Sin entrar en polémica con el distinguido Embajador del Reino Unido, de Gran Bretaña e Irlanda del Norte, me siento en el deber de hacer algunas precisiones sobre la réplica, que en ocasión de mi artículo sobre la Solidaridad Latinoamericana con Argentina en el caso de las Islas Malvinas, hiciera en este mismo diario en fecha 13-10-13.

Dos aclaraciones pertinentes que deseo señalar, para mi con este articulo queda concluido este interesante teffla;y segundo deseo también por este medio felicitar al Embajador por defender los intereses de su nación en cualquier circunstancia.

Ahora brevemente paso a unas pocas precisiones históricas; con el Tratado de Tordesillas 1494, justo o no, España adquiere todos los títulos, de acuerdo al Derecho Internacional de la época, sobre la región austral de América con sus costas mares e islas.

Hernando de Magallanes en 1520 visita las Islas en nombre de España, tomando esta la posesión de las mismas en 1540.

En 1764 los franceses encabezados por Louis De Bouganville fueron los primeros en ocuparlas en forma permanente. Retirándose luego de negociaciones con España en 1767.

Los ingleses se apoderan de las Islas en 1770, retirándose en 1773.

Ya en 1790 con la firma del Tratado de San Lorenzo del Escorial, Gran Bretaña se comprometió a no formar ningún establecimiento en las costas tanto orientales como occidentales de América Meridional, ni en las islas adyacentes ya ocupada por España, cual era el caso de Las Malvinas.

En 1814 el Tratado de Alianza y Amistad entre Gran Bretaña y España se reconoce la soberanía de España sobre las Islas.

Esa situación la encontraron los independentistas argentinos en 1810 y bajo el principio del Uti Posidetis Juris tomaron posesión de las Islas en nombre de las Provincias Unidas del Río de La Plata.

En junio de 1829 el gobierno argentino creó la Comandancia Política Militar de las Islas Malvinas; es en Enero de 1833 que la Marina Real Británica ataca y expulsa a la fuerza a las autoridades argentinas, no eran “algunos ciudadanos argentinos establecidos”.

Luego de años de protestas argentinas estériles en 1960 la Asamblea General de las Naciones Unidas en su resolución 1514 trataba de la “Declaración sobre la Concesión de la independencia a los países y pueblos coloniales” proclamando la necesidad de poner fin rápida e incondicionalmente el colonialismo y todas sus formas y manifestaciones. El Reino Unido consideraba Las Malvinas como una colonia quedando ante la ONU obligada a su descolonización.

Es en 1965 que la Asamblea General de la ONU se aboca al caso de Las Malvinas, el Sub-Comité 111 del Comité Especial emitió la Resolución 2065 con 94 votos a favor de la posición argentina, 14 abstenciones y ninguna en contra.

La Resolución dice “invitando a los gobiernos a proseguir sin demoras las negociaciones recomendadas por el Comité Especial a fin de encontrar una solución pacífica al problema teniendo debidamente en cuenta las disposiciones y los objetivos de la Carta de las Naciones Unidas y de la Resolución 1514 de la Asamblea Nacional así como los intereses de la población de las Islas Malvinas”.

Es bueno aclarar que los habitantes de las Islas un poco más de dos mil los llamados keplers vienen de migraciones que el Reino Unido realizó hacia las Islas y como Ud. dice ya llevan varias generaciones.

Del 1965 en adelante hubo varias negociaciones sin ningún resultado positivo.

En 1973 la Asamblea con su Resolución 3160 instó de nuevo al Reino Unido y Argentina a proseguir negociaciones.

Respecto a la guerra del 1982 escribí claramente que ante la impopularidad del gobierno militar argentino este se decidió por emprender esa desastrosa aventura, y que el gobierno británico con algunos problemas domésticos en esa época aprovechó la oportunidad para fortalecer su posición.

Desde 1982 en adelante el Reino Unido se ha negado a sentarse en la mesa de las negociaciones solicitada por Argentina y apoyada por ocho resoluciones de la Asamblea de la ONU y una mayoría de los Organismos Internacionales tales como los No Alineados, la OEA, el Grupo de Río, la Cumbre Iberoamericana, Unasur y otros más.

Por último reitero, Señor Embajador, que la riqueza de la plataforma submarina de esa región en pesca y reservas petroleras son los obstáculos principales para una futura negociación.