Las fábulas del presupuesto educativo

Las fábulas del presupuesto educativo

Sus historias trae consigo una lección. Por ello que, a pesar del tiempo, sus moralejas acompañan al que le conoce. Y es que, se quiera o no, siempre hay una razón para recordarle. Se trata de Esopo, fabulista griego que muchos conocimos en nuestra infancia.

Sus fábulas vinieron a mi memoria al leer una nota que escribió Carmen Matos ayer y que establece que la inversión que el Gobierno dedicaría en el 2010 a la construcción y rehabilitación de aulas depende casi por completo de donaciones y del crédito externo, de acuerdo con el proyecto de Presupuesto de Ingresos y Gastos Públicos: con una inversión de RD$4,646 millones, el Estado sólo aportaría RD$334 millones.

Esto me recordó “El parto de los Montes”, que relata cómo las montañas daban signos de estar a punto de dar a luz y, tras un ensordecedor ruido que hacía pensar en que de sus entrañas saldría algo extraordinario, apenas parió un ratón.

Así, como un parto de mucho ruido pero pocos resultados, es la inversión que el gobierno hará en la infraestructura escolar.

Para definir al gobierno vale recordar la siguiente fábula: “un tocador de cítara sin talento cantaba desde la mañana a la noche en una casa con las paredes muy bien estucadas. Como las paredes le devolvían el eco, se imaginó que tenía una voz magnífica, y tanto se lo creyó, que resolvió presentarse en el teatro; pero una vez en la escena cantó tan mal, que lo arrojaron a pedradas”. ¿Moraleja? Nadie puede ser su propio juez no vaya a ser que la parcialidad le arruine.

Siempre será oportuno que las autoridades recuerden, además, que todo concierto tiene su público.

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