Las ideologías en el cambio político-social

Las ideologías en el cambio político-social

Sin ideología revolucionaria, entendiendo por ella la contraposición razonada a unas determinadas relaciones de producción que estancan en un momento dado el desarrollo humano, es imposible el cambio político y social, pues sin estas explicaciones al público no puede instituirse la idea  que la organice, y sin esa conciencia volvería siempre a restaurarse el viejo orden o la toma del poder deviene en fraude. Ejemplo del primero, Balaguer; del segundo, el gobierno del PLD.

La ideología es la sustancia de la moral, en especial de la política, moral de clases, la de los oprimidos ante la de sus opresores, la de los explotados ante la de sus explotadores, las que según quienes gobiernen, se convierten en ley.

Pero en naciones como la nuestra, sin desarrollo de la conciencia social y, dependientes, va al poder el lumpen político, delincuentes disfrazados dentro de los partidos del status quo, que sin moral burguesa ni proletaria es una especie imprescindible para la dependencia y para corromper las burocracias y ejercer extorsión en interés propio y de sus superiores aferrados al control del Estado y de la nación.

El país, célula colonial del capitalismo, sistema que jugó el rol más revolucionario pero inhumano de la historia haciendo el mundo como es, sufrirá doblemente su decadencia producto de  que las fuerzas  productivas no pueden coexistir ni subsistir en él con sus relaciones de producción, más radicales aquí, y porque sus propios pilares se derrumban sobre nuestras economías.

La situación crea la necesidad de cambiar el modelo, lo que significa un disturbio en ese orden, el que sería mayor sin la promoción de las ideas tras las que se organicen y movilicen las fuerzas pediatras del cambio.

La globalización ha proletarizado al mundo subordinándolo a los enormes poderes en manos de las corporaciones que acaparan el trabajo social, las rentas, los intereses, las riquezas naturales, los medios, las vías, el transporte, los adelantos científicos-tecnológicos y la educación, privatizándolo  todo.

Es el final de un tiempo que nos impone continuar la historia sacando al hombre de la barbarie, proyectando la civilización hacia la conquista y humanización del espacio. ¡Qué cambio!

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