Invitados por la Sociedad Dominicana de Geriatría y en nuestra condición de presidente del club de la epilepsia, participamos como expositor en su VIII congreso científico, donde disertamos sobre el tema de las epilepsias en la tercera edad. Coincidió esa semana con la celebración del Día Internacional de la Epilepsia que se celebra el 24 de mayo por la Organización Mundial de la Salud. Presentamos públicamente nuestras experiencias con el levetiracetan de los laboratorios Galenicum. No pudo haber mejor celebración de su día que poner nosotros un granito de arena en el desmitificar esta enfermedad que está llena de mitos. Aparece muy claramente descrita en los textos babilónicos de hacen más de 3,000 años. Tal como señala el presidente vitalicio del club, el prominente neurólogo Dr. Diógenes Santos Viloria: “es de vital importancia que saquemos las epilepsias de las sombras, para seguir cumpliendo con nuestros compromisos frente a la liga internacional de la epilepsia”. Hemos señalado anteriormente que numerosos hombres y mujeres de inteligencia superior la han padecido y han hecho grandes aportes a la humanidad muy bien sobrellevada la enfermedad, veamos solo tres ejemplos: Albert Einstein, Isaac Newton y Juana de Arco. Lo anterior ratifica que esta enfermedad no impide a las personas que la padecen puedan hacer su vida totalmente normal y seguir haciendo importantes aportes a la sociedad. Esto así porque la misma, detectada a tiempo y con un adecuado manejo, tiene un chance de curarse tan alto como de un 80%. Sin embargo, con pesar aceptamos que en algunos casos no se hace el diagnóstico correcto y el paciente pierde un tiempo precioso.
La epilepsia no es más que descargas eléctricas de nuestras neuronas de manera errada y que dependiendo del territorio afectado se expresará la forma de presentación; en conclusión, es un simple cortocircuito eléctrico en el cerebro. Hay muchas formas de epilepsias, pero la que el pueblo conoce son las crisis tónico-clónicas, donde el paciente cae de manera abrupta con pérdida del conocimiento, espumajos en la boca y revolcones dramáticos, quizás con relajación de esfínteres. Todavía se le asocia a cuestiones demoníacas, a maleficios y a retraso mental. Nada más alejado de la verdad, ni se contagia, ni necesariamente debe ir acompañada de idiocia o alteraciones de conducta. Una vez correctamente diagnosticada, su control es fácil, con la responsabilidad del paciente y la educada dirección de su médico. No obstante lo anterior, hay algunos casos que se tornan de difícil control.
La epilepsia es una enfermedad que afecta entre el 1 al 2% de la población mundial, estamos por tanto hablando de que en el mundo hay unos 50 millones de pacientes con epilepsia, siendo la epilepsia del lóbulo temporal (ELT) la que abarca el 40% de todos los casos de epilepsia. La epilepsia es el segundo desorden neurológico en incidencia después del accidente cerebro-vascular (ACV), los llamados “derrames”. La epilepsia es una afección crónica y recurrente que se caracteriza por una hiperactividad sincrónica e intermitente de las células cerebrales que presentan descargas eléctricas anormales en el cerebro (crisis epilépticas), con manifestaciones clínicas variadas y causas muy diversas, una convulsión aislada no es epilepsia. El término crisis se refiere a una alteración transitoria debido a descargas repetitivas, sincronizadas y anormales de poblaciones neuronales en el sistema nervioso central.
La primera medicación antiepiléptica efectiva fue el bromuro de potasio introducida en el 1850. De esa fecha a esta parte, más de 20 opciones medicamentosas existen para tratarla. Hay novedades en su manejo, como el uso de la marihuana en los casos de epilepsias de muy difícil control, el cannabidiol. En el 2014 una compañía inglesa de medicamentos obtuvo permiso de la FDA, para investigar una versión de esta droga, el llamado Epidiolex. Por igual grandes avances continúan en la neuromodulación, esta consiste en poner unos electrodos en la cabeza y actuado a través de un marcapaso, se le envían ondas eléctricas a la parte del cerebro que genera las crisis para revertirlas. El más moderno es el NeuroPaces RNS system, aprobado por la FDA en el 2013. El futuro, para muchos pacientes será la cirugía de la epilepsia, que ya la estamos realizando en el país. Esperamos que las ARS apoyen a los pacientes que las necesitasen.