Las epidemias pueden convertirse en otra tragedia para Jimaní

Las epidemias pueden convertirse en otra tragedia para Jimaní

La devastación física que acompaña a una inundación es enorme. Pero a medida que bajan las aguas, podría haber más amenazas a su salud y seguridad. El tomar ciertas precauciones básicas podría prevenir muchas lesiones, así como la posibilidad de algunas enfermedades. Sin embargo, la incidencia de las enfermedades existentes podría aumentar debido a una higiene inadecuada o al hacinamiento de las personas damnificadas.

Por lo general, el aumento de las enfermedades infecciosas después de una inundación, con tantas víctimas como las producidas por el río blanco, en Jimaní, es un problema serio. Si sufre una herida punzante o una herida con algún objeto contaminado con materia fecal, suciedad o saliva, se debe visitar a un médico o a alguien del departamento de Salud que determine si necesita reforzar su vacuna contra el tétanos, mejor conocida como antitetánica.

Las semanas después de la inundación son las más difíciles. Además de pensarse en la salud física, habrá que tomarse el tiempo para pensar en la salud mental.

No olvide que es normal que haya algo de insomnio, ansiedad, ira, hiperactividad, depresión leve o letargo y que estos problemas desaparecerán después de algún tiempo. Si alguien siente de forma aguda cualquiera de estos síntomas, debe buscar de inmediato asesoría médica.

La gran cantidad de agua estancada que queda después de la inundación, provoca un aumento en las poblaciones de mosquitos, los cuales tienen su mayor actividad cuando sale y se pone el sol.

La mayoría de estos mosquitos será una molestia, pero no transmitirán enfermedades. Las autoridades de Salud locales deberían, en ese momento, trabajar activamente para controlar la propagación de las enfermedades transmitidas por los mosquitos y evitar males mayores.

Para protegerse contra los zancudos, use mosquiteros, pantalones y camisas de manga larga. Los repelentes contra insectos son sumamente eficaces. Antes de usarlos lea las instrucciones. Se debe tener cuidado cuando se usa cerca de niños pequeños, pues la mayoría son fabricados para adultos. Este tipo de productos se puede obtener en las farmacias y tiendas grandes, así como también en boticas populares.

Aún 10 días después de la catástrofe, la tierra queda saturada y todo queda muy húmedo, lo que puede ser un caldo de cultivo en el que se incuben bacterias, virus y parásitos. Además, aún puede haber animales muertos por allí o víctimas humanas sepultadas por los escombros, en avanzado estado de descomposición. Hay que estar alertas ante cualquier brote de infecciones respiratorias y salmonelosis.

También pueden sugir virosis,como gripe, así como bronquitis, procesos de rinitis alérgica, conocida popularmente como “pituíta”; dolores estomacales y diarrea (por la contaminación del agua y el mal manejo de alimentos).

La participación de las autoridades de Salud es determinante para que el brote de enfermedades no agudice el estado de emergencia en el que quedó Jimaní. Es necesario y obligatorio asegurarse de que toda la población sobreviviente y los involucrados en las tareas de reconstrucción, asistencia popular y recuperación de cadáveres, estén protegidos con vacunas. Los más vulnerables serán los niños, mujeres embarazadas y ancianos.

Es necesario alejarse de los animales que hayan desaparecido por días y reaparecido de repente, pues pudieran tener rabia o haberse contaminado por ingerir a otros animales en estado de descomposición. No debe olvidarse que la mayoría de esos animales también están desorientados y desplazados. No los tranque o encadene si no los tenía acostumbrados a estar en cautiverio.

Después de una inundación, otro problema desagradable y casi inevitable son los ratones, los cuales deben ser una preocupación de todos, pues los riesgos con estas alimañas son muchos. Asegúrese de proteger los alimentos y el agua, así como de remover los restos de animales muertos que haya en los alrededores, con ayuda de los vecinos o de las autoridades locales, pues los mismos se convierten en nidos de ratones. Estos roedores se multiplican muy rápido (una rata es capaz de tener 300 crías en un mes), lo cual magnifica los riesgos para la población.

Si es mordido por un animal, busque atención médica inmediatamente, aunque la mordida se vea pequeña o no sienta dolor.

[b]Peligros químicos más frecuentes[/b]

Otro peligro después de una inundación son los químicos. Tanques de gas, baterías de carros y derrame de productos químicos desconocidos, representan un peligro latente y real.

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