Con la serie empatada a uno tras los dos primeros partidos en Denver (Colorado), las Finales de la NBA entre Heat y Nuggets se desplazan a Miami (Florida), con 1.607 metros menos de altitud entre una y otra, para disputar el tercer y cuarto duelo en el Kaseya Center.
De las Montañas Rocosas a South Beach, los Heat y los Nuggets deberán acostumbrarse a un radical cambio de condiciones para los próximos capítulos de unas Finales en las que ahora es Miami quien cuenta con el factor cancha.
El equipo de Erik Spoelstra dio un golpe en la mesa este domingo al triunfar por 111-108 en la Ball Arena, después de perder el primer partido de la serie. Los ajustes tácticos de los Heat mezclaron las cartas en la serie y, pese a los 41 puntos del serbio Nikola Jokic, los Nuggets están llamados a tomar medidas.
Los Heat regresan a Miami tras más de una semana de ausencia, pues apenas tuvieron descanso tras ganar el séptimo partido de las finales de la Conferencia Este en el campo de los Boston Celtics y tuvieron que desplazarse directamente a Denver para jugarse las Finales.
Miami infligió este domingo a los Nuggets la primera derrota en casa en la postemporada y buscarán hacerse fuertes en el Kaseya Center.
Eso sí, los Heat perdieron ya tres veces en la postemporada ante su público en diez partidos. Lo hicieron contra los Atlanta Hawks en el primer partido del ‘play-in’ y cayeron dos veces contra los Boston Celtics, antes de triunfar en el TD Garden en el séptimo y decisivo partido de la serie.
Aunque los Nuggets salían como claros favoritos según las casas de apuestas estadounidenses en esta serie, el equilibrio en la serie es máximo.
“No estamos preocupados por lo que piensa la gente. Pensamos en lo que somos como grupo. Siempre seremos nosotros, no nos preocupamos por los demás. Fue así todo el año”, advirtió Jimmy Butler en la rueda de prensa posterior al partido de la Ball Arena.
Los números ya son un éxito para la NBA, con un promedio de 11.580 millones de telespectadores conectados para ver el primer partido en la cadena ABC y en ESPN2, según datos publicados por la liga estadounidense.
Hubo un máximo de 12.784 millones de telespectadores conectados en ese partido, a las 22.30 hora del Este de Estados Unidos.