Las labores del Consejo

Las labores del Consejo

Escribo estas líneas minutos después de que terminara la segunda sesión del Consejo Nacional de la Magistratura.  Por tanto, la información con la que cuento es todavía incompleta y está sujeta a confirmación.  Sin embargo, por lo que se ha informado a estas horas del resultado de la misma, parece que los miembros del Consejo han escuchado el reclamo de que el proceso se lleve a cabo de cara a la ciudadanía.

Por las razones arriba expuestas no haré un examen exhaustivo de las decisiones que se tomaron en esta segunda sesión.  Me limitaré a señalar las que han recibido mayor atención de la prensa hasta el momento.  El plazo de entrega de esta nota es, como su hermano el tiempo, un cruel tirano.

En primer lugar está la decisión de que el Procurador General de la República y el diputado Hugo Núñez presenten un informe de depuración de las candidaturas que no superen el examen de los requisitos constitucionales.  Es alentadora esta decisión porque, dado lo escueto del reglamento, no estaba claro como procedería el Consejo Nacional de la Magistratura. Se da por descontado que este informe establecerá el por qué del rechazo de todas las candidaturas que no superen la primera depuración.  Es de esperar que, una vez hecho público, los ciudadanos tengan la oportunidad de comentar sobre este proceso.

Otra decisión que me parece importante –aunque no la tengo confirmada aún- es la de publicar las hojas de vida de los aspirantes, eliminando sólo las informaciones personales o de contacto que no tienen por qué ser del dominio público.  Este es un paso importante y necesario para que tenga sentido el período en el cual los ciudadanos podrán presentar objeciones a las candidaturas. 

Por último, también es alentador el propósito que tiene el Consejo de entrevistar a los aspirantes y de transmitir este proceso en directo.  Dado el derecho de la ciudadanía a conocer a sus jueces, la publicidad de las entrevistas es crucial para que los dominicanos comprueben –aún imperfectamente- el talante y los conocimientos de los aspirantes. 

En sentido general, y a pesar de que no se han cumplido al ciento por ciento las expectativas de transparencia, las decisiones tomadas en el día de hoy por el Consejo Nacional de la Magistratura apuntan a un proceso sin el nivel de opacidad que se temía.  Naturalmente, todavía hay tiempo para que las cosas discurran por el cauce equivocado, pero también es cierto que pueden continuar por el actual o incluso por uno mejor. 

La selección de los jueces de las Altas Cortes es un momento importante para la institucionalidad dominicana.  Pero también puede serlo para el sistema democrático en sí mismo si ayuda a superar el espíritu de confrontación entre el Estado y la ciudadanía que, en muchas ocasiones, empaña procesos de este tipo.  Reitero que la vigilancia ciudadana es parte saludable de la dinámica de los procesos políticos en una democracia.  No debe ser vista nunca con recelo.  Afortunadamente, hasta ahora, el Consejo Nacional de la Magistratura parece estar reconociendo esto.

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