Las mega obras de Richard Moreta

Las mega obras de Richard Moreta

El trabajo del arquitecto Richard Moreta no conoce fronteras. Sus diseños han recorrido los escenarios de cuatro continentes en 25 años de carrera que han sido más que fructíferos, como evidencian los tantos reconocimientos y medallas civiles recibidas, así como los resultados de su “Green Container International Aid”, un proyecto que define como “arquitectura de emergencia”, una respuesta rápida y eficiente de la arquitectura a las catástrofes naturales o las causadas por el hombre, como la guerra.

Este dominicano nacido en Nueva York y radicado en Berlín, es un auténtico visionario y revolucionador de la ciencia arquitectónica. Conocido como el “gurú de los edificios verdes” por sus diseños ecoamigables, trabaja junto al equipo de Richard’s Architecture+Design en diferentes tipos de proyectos que incluyen la aviación, el turismo y la industria, al tiempo que imparte conferencias en América, Asia y Europa, y se desempeña como profesor emérito en varias instituciones académicas.

Reburvanismo: una revolución urbanística. Para Richard Moreta la palabra “flujo” (flux) define estilísticamente su trabajo. El niño que una vez destacara por su genial habilidad para el dibujo, reconoce que la arquitectura está atravesando por un proceso de cambio (su “evolución más grande”) en el que “se optimizan todos los procesos al máximo”, y que aunque por un lado haya “perdido la sensibilidad del talento del dibujo, que permitía un mayor control de la anatomía compositiva gráfica” ha hecho posible “la perfección técnica”: “poder hacer simulaciones analíticas y foto realísticas de productos que pueden ser 100 % construibles”, afirma.

Su “flujo” es “ese continuo movimiento curvo orgánico basado en la curva libre y sin accidentes, una progresión infinita espacial”, que se refleja claramente en sus creaciones.

Su teoría de “Revurbanismo” energético (revolución + urbanismo), que presentó para su tesis doctoral en la Universidad de Bauhaus, aboga por un nuevo modelo en la conceptualización fisiológica y arquitectónica de las ciudades “apoyadas por fuentes naturales de energía”.

“Los problemas económicos y sociales que van a emerger por el alza del coste de los recursos petrolíferos, nos permitirán ver los grandes retos que se desarrollarán al final de la era del petróleo barato y su progresivo colapso, generando recesión, inflación y desempleo. Es hora de conceptualizar nuevos modelos urbanos basados en energías alternativas”, explica.

En ese sentido, ya está trabajando en la “Ciudad Verde Futura” de Durango, México, a construirse en el 2020 y que es un modelo de su teoría.

Arquitectura solidaria. Una de las grandes experiencias de Richard fue poder contribuir con sus conocimientos a traer un alivio a los afectados por la guerra de los Balcanes en Bosnia-Herzegovina: “Diseñamos de todo: desde terminales aéreas militares hasta hospitales para los más desposeídos. Fue un experiencia fantástica desde el punto de vista profesional, pero horrible desde el punto de vista humano, ya que estuve sometido a los horrores de la guerra. Producto de esta experiencia recibí las medallas de servicios civiles como arquitecto y urbanista de parte del Corps of Engineers de Estados Unidos, la OTAN y la ONU, entre otros reconocimientos paralelos”.

Otra buena noticia es que está de regreso a su patria de sangre, en la que pretende agotar una agenda de conversatorios en varias universidades locales. Y aunque lleva “una docena de proyectos” entre Asia y América que van desde torres “high end” hasta “ciudades satélites populares” en la frontera domínico haitiana, aún le queda tiempo para ocuparse del “Nuevo Frente Acuático de la Ciudad de Santo Domingo”, que se propone la renovación barrial de los márgenes del río Ozama y un nuevo Puerto Turístico de Santo Domingo. Y es que los arquitectos son el tipo de gente que te dice sin pestañear: “Todo se puede”.

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