Las milicias chiitas, un quebradero de cabeza más en Irak

Las milicias chiitas, un quebradero de cabeza más en Irak

BAGDAD. Pasada la medianoche unos disparos rompen el toque de queda en Bagdad y hacen temer un ataque yihadista contra la capital, pero no son obra del grupo Estado Islámico (EI), sino de las milicias chiitas que traen de cabeza a la policía. «Cuando oí los disparos, me dije: ‘ya está, el (EI) entra en Badgad», cuenta Mohamed al Karradi, un habitante del céntrico barrio bagdadí de Karrada.

«Le dije a mi mujer ‘recoge tus cosas, tus joyas y el oro y prepárate para huir'». Pero los hombres del EI siguen bloqueados a varias decenas de kilómetros de Bagdad.

El domingo por la noche no eran los yihadistas, sino decenas de milicianos chiitas enfrentados a la policía, informaron fuentes militares y policiales. Una batalla que recuerda los riesgos de estas milicias chiitas, que ayudan al gobierno a luchar contra los yihadistas sunitas pero desafían su autoridad y amenazan con avivar la tensión interconfesional en un país ya de por sí muy dividido.

La razón del tiroteo del domingo se remonta a septiembre, cuando los milicianos de Asaib Ahl al Haq (‘La Liga de los Virtuosos) secuestraron a Sara Hamid Niran, una mujer de negocios kurda y prima del vice primer ministro Ruch Nwri Shaways, explican varias fuentes a la AFP.

Los milicianos exigieron, según las mismas fuentes, el pago de un rescate de 2.000 millones de dinares (1,3 millones de euros), una práctica corriente entre estas milicias en Irak, según un informe reciente de Amnistía Internacional.

Pero después de varias semanas de cautiverio, la mujer de negocios logró escapar por una ventana y se fue al primer puesto de control que encontró, explicó un oficial de la policía. Los policías pidieron refuerzos para detener a los secuestradores. «Primero pensamos que era una banda de delincuentes sin más pero nos topamos con numerosos milicianos», precisa otro oficial.

– Nada puede detenerles – Estos hombres pertenecen a Asaib Ahl al Haq, una de las milicias más violentas en Irak, según las fuerzas de seguridad. Bloquearon la carretera con todoterrenos y «exigieron a los policías que les devolvieran a la rehén si no querían morir», según el oficial.

La policía tuvo que enviar un vehículo blindado, contra el que los milicianos abrieron fuego. Afortunadamente, sólo cuatro policías resultaron heridos, afirman fuentes de seguridad.

Se desconoce si hubo bajas entre los milicianos. La policía afirma haber detenido a dos de sus miembros. «Estos milicianos no respetan nuestros controles y cada vez nos plantean más problemas», suspira un capitán de la policía, Alí, que prefiere no dar su apellido.

«Tenemos la sensación de no tener el apoyo necesario de nuestra jerarquía frente a ellos. Nos han ordenado impedir que se desplacen y lleven armas, pero no tenemos forma de hacerlo», lamenta.

Este policía afirma que los milicianos estaban más controlados cuando Nuri al Maliki era primer ministro. «Ahora es como si nada pudiera detenerlos. Nos dan miedo».

Maliki, todavía al frente del gobierno en los primeros días de la ofensiva lanzada en junio por el EI, favoreció el resurgimiento de las polémicas milicias chiitas para apoyarse en ellas en la lucha contra los yihadistas.

Pero las organizaciones de defensa de los derechos humanos acusan a las milicias de una letanía de delitos, como ejecuciones sumarias y torturas.

Un informe reciente de Amnistía Internacional denuncia la impunidad de que gozan en el país a pesar de que buena parte de la responsabilidad del sangriento conflicto interconfesional de 2006 y 2007 recae sobre ellas. La sustitución de Maliki no acabó con el poder de estos grupos.

Su sucesor, Haidar al Abadi, acaba de nombrar al frente del ministerio del Interior a Mohamed al Ghaban, del grupo parlamentario Badr, vinculado a la poderosa milicia que lleva el mismo nombre.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas