Las familias que tienen hijos con autismo no aguantan gasto bolsillo

Las familias que tienen hijos con autismo no aguantan gasto bolsillo

El gasto para padres que tienen hijos con el Trastorno del Espectro Autista (TEA) tienen gastos exorbitantemente altos y no tienen ayuda oficial. En un solo mes se pueden gastar de RD$100 a RD$200 mil.

“Una consulta de un psiquiatra va de RD$3,000 a RD$7,000, eso sin contar con alguna medicación regulatoria y alimentación, plantearon los periodistas y padres de menores con la condición, Fernando y Margarita Quiroz.

Explican que la situación de esa población es muy complicada, debido a que, actualmente los centros que atienden menores con esa discapacidad están desbordados. Reciben el triple de demanda.

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Precisan que centros como el de Atención Integral para la Discapacidad (CAID) esta desbordado, con lista de espera hasta de dos mil familias y que deben esperar hasta cuatro años por un cupo. “Es difícil conseguir un colegio que acepte un menor con la condición y si aparece uno, debe buscar un acompañante o maestra sombra”, aseguro Fernando Quiroz, coordinador de la Mesa del Diálogo por el Autismo.

Indica, además, que una cotización por clase de natación puede constar hasta RD$25,000 al mes. “Es que el Estado es el responsable de la detección, evaluación, laboratorios, hospitales, cobertura de seguridad social y de que haya escuelas que los puedan aceptar. Todavía en República Dominicana hay niños con autismo que los tienen amarrados en las casas”, relató. Indicó que se deben tratar todas las discapacidades, pero que el TEA es una realidad.

Margarita Quiroz

De su lado, Margarita Quiroz, de Gestión de Proyectos de la Mesa de Diálogo por el Autismo, asegura que no hay información de la razón por la que cada vez más se eleva la cantidad de nuevos casos en la población. “Se ha pedido hasta que alcaldías faciliten espacios para la atención de estas familias y sus hijos. Lo ideal sería que haya un CAID en cada provincia, pero no están y hay que buscar las intervenciones que se necesitan y que contempla la Ley”, dijo la profesional.

Para Margarita, si no hay una intervención oficial desde ahora, en la próxima década el país tendrá un problema muy grave, “porque no se hizo nada”.

“Con la nueva Ley de Autismo, el país debe saber cuántas familias tienen hijos con esa condición, luego, lograr un diagnóstico temprano. Eso hará la diferencia, pero las familias no pueden solas”, coinciden los hermanos.

Explican que el Gobierno ha estado otorgando a algunas familias RD$6,000 al mes, lo que deploran, pues no alcanzan ni para comenzar. “Eso no alcanza ni para el pasaje de una familia”. Se necesita, insisten, que se creen estrategias efectivas que vayan en beneficio de esas familias.

Familias

Las familias sufren desgaste económico y emocional, viven agobiadas y solo el amor les lleva a seguir adelante, afirman los hermanos Quiroz, ambos comprometidos con el tema.

La ley no es por antojo de un grupo de personas, es una realidad lastimosa. Se pregunta qué pasará con esos menores de ahora en dos décadas. Ley 34-23, de Atención, Inclusión y Protección para las Personas con Trastorno del Espectro Autista (TEA) es completa, pero no ha sido aplicada, aseguran. “Esa ley debe llevar a la conciencia social, pero requiere la intervención urgente del Estado”, puntualizan.

Educación

Los profesionales aseguran que uno de los principales problemas con esa población es el tema educativo, que indican constituye un cuello de botella, precisar que, cuando los niños van llegando a tres y cuatro anos, los profesores dicen que ya no los pueden tener en las aulas.

En ese sentido, Fernando Quiroz sostiene que se necesita una visión amplia e integral de la ley y de la realidad que encierra el TEA. El Estado, aplicando la ley, debe tener las herramientas para detectar las capacidades diversas de los menores con trastorno de TEA. Su cerebro tiene capacidad, pero es diferente, indica.

Le cambia la vida

Cuando se diagnostica la condición, cambia la vida de las familias. Las familias pasan por etapas de negación, duelo y aceptación. Sus hijos se ven rechazados y discriminados por una sociedad que no actúa por maldad, pero que no entiende la condición. Se puede palpar la apatía de las autoridades, a los menores los califican y miran raro, cuentan los padres.