El patio, con ese toque multicolor que le daba el arco iris de matas de frutas es sin lugar a dudas uno de los recuerdos más evocados de la feliz infancia. Allá, en la casa de la abuela, de la tía o de la propia, no era extraño degustar por las tardes frutas tan sabrosas como el mamón, el vinagrillo, pan de frutas y el buen pan.

Alguna de estas eran ideales para hacer dulces. Tal es el caso del jobo y  el cajuil.

Otras  como el granadillo, la carambola, la jagua, la guanábana y el zapote eran perfectas para hacer jugos.

Mientras que el pan de frutas, el buen pan, la manzana de oro, el mamey, los lerenes  y el níspero sencillamente se comían enteros.

Sin embargo, estas deliciosas degustaciones pertenecen al ayer, pues estas frutas forman parte de una larga lista de lo que podríamos denominar “Frutas en peligro de extinción”.

Poco demandadas
A que estas frutas no son mercancías vinculadas a una alta demanda en el mercado local, se atribuye su escasez en las cocinas de los hogares dominicanos.

“La producción de estas frutas siempre se ha hecho con fines domésticos y nunca  como productos agropecuarios  de un cultivo en forma intensiva y excesiva, ni con grandes fines de comercialización”, explica el sociólogo  Carlos Pimentel al ser cuestionado por ¡Vivir! acerca de la poca presencia de estas frutas.

De ahí que la presencia de matas de estas frutas, en la mayoría de los casos,  se vea en hogares ubicados en las zonas rurales del país.

No internacionales
A diferencia de frutas como el guineo, el mango,  la piña, el aguacate y el coco, “las frutas del ayer” no son demandas a nivel internacional. Precisamente esta es otra de la razones, por la que, según explica Pimentel, su producción  es reducida.

Un aspecto generacional
Probablemente si le pregunta a su hijo o  hija por frutas como la palpa o  el cajuilito solimán  la respuesta sería: ¿qué es eso?

Y es que  debido a la poca presencia de estas frutas en el mercado  la generación actual no las conoce.

“Los jóvenes no tienen  hábito de comer estas frutas”, asegura Pimentel.

Esta situación también contribuye a que estas además de sabrosas sean frutas exóticas.

Las frases

Carlos Pimentel
Culturalmente estas frutas no son muy demandadas, de ahí que se coticen como las más caras del mercado y entren en el renglón de frutas exóticas”.

Habla el abuelo

Mario Cabral
A sus 87 años,  don Mario considera vitales  estas frutas.  ¿Usted sabe lo rico que es un jugo de guanabana?, se pregunta.

Zoom

Beneficios de consumirlas

La Guanábana
Hay diversos estudios sobre la anonacina, un  compuesto presente en la guanábana, que señala tendría efectos anticancerosos.

El níspero
Los nísperos pueden ser muy aconsejables en determinados trastornos y patologías como  la diabetes, las afecciones hepáticas, intestinales, renales, respiratorias y la obesidad.

Pan de fruta
Se le cocina hervido, frito u horneado, y al ser bien preparado realmente pasa por un trozo de pan. Esta fruta es rica en carbohidratos, calcio y vitaminas A y B.

El mamey
Este se come fresco directamente de la cáscara, en ensaladas o se  usa para hacer mermeladas. Esta fruta tiene reputación de ser afrodisíaca e indigesta.

El zapote
Se le come fresco, directamente de la cáscara, y la almendra de su semilla es también usada para la confección de la “cajeta de zapoyol”.

El caimito
Se le consume fresco, o se le usa para hacer jaleas o mermeladas. La cáscara siempre se elimina porque tiene mucho látex. La almendra de la semilla es comestible, y es el ingrediente usado en confitería.

La almendra
La almendra contiene una  buena dosis de vitaminas B,  D, E,  B5, Calcio,  fósforo y  potasio.

La carambola
Su componente mayoritario es el agua. La pulpa de la carambola es rica en oxalato de calcio y fibra soluble. Contiene una cantidad moderada de vitaminas A y  C.