Las lecciones que se aprenden cuando te levantas a las 4:30 durante 21 días

Las lecciones que se aprenden cuando te levantas a las 4:30 durante 21 días

Parece ser que al que madruga, Dios le ayuda. Filipe Castro Matos es un joven emprendedor portugués que vive en Lisboa y disfruta haciendo ejercicio, comiendo bien y organizando su propio horario.

 Además, es lo que se conoce como una morning person, es decir, rinde más durante la mañana que por la tarde. A pesar de ello, un buen día se propuso mejorar su vida de la forma más heterodoxa posible: levantándose 21 días seguidos (con la excepción de los fines de semana) a las cuatro y media de la madrugada. ¿Por qué 21 días? Porque, como afirma el mito difundido por el doctor Maxwell Maltz, es el tiempo necesario para adquirir un nuevo hábito. ¿Por qué a las cuatro y media? Porque el portugués ya estaba acostumbrado a levantarse a las seis y, en esta ocasión, quería conocer sus propios tal y como publica el portal El Confidencial

Madruga y te cundirá más el día. El emprendedor había reparado en que empleaba las dos últimas horas del día en deambular por internet sin ningún rumbo fijo. Con sus nuevos horarios, podía invertir ese tiempo en algo productivo o que de verdad disfrutase, justo en el momento de la jornada en que más receptivo se encontraba. Por ejemplo, pasó más tiempo en el gimnasio, puesto que se sentía menos cansado. Además, si necesitaba escribir algún correo electrónico, no recibía una respuesta inmediata, lo que provocaba que no se viese envuelto en esos ciclos de respuestas sin fin que tan dañinos resultan para la concentración y la optimización del tiempo.

Si quieres cambiar algo, necesitas ayuda. Matos compartió su odisea en Facebook, lo que consiguió que, por lo menos, sus amigos y seguidores se sintiesen interesados y, de esa manera, proporcionasen la retroalimentación necesaria para seguir adelante. De lo contrario, explica, es muy probable que hubiese terminado rindiéndose pronto. Aunque era consciente de que no se trataba de un reto muy importante, llevándolo hasta el final podría inspirar a los demás.

A la gente le gustan las cosas originales. Por banal que pueda parecer el reto, muchos de sus amigos se sintieron animados a seguirlo por su originalidad. Se preocuparon por él, le hicieron preguntas y le hicieron recapacitar sobre muchas cosas de su vida en las que antes no se había detenido.

Levantarte antes no significa dormir menos. El emprendedor explica que, para la mayor parte de la gente, madrugar es un sinónimo de dormir menos, pero no pueden estar más equivocados. Simplemente, si tenía que abandonar la cama una hora y media antes de lo habitual, la clave estaba en acostarse dos horas antes, lo que le daba media hora de sueño adicional. Matos explica que la mayor parte de la gente que le reprochó que con sus nuevos horarios dormiría muy poco, en realidad dormían menos que él, puesto que se acostaban mucho más tarde.

Elimina los obstáculos. Obviamente, no todo el mundo podría haber seguido dichos horarios. Matos goza del privilegio de no tener que rendir cuentas a un jefe ni de tener obligaciones familiares, por lo que puede acostarse y levantarse a la hora que desee, a pesar de vivir en un piso compartido con otras siete personas. El emprendedor presume de haber conseguido llegar a un punto en su vida en el que no depende de los demás.

Es importante estar en buena forma. Nada de esto habría sido posible si Matos no estuviese en buena forma física, no se alimentase bien y no hiciese deporte, puesto que sus niveles de estrés impedirían que pudiese conciliar el sueño tan rápidamente. Antes que nada, explica, debemos conocer nuestro cuerpo y sus límites.

Nada de “cinco minutos más”. El botón de snooze del que todos los despertadores disponen y que permiten postergar el sueño cinco minutos más es uno de nuestros grandes enemigos, explica. Matos jamás se vio obligado a utilizarlo durante los 21 días, una señal de que probablemente sus horarios de sueño eran los idóneos. Diversos estudios han demostrado que esos cinco minutos más en la cama nos hacen sentirnos más cansados a lo largo del día y que empecemos a romper los horarios que deberíamos seguir desde primera hora.

Duerme lo que necesites. Matos presume de que su cuerpo se encuentra a pleno funcionamiento con apenas seis horas de sueño, y anima al resto a encontrar su mínimo para disfrutar del resto del día a pleno rendimiento.

Te hará ver el mundo de una forma distinta. Estamos acostumbrados a salir de casa con el amanecer y a disfrutar de las horas nocturnas en nuestro hogar. Debido a que todos seguimos los mismos horarios, siempre vemos la ciudad llena, atestada de gente. Los nuevos hábitos de Matos le permitieron ver el mundo que le rodea de una forma totalmente distinta, como muestran las imágenes de la bella Lisboa del amanecer con que ilustra su entrada.

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