¿Las expansiones económicas ‘mueren de viejas’ o son ‘asesinadas’?

¿Las expansiones económicas ‘mueren de viejas’ o son ‘asesinadas’?

En la reunión anual de la American Economic Association a inicios de año, Ben Bernanke hizo reír a los economistas presentes. En su intervención, minutos después de que Janet Yellen dijera que “las expansiones económicas no mueren de viejas”, replicó, “como dice Janet, las expansiones no mueren de viejas, siempre digo que son asesinadas”.
Está bien, no es tan gracioso. Pero el diálogo entre los dos últimos presidentes de la Reserva Federal de Estados Unidos en la reunión revela qué piensan los banqueros centrales sobre las recesiones y habla sobre la probabilidad de que se caiga en una en 2020.

El secreto a voces de la profesión económica es que sus expertos no tienen una teoría de por qué mueren las expansiones. O más bien tienen varias teorías, cada una contradice a las otras y ninguna está totalmente respaldada por los datos.

Lo más probable es que la expansión económica en EU que comenzó en junio de 2009 cumpla una década este verano y continúe, convirtiéndose en el periodo más largo de crecimiento ininterrumpido desde 1854. Pero el riesgo de una recesión aumenta. Economistas encuestados por Bloomberg a principios de enero ven una probabilidad de 25% de una depresión en los próximos doce meses, en la encuesta de diciembre la probabilidad era de 20 por ciento. Su proyección media para el crecimiento del producto interno bruto (PIB) es de 2.5% en 2019, bajando a 1.9 % en 2020. El estancamiento generado por el cierre parcial del gobierno en ese país tampoco ayuda.

El 10 de enero, el economista en jefe para EU de JP Morgan Chase & Co., Michael Feroli, redujo su pronóstico de crecimiento para el primer trimestre a una tasa anual de 2% desde un 2.25%, citando como causa el cierre.

Cierto, nada en el horizonte grita “recesión”. Pero nadie sabe. Lo que sí sabemos es que el crecimiento económico está impulsado por la confianza de los consumidores, las empresas y los inversores. Últimamente, esa confianza ha decaído. Y un aumento en el temor de que la expansión muera puede convertirse en una profecía. “Las cosas pueden cambiar rápidamente porque gran parte de esto es instinto animal”, dijo Kristin Forbes, economista de la Sloan School of Management del Instituto de Tecnología de Massachusetts, en una conferencia en Atlanta.

Parece un momento extraño para que alguien se preocupe por una recesión. El 4 de enero, la Oficina de Estadísticas Laborales informó que la economía de EU creó 312 mil empleos en diciembre, la mitad más que el promedio mensual de los últimos cinco años. Por lo general, tal repunte en las contrataciones reduciría la tasa de desempleo, que se ha mantenido por debajo del 4% durante el periodo más largo desde la década de los sesenta. La única razón por la que la tasa aumentó un poco, al 3.9%, es porque el rápido ritmo de la contratación atrajo a más personas. Eso es exactamente lo que uno quiere ver: trabajadores desanimados, jubilados prematuros y personas con discapacidad que intentan ingresar nuevamente al mercado laboral. “Es un panorama mucho mejor y más optimista en este momento”, señaló el asesor económico de la Casa Blanca, Larry Kudlow, a Bloomberg Television.

El mercado laboral no es el único en expansión. El PIB creció a una tasa anual de 4.2% en el segundo trimestre de 2018 y de 3.4 % en el tercero, y los economistas encuestados por Bloomberg estiman que creció 2.6 por ciento en el cuarto trimestre que finalizó. Esos son buenos números si consideramos que la Reserva Federal estima que el potencial de crecimiento a largo plazo de la economía de EU es de 1.9 por ciento al año.

A pesar de eso, los inversores no comparten la confianza de Kudlow. Y eso se ve en el mercado accionario, donde el índice S&P 500 cayó 11% en los últimos meses. Las expectativas de inflación bajaron, un signo de poca confianza en la economía. El índice publicado por Business Roundtable sobre las perspectivas de los directores ejecutivos de las grandes compañías, aunque todavía está encima de su promedio de largo plazo, ha caído por tres trimestres consecutivos.

Los consumidores son los únicos que confían, la proporción de estadounidenses encuestados por el Conference Board que dice que es difícil conseguir trabajo, es la más baja en 18 años. El gasto en la época navideña fue fuerte. Pero incluso los consumidores se limitan. Las ventas de autos han permanecido intactas desde 2015. Las acciones del fabricante de vehículos REV Group Inc. bajaron 77% en 2018, en parte a una baja en ventas, especialmente de sus vehículos caros. Hay que tener en cuenta que muchos consumidores también son inversores, de modo que sus carteras de acciones son importantes para ellos tanto como sus salarios.

Incluso si Yellen tiene razón en que ésta expansión no morirá por causas naturales, podría ser asesinada, como lo señaló Bernanke.

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