A 200 años de vida independiente como nación, y 70 de que las mexicanas lograron la ciudadanía para ¡tener los primeros derechos políticos y civiles!, México decide que el primer solio lo ocupará en los próximos seis años la científica Claudia Sheinbaum Pardo.
Su ascenso y agencia: ser la primera mujer en ocupar esta alta magistratura, así como el alcance obtenido en las urnas, sin dudas, expande las esperanzas relativas a que pronto, muy pronto, evidenciaremos a una mujer política y académica ejerciendo el cargo de primera ciudadana; ocupándose diariamente de más de 130 millones de personas y haciéndonos partícipes de los momentos que disfruta con sus nietas e hijos, como lo ha hecho a través de sus redes sociales.
En un país donde galopan los estereotipos de género en cada “ranchera”, la doctora Sheinbaum Pardo ha tenido una determinación transformadora que empieza con hacerse científica y contribuir con sus estudios con la ruralidad y la detección de fuentes de energía sostenible; a la par, una amplia carrera pública que abarca ocupar, también por vez primera, la jefatura del Gobierno de la cosmopolita y diversa Ciudad de México; ejercer como secretaria (ministra) de Medio Ambiente y delegada de Tlalpan.
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En su primer mensaje del pasado domingo dos de junio ha reiterado su compromiso con un “México mejor”, tal cual lo solicitaba en sus arengas de campaña, en las que también presentaba las políticas públicas impulsadas: instalación de ciberescuelas, audiencias abiertas con la ciudadanía, un sistema de línea de ayuda para las mujeres violentadas, así como sistemas de transporte público que utilizan fuentes de energías renovables.
Aunque es presidenta de México, sin dudas que las poblaciones vulnerables e históricamente oprimidas ejercieron su derecho cívico con la esperanza de que concrete la “Cuarta transformación”, pues la propia Claudia Sheinbaum Pardo ha comparado su ascenso político con los hitos que le anteceden: la Independencia, la Reforma y la Revolución.
La situación de las mujeres está en su agenda. En México, en los primeros seis meses han ocurrido 800 feminicidios, además, persisten la violencia doméstica, el acoso sexual y el hostigamiento laboral. Se ha profundizado la brecha de los salarios, lo cual repercute en las autonomías, y pese algunos avances en los derechos reproductivos, se enfrentan desafíos en el acceso a servicios de salud sexual y reproductiva.
Sin dudas, las energías transformadoras que promete Claudia Sheinbaum puede -y debe- irradiar a las naciones donde todavía las mujeres no se les ha permitido, por tantas barreras visibles e invisibles, presidir.