Las mil caras del sabor de Brasil

Las mil caras del sabor de Brasil

La cocina de Brasil está muy regionalizada, por lo que cada zona posee sus propios platos típicos. De hecho, puede ocurrir que un plato de gran tradición en una región sea totalmente desconocido en otra. Hay que tener en cuenta la gran extensión del país, que cuenta con 580.336 kilómetros cuadrados (una extensión casi 15 veces superior a la de la Península Ibérica).

LA FEIJOADA, EL PLATO NACIONAL

Este popular plato debe su nombre a su principal ingrediente, los frijoles negros. Se trata de un plato espeso y contundente, pues la guarnición que acompaña a los frijoles se elabora con diferentes partes del cerdo como los pies, las orejas o el tocino. Generalmente, los frijoles se sirven separados de la carne, si bien a la hora de comerlos se mezclan y se acompañan de col picada, arroz y diferentes frutas como el plátano, la naranja o la papaya.

LA COCINA INDÍGENA

Si se visita Brasil resulta realmente interesante probar la cocina indígena, sin duda la más genuina del país. Algunos de los platos más típicos de esta cocina del Amazonas se elaboran con carnes tan originales como la de yacaré, un caimán que puede alcanzar los tres metros de largo y la de tortuga. Entre los pescados destacan el buey rey y el “piracucu”, uno de los mayores peces de agua dulce del mundo. Otro de los pilares fundamentales de la gastronomía indígena son sus exóticas frutas, de sabor exquisito y aspecto sorprendente. Entre ellas se encuentra el mango, el “açai”, una fruta que procede de la palmera de bayas, el “piquiá pupunha”, un coco que se toma como aperitivo y el guaraná, semillas de un arbusto originario del Amazonas muy rica en cafeína y otras sustancias estimulantes y que sirve como ingrediente principal para la elaboración de un sabroso refresco.

UN TÍPICO MENÚ BRASILEÑO

Para disfrutar plenamente de un viaje por Brasil, nada mejor que coger fuerzas por la mañana con un buen desayuno a base de café y pan con mantequilla, que se puede acompañar de un poco de queso y fruta.

El almuerzo es muy similar a la cena y suele constar de ensaladas o verduras cocidas, feijoada, croquetas, carne o pescado y sopa, sobretodo la de arroz con caldo de gallina, muy típica a la hora de la cena. Cualquiera de estos platos se suele acompañar de arroz blanco, harina de mandioca o “farofa” (harina frita), col y un poco de pimienta. Es curioso observar como a excepción de la sopa, que se sirve antes de la comida, y el postre que se sirve al final, el resto de los platos se colocan sobre la mesa al mismo tiempo aportando una presencia inigualable.

De postre se suele tomar alguna de sus innumerables y exquisitas frutas, enteras o en macedonia, como es el caso de la ambrosía de melón, una macedonia elaborada con frutas variadas acompañadas de coco rallado y melón. Otra opción es tomar algún postre dulce como por ejemplo el popular “Romeu e Julieta”, uno de los postres más populares en Brasil elaborado con queso y mermelada de yoyoba, fruto de un arbusto que crece en los desiertos.

Si se desea tomar un tentempié entre el almuerzo y la cena, nada mejor que un buen café brasileño acompañado de bizcocho y un exótico zumo de frutas.

“CAIPIRINHA” Y CAFÉ

Si la feijoada es el plato nacional, la bebida nacional es sin duda la “caipirinha”, elaborada con cachaça (aguardiente de la caña de azúcar), azúcar, zumo de lima y hielo. Los batidos y los zumos de frutas también son una buena opción para refrescarse, ya que se suelen servir con hielo picado. En algunos casos la leche o una combinación de agua y azúcar sirven como ingrediente de estos exóticos zumos, generalmente elaborados con guineo, lechoza, maracuyá, zanahoria, mango o aguacate.

Y en Brasil por supuesto, hay que probar el excelente café. Uno de los mejores del mundo que se puede tomar para terminar una comida o cena brasileña, así como a la hora del desayuno o para merendar. A cualquier hora del día nada mejor que un “cafezinho” bien cargado, sin leche y con azúcar.

Si se desea visitar algún restaurante, es interesante saber que en los barrios de Sao Paulo, además de poder disfrutar de la más típica gastronomía brasileña, se pueden encontrar innumerables restaurantes de cocina internacional, lo que hace posible degustar las cocinas de todo el mundo sin salir de la ciudad.

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