté lo que estoy viviendo a un amigo, que tiene varios mininos, me envió por WhatsApp un gramento de algo que escribió el ensayista español Francesc Miralles: “Se dice que los gatos son egoístas, cuando en realidad son simplemente listos. No vienen a ti si consiguen que tú vayas a ellos. Como buenos taoistas que son, hacen sin hacer y gobiernan sin gobernar. Se limitan a mantener su dignidad y a conducirse según sus caprichos. No piden cariño y por eso lo obtienen sin pedirlo. La diferencia entre gatos y perros es que los perros tienen dueños y los gatos sirvientes”.
No supe si llorar o reír.