Las FFAA respetarán resultados electorales

Las FFAA respetarán resultados electorales

«Las Fuerzas Armadas apoyarán, como es su deber constitucional, los resultados de la voluntad popular y nada ni nadie deberá ponerlo en duda».

Así lo asegura el secretario de las Fuerzas Armadas, teniente general José Miguel Soto Jiménez, en una carta enviada al ex presidente y candidato presidencial del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), doctor Leonel Fernández Reyna.

Soto Jiménez defiende la configuración actual de las Fuerzas Armadas y explica que «el cuerpo de generales está compuesto por oficiales honorables y de gran valía, todos ellos, salvo los especialistas y auxiliares y, con algunas excepciones históricas, son diplomados de Estado Mayor y el 80 por ciento de los mismos cuenta con el beneficio de la educación superior y tienen más de 25 años en servicio ininterrumpido en las filas de sus instituciones».

El alto jefe militar señala al expresidente Fernández que las Fuerzas Armadas de hoy están «comprometidas hasta los huesos con la democracia». Deja claramente establecido que en todo momento el presidente Hipólito Mejía ha mostrado su interés en que las Fuerzas Armadas no se inmiscuyan en la política partidarista y que cumplan con las funciones que les indica la Carta Magna.

El general Soto Jiménez señala en su carta que piensa que el expresidente Fernández está rodeado de oficiales militares retirados que son «exponentes auténticos de nuestra clase profesional, modelos de capacidad, de seriedad y auténtico nacionalismo».

«Pienso que es inconveniente el uso del tema militar para lograr la adhesión de los militares activos, pues puedo asegurarle, por experiencia propia, que esa adhesión incondicional la tendrá usted de todos modos, si es favorecido por el voto popular», añade.

Soto Jiménez recuerda que durante la administración del presidente Fernández estuvo a punto de ser retirado del Ejército «por expresar consideraciones académicas referentes al tema del número de generales y otros temas militares que me crearon un gran conflicto a lo interno de las Fuerzas Armadas». Expresa que no fue retirado debido a la oportuna intervención del propio Fernández, «no solo porque conocía usted las motivaciones que las amparaban, sino también porque de alguna forma compartía y comprendía estos destellos de racionalidad».

El jefe castrense expresa al expresidente Fernández que nunca se le ha ocurrido, ni antes ni ahora, atribuirle a los mandatarios «la culpabilidad de distorsiones en la organización militar de larga data las cuales son productos de fenómenos históricos y políticos que hemos ido superando a pasos sostenidos tras varios gobiernos, con la lentitud conveniente de la naturaleza conservadora y delicada de las instituciones militares».

«De ninguna manera se me ocurrió tampoco, ni se me ocurre ahora, atribuirle a usted el lamentable estado en que se encontraban las instalaciones de todo el establecimiento militar tras más de cuarenta años de uso intensivo, sino que tuvimos a bien explicarle al presidente Mejía, quien estaba alarmado por el mismo, que las Fuerzas Armadas habían vivido por varias décadas, de los remanentes del gigantismo militar de Trujillo».

«El mismo desabastecimiento alarmante de las tropas», agrega el general Soto Jiménez, «era producto de un gasto militar por décadas desorganizado y desajustado de la realidad, sin descartar la vieja usanza de los jefes militares de decirle al presidente que todo estaba bien, en un intento torpe de ganar su reconocimiento».

El general Soto Jiménez explica al expresidente Fernández las causas por las cuales hay tantos generales hoy en día en las Fuerzas Armadas. Señala que la inversión de la llamada pirámide de mando tiene sus orígenes en la crisis económica de los años 80 del pasado siglo, cuando se produjeron ascensos en todos los grados para compensar la calidad de vida militar.

Indica que hoy en día, a diferencia del pasado, la condición de general es una retribución legítima al mérito, al estudio y añade que las Fuerzas Armadas constituyen una cantera de talentos en todos los órdenes.

«No es posible», dice el general Soto Jiménez, «que se le impida alcanzar el grado de general a cualquier hijo del pueblo, sobre la base de su origen socioeconómico o sus preferencias políticas. Yo mismo y otros generales fuimos ascendidos en su gobierno, de igual forma muchos de sus amigos también lo han sido en éste».

La carta de Soto Jiménez tiene fecha del 20 de abril último. La existencia de esa carta se conoció cuando el propio Fernández dijo que la había recibido, calificándola de amable y respetuosa, y en la cual al alto oficial le pedía que no debatiera en público, durante la campaña electoral, el tema militar.

HOY tuvo acceso a la carta del general Soto Jiménez y publica su texto íntegro en sitio aparte de esta edición.

Soto Jiménez concluye su misiva –que consta de siete y un cuarto de páginas, escritas a un espacio– de la siguiente manera:

«De todas formas, es mi deber como cabeza del aparato militar defender el buen nombre de una institución que con sus defectos y virtudes necesitamos en mayor o menor grado para la consecución de los objetivos nacionales. Estimo poco conveniente que personas fuera del control de los candidatos les de por desacreditar, por conveniencias particulares y aspiraciones insatisfechas, o tratar de sepultar en el llamado zafacón de la historia, a una noble institución de servicio, sobre todo porque, como usted sabe y así lo ha manifestado coincidiendo con el Presidente Mejía, necesitaremos unas Fuerzas Armadas sanas, honradas, nacionalistas y prestigiosas para construir en un ambiente de seguridad, la República Dominicana que ha soñado usted, el Presidente Mejía y que es la misma, libre, soberana y progresista que hemos soñado todos».

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