Las esperanzas iluminadoras del obispo de San Francisco de Macorís

Las esperanzas iluminadoras del obispo de San Francisco de Macorís

Con el obispo De la Cruz Baldera se pueden sostener diálogos sinceros

Ha renovado incredulidades el discurso de consagración del obispo de la diócesis de San Francisco de Macorís, el presbítero padre Ramón Alfredo de la Cruz Baldera, quien ha dicho que dará «razón de la esperanza a los colectivos feministas, LGTBIQ, anarquistas, pro tres causales, artistas urbanos (…)» durante su nueva labor pastoral.

Y, ciertamente, la suspicacia se genera por la abierta sinrazón con la que se han ridiculizado, condenado y desmeritado las vindicaciones de derechos humanos que permitirán que nuestro país pueda ser más inclusivo, respetuoso y tolerante de las diferencias, por tanto garante de la vida sin violencias y en igualdad para toda la población.

Para las personas incrédulas de los colectivos a los que se refiere el nuevo obispo francomacorisano, me atrevo a recomendarles que le solicitemos que inicie un diálogo abierto y sincero que permita despojar las falsas creencias o «fake news» que por años han merodeado causas tan genuinas como la inclusión de los enfoques de derechos humanos y de género al currículo educativo, la salud sexual y reproductiva plena para las niñas y mujeres, la existencia de las diversidades sexuales…

Les aseguro que con De la Cruz Baldera se pueden sostener diálogos sinceros, fundamentados en los razonamientos científicos, sociales y económicos, los cuales guían las luchas de las mujeres dominicanas desde 1922, AGENCIA iniciada por nuestras maestras normales.

Es esperanzador que junto al obispo francomacorisano todos los colectivos podamos alcanzar un entendimiento que coloque a la República Dominicana en un escenario justo de los derechos humanos. Conozco de su interés sobre los estudios feministas, especialmente los que aun concretamos para establecer las metodologías del periodismo feminista como impulsor del sufragismo dominicano, a los cuales le motivó adentrarse las cartas y mensajes que recibió advirtiéndole sobre la «peligrosidad» de estos temas tratados por una académica católica.

Entonces, en lugar de desmeritar la investigación doctoral, De la Cruz Baldera solicitó las lecturas fundamentales para entender al feminismo y encontrar en este «todo aquello que es bello, noble, digno y justo», desde las perspectivas de las mujeres que han articulado su pensamiento a favor de la humanidad, el alcance de la igualdad y el respeto a las diferencias. Tras la defensa de la tesis, su carta fue la primera recibida, no solo para felicitar, también nos animaba a continuar investigando desde esta perspectiva.

Es decir, el discurso de consagración del obispo De la Cruz Baldera no es una postura discursiva más, ni una estrategia para ganar más seguidores en redes sociales, ni titulares en la prensa impresa. Su dar «razón de esperanza» a los colectivos debemos tomarlo como el comienzo para democratizar la fe y colocar a la Iglesia católica dominicana a la «luz de los tiempos».

Más leídas