Las lluvias dejan 167 muertos y más de 650 mil damnificados en Latinoamérica

Las lluvias dejan 167 muertos y más de 650 mil damnificados en Latinoamérica

Bogotá, (EFE).- Las intensas lluvias que azotan a buena parte de América Latina han dejado en los últimos días un saldo de al menos 167 muertos y unos 656 mil 420 damnificados, la mayoría en Brasil y Colombia, donde la situación es crítica.

La catástrofe invernal golpea con fuerza el sureño estado brasileño de Santa Catarina, donde el último balance de la Defensa Civil da cuenta de 99 muertos, 19 desaparecidos y 78.656 damnificados.

El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, sobrevoló hoy en helicóptero el noreste del estado, la región más afectada por las precipitaciones que desde el pasado fin de semana azotan el sur y sureste del país.

Lula calificó la situación de «trágica» y anunció que destinará 1.600 millones de reales (unos 696 millones de dólares) para ayudar a las víctimas.

Los temporales cesaron en parte, pero el enorme volumen de las precipitaciones saturó el suelo, causó inundaciones y deslizamientos de tierra que destruyeron edificaciones y carreteras.

«Hay lugares donde ocurrieron deslizamientos de tierra a los que no hemos podido llegar porque todo está cubierto de agua y ahí puede haber más víctimas», dijo por teléfono a Efe desde Florianópolis, la capital regional, el sargento Milton Lorenzo Leonel, de la Defensa Civil.

En Colombia la temporada de lluvias también ha afectado a varias poblaciones y, según los organismos de socorro, ha provocado ya 44 muertos, 13 desaparecidos, más de 558.400 damnificados y cuantiosos daños materiales, especialmente de grandes extensiones de cultivos en el norte del país.

El Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales señaló hoy que las precipitaciones son especialmente intensas en el archipiélago caribeño de San Andrés y Providencia y en la costa norte, donde se prolongarán hasta mediados de diciembre próximo.

Aunque las precipitaciones ya cesaron en Venezuela, el Ministerio del Interior informó que entre el jueves y viernes pasados se registraron 14 fallecimientos a causa de las lluvias, mientras que 600 personas tuvieron que ser evacuadas por vía aérea y marítima.

En Panamá, las fuertes lluvias e inundaciones dejaron un saldo de 10 muertos, 4 desaparecidos, 13.083 damnificados, 96 viviendas destruidas, 2.193 edificaciones afectadas y millonarios daños en agricultura y carreteras.

Según las autoridades panameñas, las condiciones inestables del tiempo que provocaron las cuantiosas lluvias e inundaciones se mantendrán por las próximas 48 horas, por lo que la cifra de víctimas podría aumentar.

En tanto, el Gobierno de Costa Rica decretó hoy la emergencia nacional por las inundaciones que afectan el Caribe del país y que han provocado la evacuación de 5.681 personas y millonarios daños en la agricultura y la infraestructura.

La emergencia permitirá agilizar la transferencia de fondos para atender a los damnificados de un temporal que comenzó hace una semana producto de un frente frío y un sistema de baja presión.

En el oriente de Cuba también fue necesario evacuar preventivamente en días pasados a unas 26.000 personas, ante el desbordamiento de ríos y el derrame de varias presas que cortaron carreteras e interrumpieron la cosecha de café.

Aunque el invierno terminó en octubre pasado en Honduras, Guatemala, El Salvador y Nicaragua, el devastador balance entregado por las autoridades fue de 184 muertos y 333.312 damnificados.

Otras naciones latinoamericanas, aunque ajenas al embate reciente de las lluvias, han visto cómo la naturaleza se ensaña con sus territorios.

Tal es el caso de República Dominicana, que sufrió el paso de dos huracanes y dos tormentas tropicales entre octubre y los primeros días de noviembre, que dejaron 12 muertos y pérdidas por más de 500 millones de pesos (14,2 millones de dólares) en el sector agrícola.

En el vecino Haití, las autoridades calculan que tales fenómenos meteorológicos causaron 800 muertos, 300 desaparecidos y casi un millón de damnificados.

En cambio, las provincias argentinas de Córdoba, Santiago del Estero, Entre Ríos, Buenos Aires, La Pampa, Santa Fe y Chaco son castigadas hoy en día por la peor sequía en 100 años, que ha dejado un «panorama desolador», especialmente en el cultivo del trigo, del que el país es el cuarto exportador mundial, según Omar Barchetta, dirigente de la Federación Agraria Argentina.

La sequía obligó también al presidente paraguayo, Fernando Lugo, a decretar el estado de emergencia por noventa días en la región occidental de Chaco, con el fin de solicitar apoyo internacional para socorrer con agua y alimentos a unas 18.000 familias, en su mayoría indígenas. EFE

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