Hoy 
Comienzo remembrando al gran Atahualpa Yupanqui, quien cantó a las hermanitas perdidas en un tiempo, rubio y pirata. Y siguen brotando de la memoria los que son testimonios, del reclamo patriótico de los argentinos. Así tenemos que en el 1941, nació La Marcha de Las Malvinas, que siempre ha tenido ciudadana vigencia en la patria de José de San Martín. He aquí la primera estrofa de la mencionada marcha: Tras su manto de neblina,
No las hemos de olvidar.
Clama el viento y ruge el mar.
Ni de aquellos horizontes
Nuestra enseña han de arrancar,
Pues su blanco está en los montes
Y en su azul se tiñe el mar.
En mis soledades, hoy he querido decir algo acerca de la perdida perla austral.
Cierta vez se comentó que el presidente argentino Carlos Menem estaba en actitud de pagar por la recuperación de la islas de que estamos hablando.
Frente a la propuesta del hombre de La casa rosada, hay que evocar la segunda estrofa de La Marcha de Las Malvinas.
Por ausente, por vencido
Bajo extraño pabellón,
Ningún suelo más querido
De la patria en extensión.
¿Quién nos habla aquí de olvido,
De renuncia, de perdón?
¡Ningún suelo más querido
De la patria en su extensión!
Hay que decir que Carlos Obligado el autor de la marcha que llamada fue de Las Malvinas, formó parte en el 1939 de la junta Pro Recuperación de Las Malvinas. En sus esfuerzos la junta no logró nada, frente a la Rubia y pérfida Albión. Hay que decir que por petición del honorable Alfredo Palacios, fue que Carlos Obligado compuso la marcha, de la que muchos patriotas argentinos recitan la estrofa siguiente:
Rompa el manto de neblinas,
Como un sol nuestro ideal:
¡Las Malvinas argentinas
En dominio inmortal!
Y ante el sol de nuestro emblema!
Pura, nítida y triunfal.
Brille ¡oh Patria! En tu diadema
La perdida perla austral.
Los ingleses las llaman Falkland y también fueron llamadas Islas Sebaldinas y Tierra de la Virgen. Aunque los ingleses pretenden que fue John Davis que las descubrió en 1592, lo cierto es que fue el español Esteban Gómez, desertor de la expedición de Magallanes, quien arribó por primera vez a ellas en 1529.
No puedo olvidar que en el 1982, el presidente argentino Leopoldo Fortunato Galtieri, quiso recuperar las islas. Pero todo resultó inútil.
Cuando esos sucesos vivía en Montevideo. Y para apoyar a los argentinos, que tienen sobre Las Malvinas derechos históricos y fuerza jurídica, en la capital uruguaya los representantes de las naciones americanas acudíamos en conjunto a apoyar a la nación Argentina por vía de su embajador, el general Santiago Omar Rivera, que era todo un caballero. Y finalizo con: ¡Las Malvinas, argentinas!
