Las faldas  plizadas, de regreso

Las faldas  plizadas, de regreso

POR ROSARIO TIFÁ
Aunque los pantalones siguen siendo piezas insustituibles en el armario femenino, las faldas con un historial  y trascendencia mayor en la moda,   continúan ocupando su espacio en el gusto de la mujer. De caras a la primavera 2008,  llegan plizadas y aglobadas ideales para la  mujer que posee  una esbelta  silueta.

Desde la historia misma del vestido, las faldas, que lógicamente estuvieron adheridas al corpiño, fueron creadas de una forma que permitiera cierta movilidad a  la mujer.

La falda a través de la historia

Si damos un vistazo a la historia podremos apreciar aquellos trajes de holgados y largos faldones  encretonados que eran exhibidos  en  grandes salones de fiesta por encopetadas damas de la época.

Ese patrón se mantuvo hasta que la genialidad y creatividad de los diseñadores, especialmente de la inolvidable Coco Chanel, apostaron por la creación de  dos piezas.

 Y, precisamente esa transformación en su diseño se produjo a partir de los llamado “locos” y  exitosos años 20,  que fueron   punto de partida para una moda renovada e indetenible.

Los años subsiguientes permitieron una falda diseñada de manera diferente con la idea de resaltar la silueta de la mujer.

Surgieron los estilos  columna, trapecio, amplia, globo, con detalles muy  marcados que diferencian unas de otras.

Dejaremos en esta ocasión a un lado, el estilo globo que está súper de moda y trataremos otro estilo que ha emergido en esta temporada. Se trata de las faldas con pliegues o rizadas.

Un estilo  de moda de los años 30 y que se apreciaba con mayor garbo en los  elegantes vestidos veraniego, con cuello halter y estampados en flores, rayas o lunares.

En los  40, de ingrata recordación por la recaída de la moda a causa de la Segunda Guerra Mundial, que afectó considerablemente la industria textil, continuaron usándose de manera reciclada.

 Datos históricos revelan que en esos años y por ese motivo las mujeres fueron obligadas a emplear el lema “improvisar y remendar”, utilizando como telas para sus confecciones manteles y cubrecamas en vestidos y abrigos. Pasada la tormenta, la  moda de este y otros estilos  retorna en los 50 y en estos momentos, en pleno siglo 21 empieza nuevamente su  reinado en todos los largos.

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