Las exportaciones y la tesis de Luis Piantini

Las exportaciones y la tesis de Luis Piantini

Nuestro país necesita recursos externos para su desarrollo, principalmente en estos momentos que pasa por uno de sus períodos más críticos. La prioridad de la política económica debe ser, que la cuenta corriente de la balanza de pagos deje de ser deficitaria, como tradicionalmente ha pasado.

Los países se desarrollan exportando su producción. Captando inversión extranjera. Fortaleciendo e incentivando a los sectores productivos nacionales. Una política de esta naturaleza contribuye a generar empleo, a combatir la pobreza y a dinamizar la economía en sentido general. Entonces: ¿Por qué no se implementan medidas tendentes a incentivar las exportaciones?

A través de un programa de televisión, el señor Danilo Del Rosario, director del Centro de Exportación e Inversión de la República Dominicana (CEI-RD), anunció que próximamente será puesto en funcionamiento el proceso de la Ventanilla Unica.

Realmente muy importante y merece los mayores elogios. Pues es un mecanismo que simplificará significativamente los trámites burocráticos. Por consiguiente, de gran incentivo para el sector exportador. Pero no es suficiente. Es importante recordar, que en la actualidad, de varios instrumentos contemplados en la Ley de Fomento a las Exportaciones, solo uno (1) de cinco (5) instrumentos está vigente y es el que se refiere al régimen de importación temporal.

Recientemente se acaba de firmar un acuerdo comercial con Estados Unidos, pendiente de aprobación por los congresos de ambos países, que debe ser beneficioso para el país, si se tiene en consideración que el 85% de las transacciones comerciales dominicanas dependen del mercado norteamericano, por el volumen de las inversiones norteamericanas y porque garantizan estabilidad a las empresas de zonas francas y el mantenimiento de más de 100,000 puestos de trabajo. Pero, ¿están en capacidad de competir los exportadores criollos con sus similares norteamericanos?

Durante la administración del doctor Leonel Fernández, se firmaron acuerdos comerciales con la Comunidad Caribeña (CARICOM) y Centroamérica. El criterio preponderante fue:

* Que la República Dominicana no debía quedarse aislada, ante la dinámica mundial de la formación de bloques comerciales.

* Que la conformación de un bloque con Centroamérica y CARICOM, permitiría lograr mayores beneficios para nuestros países, al momento de firmar un acuerdo comercial con Estados Unidos, o dentro del esquema de Tratado de Libre Comercio de las Américas.

* Que el comercio nacional se beneficiaría con 60.0 millones de nuevos consumidores. Lo que incidiría en el desarrollo y crecimiento de nuestra economía, en la generación de empleos, inversiones extranjeras, etc.

Los resultados han sido los siguientes: con CARICOM, que está conformado por países con economías más pequeñas que la nuestra, la nación mantiene un superávit en su balanza comercial de US$8.91 millones. Si se incluye a Trinidad y Tobago, país del cual importamos petróleo, entonces se tendría un déficit de US$340.46 millones con Centroamérica, conformado por países de economía similar, la relación de intercambio con Costa Rica, El Salvador y Guatemala, durante el período enero-diciembre del 2003, fue de 12/1, al importarnos esos países US$146.21 millones, y el nuestro exportarles US$12.0 millones aproximadamente. Desglosado de la siguiente manera: Costa Rica nos importó US$49.61 millones, El Salvador US$32.74 millones y Guatemala US$63.68 millones. Mientras la República Dominicana exportó a esos países US$4.72 millones, US$2.42 millones y US$2.35 millones respectivamente.

¡A qué de debe tan marcada diferencia con los pueblos centroamericanos?

Sencillamente a que los exportadores de esas naciones cuentan con todas las facilidades de una ley de fomento moderna. Contrario a lo que acontece en la República Dominicana.

Puede ser competitivo un empresario criollo cuando tiene que pagar impuestos como: 1.5% de anticipo a las ventas, 10% de comisión cambiaria, 25% de impuesto sobre la renta, 2% de impuesto a las importaciones de materias primas, 5% de recargo cambiario y factura consular, contrario al espíritu de la ley que de fundamenta en la no exportación de impuestos.

A lo anterior añádase altas tasas de interés bancarias, elevados costos de fletes marítimos, altos costos e ineficiencia en el suministro de energía eléctrica (US$ 0.15w/hr.), costos adicionales en el mantenimiento de plantas de emergencia y precios elevados por contenedor. Un productor guatemalteco, por ejemplo, financia sus actividades empresariales con tasas de interés promedio menor al 10%, US$ 0.09Kw/hr. servicio de energía eléctrica, actividades comerciales no gravadas con el pago de impuestos, etc.

Recientemente el economista Luis Piantini, en una conferencia en la Cámara Americana de Comercio de San Pedro de Macorís, expuso que si la economía dominicana se dolarizara, se eliminarían costos financieros, impositivos, de transacción y energéticos por $79,000.00 millones de pesos. Detallados de la manera siguiente: Los costos financieros se reducirían en RD$19,500 millones al disminuir las tasas de interés. Se eliminarían los costos de transacción que representaron el año pasado RD$18,000.00 millones. Se eliminaría el recargo cambiario, el impuesto de 2% a las importaciones, y el 5% a las exportaciones, que representan unos RD$24,000.00 millones, al traspasarse la deuda a corto plazo del Banco Central a una de largo plazo al gobierno. Reducción de los costos en el suministro de energía eléctrica.Surge entonces ka siguiente inquietud.

¿Es la dolarización el instrumento político a implementar para lograr la competitividad del sector exportador nacional?

Nuestro país no se desarrollará hasta tanto no se impulse un esquema que aumente la competitividad de las empresas, principalmente para las que tienen vocación exportadora.

Un ejemplo de lo anterior son las empresas de zonas francas y turísticas, que incentivadas con un esquema de exenciones fiscales, son en la actualidad el soporte de la economía dominicana.

Paralelamente a la aplicación de una adecuada política de desarrollo, debe implementarse una adecuada política diplomática. Especialistas en comercio internacional deben formar parte de las delegaciones en las embajadas y los consulados.Su función sería generar negocios, aprovechar mercados coyunturales por eventos circunstanciales, organizar charlas y ferias, contactos entre los gobiernos y asociaciones empresariales, promoción comercial y turística, participación activa de los medios de comunicación, aprovechamiento de tecnologías, atraer inversiones extranjeras, etc. En fin, una plataforma coordinada por el Instituto de Comercio Exterior y las asociaciones empresariales fundamentadas en «generar negocios».

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