Las Mirabal y el Día de la
No Violencia contra la Mujer

<STRONG>Las Mirabal y el Día de la</STRONG> <BR>No Violencia contra la Mujer

MIRIAM VELIZ
En 1999, la Asamblea General de las Naciones Unidas declara el 25 de noviembre, fecha en que se conmemora el brutal asesinato de tres de las hermanas Mirabal, como el Día de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer.

El que hayan declarado ese día como el de la No Violencia contra la Mujer es visto por muchos como un reconocimiento, a escala mundial, pero por otros como una forma de disminuir a estas valerosas activistas políticas.

El asunto es que se viene debatiendo la verdadera razón de ese asesinato y hay dos posiciones, tanto entre quienes no las conocimos, como entre los que las conocían bien. El Dr. Ángel Concepción, íntimamente ligado a la familia, piensa que Trujillo sentenció a muerte a Minerva por ser la única mujer a la que no pudo doblegar y hacer suya. Eso haría que el crimen perpetrado ese 25 de noviembre de 1960 fuera un feminicidio, definido como el homicidio de una mujer producto de la violencia de género.

La opinión de su amiga Violeta Martínez es muy diferente: dice que el pensamiento político y las ideas de libertad de esta valiente y sensible intelectual (los cuales compartían sus hermanas) fueron los que las sentenciaron. 

Ambas declaraciones aparecen en el libro «¡Yo soy Minerva!», de Mu kien Adriana Sang, quien los entrevistó para su monólogo.

Mi hija Ana, de quince años, opina que si Minerva no hubiera rechazado a Trujillo, no estaría muerta. Claro que no piensa que debió ceder a los ‘apetitos’ de este señor, pero no deja de tener razón en que seguro se sintió humillado en aquel baile… y que cero de tres intentos no se manejan muy bien en el ego de un «macho, varón, masculino».

Es probable que por esto le siguiera los pasos, y saber de su activismo político fuera el colmo.

Hace unos días, un grupo de periodistas conversaban sobre esto. Una dijo que le parece que la imagen de Minerva en la película «En tiempo de las Mariposas», basada en la novela de Julia Álvarez, no representa a la mujer que ella imagina. Dice que necesitamos ver a la que discute, se defiende y no se deja pisotear. A la que responde no tan delicadamente. A la inteligente revolucionaria que se atreve a ir contra el poder y que entra al movimiento 1J4 con el nombre de «Mariposa», no por un reflejo de la frágil feminidad antigua.

Una compañera comentaba indignada que la cantidad de mujeres maltratadas y/o asesinadas por su pareja (o ex pareja) es mayor que las personas que perdieron la vida por la tormenta Noel, por leptospirosis, etc., y es injusto que esas causas atrapen mucha más atención que lo que pasa con esa mayoría.

Lamenta mucho esto y lo combate, lo que no entiende es por qué lo han asociado con las Mirabal.

Si bien hay «hombres» que acaban destruyendo el cuerpo y el alma de la mujer, por cualquier excusa, a veces aprovechando su condición de fragilidad, su indefensión y sus temores, ese no es el caso de Patria, Minerva y María Teresa. A ellas las asesinan como consecuencia de una actividad política que también causó el homicidio y tortura también de varios hombres.

Mueren por sus ideales.

Pienso que el hecho de ser mujeres, bellas, inteligentes, conocidas, con o sin pelos en la lengua, de esmerada educación, etc. y haber acabado como lo hicieron fue lo que marcó la diferencia.

Nos vimos iguales en capacidad y riesgo que los hombres, igual que ellos en disposición de hacer lo que fuera por defender nuestro criterio. Con eso rompimos el molde. Ellas lo rompieron.

Quizá su crimen no fue por género, pero nuestra reacción al mismo sí lo es.

Lo sucedido nos recuerda la capacidad de la mujer. Nuestra capacidad. Son heroínas en más de un aspecto en realidad.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas