Las inversiones mundiales de 2010

Las inversiones mundiales de 2010

En 2009, la economía mundial sufrió las consecuencias de la mayor crisis económica desde la Gran Depresión de los años treinta.

Ante la caída de la producción y el comercio internacional de las mayores economías del mundo, cabía esperar una intensa reducción de las corrientes de inversión extranjera directa (IED), con los consiguientes efectos negativos en la instalación de nueva capacidad productiva y la modernización tecnológica de activos existentes. Así, en el contexto de la crisis internacional, la IED se ha visto afectada en todas las regiones del mundo. Los niveles de deudas siguen subiendo y las economías no parecen arrancar, ocasionando que la IED global haya caído por segundo año consecutivo. Y, a diferencia de 2008, cuando la IED solo se contrajo en los países desarrollados, en 2009 la crisis mundial afectó también las corrientes de inversión hacia las regiones en desarrollo y América Latina y el Caribe no fue la excepción. La recepción de IED en esta región alcanzó los 76,681 millones de dólares, cifra que implica una disminución del 42% respecto del récord histórico alcanzado en 2008.

Como resultado de un empeoramiento de la crisis financiera y económica en 2008, las perspectivas de la inversión extranjera directa (IED) siguen siendo sombrías, según se señala en el estudio anual de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD) sobre las tendencias de la inversión en todo el mundo en 2010. El descenso de las fusiones y adquisiciones transfronterizas fue en gran medida responsable de la reducción general de las entradas de IED a la región en 2009. El valor de las ventas en concepto de fusiones y adquisiciones sumó en total 35,000 millones de dólares en 2009, un 34% menos que en 2008. Aun así, si bien se espera que la recuperación sea lenta en 2010 y no estimule el crecimiento en los flujos de IED, si se espera cobren fuerza en 2011, año en que se estima que se aproximará a los 1.8 billones de dólares.

Crecimiento mundial.  Las corrientes de inversión extranjera directa (IED) a nivel mundial tocaron fondo durante el segundo semestre de 2009 y luego registraron una modesta recuperación en la primera mitad de 2010, lo que despertó un optimismo prudente acerca de sus perspectivas a corto plazo. La recuperación actual de la IED tiene lugar después del descenso brusco de las corrientes de IED en todo el mundo registrado después de la reciente crisis global. Tras descender un 16% en 2008, las entradas mundiales de IED disminuyeron otro 37% hasta los 1.1 billones de dólares, mientras que las salidas se redujeron alrededor de un 43% y fueron tan sólo de 1.1 billones de dólares. Se prevé que repunte el volumen de entradas a nivel mundial hasta superar los 1.2 billones de dólares en 2010, seguir aumentando hasta 1.3-1.5 billones en 2011 y apuntar hacia los 1.6-2 billones de dólares en 2012. Sin embargo, estas perspectivas de la IED están expuestas a diversos riesgos e incertidumbres, en particular la fragilidad de la recuperación económica mundial.

Algunos cambios importantes en las pautas mundiales de la IED precedieron a la crisis actual y probablemente se intensifiquen a corto y mediano plazos. En primer lugar, está previsto que siga aumentando el peso relativo de las economías en desarrollo y en transición como países de destino y de origen de la IED mundial. Estas economías, que en 2009 absorbieron casi la mitad de las entradas de IED, son las que impulsan más activamente la recuperación de las inversiones. En segundo lugar, no es probable una reversión del nuevo descenso reciente de la IED destinada al sector manufacturero, en comparación con la que va a parar al sector de los servicios y al sector primario. En tercer lugar, a pesar de su fuerte repercusión en la IED, la crisis no ha frenado la creciente internacionalización de la producción. La IED disminuyó en los tres sectores: el primario, el manufacturero y el de servicios. Las industrias cíclicas como la del automóvil y las químicas no fueron las únicas víctimas. Industrias que en principio  resistieron bien a la crisis, como las farmacéuticas y la elaboración de alimentos, también se vieron afectadas en 2009.

Entre los mayores receptores de IED, en 2009 China pasó a ocupar el segundo lugar después de los Estados Unidos. La mitad de los seis principales países de destino de las corrientes de IED son en la actualidad economías en desarrollo o en transición. Más de dos terceras partes de las fusiones y adquisiciones transfronterizas todavía tienen lugar en países desarrollados, pero la proporción de esas operaciones que se realizan en las economías en desarrollo y en transición ha aumentado del 26% en 2007 al 31% en 2009.

Además, en 2009 este grupo de países atrajo más del 50% de los proyectos de nuevas instalaciones. Por lo que respecta al origen de las inversiones, Hong Kong (China), China y la Federación de Rusia, figuran entre los 20 mayores inversores del mundo. El informe también destaca que si bien los países han puesto en práctica diversos paquetes de estímulos económicos y ayudas estatales que han repercutido en la inversión extranjera, hasta ahora, no han significado, un proteccionismo importante en materia de inversiones.

América Latina y el Caribe. A consecuencia de las turbulencias económicas y financieras mundiales, la IED destinada a América Latina y el Caribe se redujo a 117,000 millones de dólares, lo que supuso un descenso del 36.4% con respecto a 2008. Las corrientes de IED hacia América del Sur cayeron un 40%, a US$54,454 millones. La reducción fue notoria en cada uno de los países que regularmente concentran la mayor parte de la IED recibida en la subregión: Argentina (50%), Brasil (42%), Chile (16%), Colombia (32%) y Perú (31%). Se prevé que las entradas de IED repuntarán en 2010 y seguirán creciendo a mediano plazo, ya que el Brasil y México siguen gozando de la preferencia de los inversores, según las encuestas.

Las salidas de IED de América Latina y el Caribe pasaron de una media de 15,000 millones anuales en 1991-2000 a 48,000 millones anuales en 2003-09. Un número creciente de empresas latinoamericanas, principalmente brasileñas y mexicanas, se han ido expandiendo fuera de la región, sobre todo en economías desarrolladas. Además de las condiciones económicas favorables existentes en la región desde 2003, las políticas gubernamentales también contribuyeron a la consolidación de las empresas nacionales en cada país y al reforzamiento de su expansión en el exterior. Hoy en día los mayores inversores extranjeros de la región a menudo son los grupos empresariales más grandes y más antiguos que prosperaron  durante  la  era  de  la  sustitución  de  importaciones.  Además,  las  políticas  de privatización de países como el Brasil y México favorecieron la creación de empresas nacionales líderes.

La UNCTAD estima que las corrientes mundiales de IED se recuperarán ligeramente para luego seguir aumentando y situarse entre 1.3 billones y 1.5 billones en 2011. Se prevé que la IED no volverá a su nivel anterior a la crisis hasta 2012, para alcanzar entre 1.6 billones y 2.0 billones de dólares. La mejora progresiva de las condiciones macroeconómicas y el aumento de los beneficios empresariales y de las valoraciones bursátiles registradas a principios de 2010 deberían mantenerse y alimentar la confianza renovada de los empresarios. Según las proyecciones, tras una contracción del 2% en 2009, la economía mundial crecerá un 3% en 2010. Lo más probable es que tanto los tipos de interés como los precios de los productos básicos se mantengan a niveles moderados hasta fin de año, lo cual contribuirá a mantener los costos de producción bajo control y a fomentar la inversión nacional. Los beneficios de las empresas se están recuperando desde mediados de 2009 y se prevé que aumentarán en 2010. Todo ello, junto con la mejor marcha de los mercados bursátiles, contribuirá a la financiación de la IED.

Novedades. Las tendencias actuales de las políticas de inversión pueden caracterizarse en general por una  mayor  liberalización  y facilitación  de la  inversión  extranjera.  Al  mismo  tiempo,  se  han intensificado los esfuerzos para regular la inversión extranjera a fin de promover algunos objetivos de las políticas públicas (por ejemplo, la protección del medio ambiente, la reducción de la pobreza y las cuestiones de seguridad nacional). 

La cifra

1.2  billones  fue el acervo de IED en todo el mundo en 2009.  Esas inversiones se destinaron a las actividades de unas 78,000 empresas transnacionales de todo el mundo que son propietarias de unas 780,000 filiales extranjeras.

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Problemas pendientes

Según la UNCTAD, las nuevas políticas de inversión plantean tres tipos de problemas a la inversión para el desarrollo: 1) Conseguir el justo equilibrio entre las políticas ; 2) Promover las interfaces cruciales entre la inversión y el desarrollo. Por ejemplo  entre la inversión extranjera y la pobreza, y los objetivos nacionales de desarrollo; y 3) Lograr la coherencia entre las políticas de inversión nacionales e internacionales y entre las políticas de inversión y otras políticas públicas. Todo ello requiere un nuevo paradigma para la inversión y el desarrollo y un régimen internacional sólido para las inversiones que promueva de manera eficaz un desarrollo sostenible para todos. Además  de  los  tratados  sobre  inversiones,  las  iniciativas  recientes  para  afrontar  los problemas mundiales también tienen repercusiones en las inversiones internacionales.

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