Las malas compañías

Las malas compañías

Nacemos solos y morimos solos, es casi una verdad absoluta; sólo que en el nacimiento si eres melliz@ o gemel@, la condición de nacer solo, no se cumple y  el caso de morir juntos es muy poco probable. Los seres humanos nacen para que en el transcurrir de sus años de vida  encuentren amistades que en algunos casos te acompañan hasta tus últimos días, otros que como llegan se van, porque fueron compañías de ocasión ; y como dice el dicho: “Dios los cría y ellos se juntan”, esto más claro no puede ser; quien tiene la oportunidad de nacer y llega el momento de tener amigos, siempre va a elegir con quien se encuentra cómodo o es afín en visión, sueños y aspiraciones; esta clase de encuentro entre dos personas, casi siempre es el que trasciende y perdura por los años; en el caso contrario, son las compañía de ocasión las que se quedan en el camino, porque llevan trayectos paralelos y sí se encontraron en un inicio, jamás se cruzarán .

En tal sentido, llegamos a este mundo a socializar con los demás, aunque en los primeros 20 años de vida, es más fácil hacer amigos, por poner un ejemplo, a un niño sólo le basta encontrarse con otro e inmediatamente se relaciona de manera casi automática, a nosotros los adultos, eso nos cuesta mucho más;  los seres humanos en su mayoría, según las experiencias que va viviendo se vuelven más esquivos e incrédulos.

Por lo tanto, en el caso de los adultos, para elegir los amigos hay que tener cierta intuición, inteligencia, llámele como sea; pero hay que saber elegir a quienes tenemos al lado. Y eso debe ocurrir desde niño hasta la adultez, y en todos los ámbitos de la vida: colegio, universidad, práctica de deportes, y también en la política. En la política hay de todo, como en la sociedad misma, pero un hombre de bien que se dedica a la política, no puede estar acompañado ni llamar amigo, bajo ningún concepto a alguien que no esté alineado con su manera de proceder. Es inconcebible tener una mala compañía o una amistad peligrosa por tanto tiempo. Otras amistades peligrosas, las rémoras del poder, son los “amigos” que llegan cuando estás en el poder y el día que ya no estás en tal o cual posición de poder, desaparecen.

“Ustedes(los que están en el gobierno) ahora van a conocer amigos que nunca antes habían tenido, no se confundan”. El poder es como una sombra que pasa… Orlando Jorge Mera (EPD). Paz y conformidad a sus amigos y familiares. Desde aquí mi abrazo fraterno.

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